Nicmer Evans: No nos negamos a articular acciones porque tenemos un enemigo común  

plataforma unitaria democrática

El politólogo y miembro de Marea Socialista señaló que la MUD no les ha propuesto acciones conjuntas contra la ANC. “Solo nos buscan para tomarse la foto”.

Caracas. El politólogo Nicmer Evans siempre se ha movido entre las aguas del activismo de izquierda y la labor académica. Su incursión en la política inició cuando tenía 12 años en los liceos José Ángel Álamo y Andrés Bello. Se mantuvo como un independiente hasta la llegada de la revolución bolivariana al poder, entonces inició su militancia en el Movimiento V República (MVR) y posteriormente en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Nunca fui un militante de dirigencia sino de base. Mi trabajo administrativo me absorbía, así como la formación y la capacitación el área académica, relató.

Paralelamente, con un grupo de amigos, desarrolló la empresa Visor 360 Consultores y dio clases en la Universidad Central de Venezuela (UCV). Durante el Gobierno de Hugo Chávez desempeñó distintos cargos: fue presidente de la Fundación Escuela Venezolana de Planificación, asesor del gabinete de ministros, asesor del Despacho de la Presidencia y asesor de la Asamblea Nacional (AN) cuando estuvo presidida por Diosdado Cabello, pero todo terminó en 2013.

Poco después del fallecimiento de Chávez escribió una comunicación titulada “Carta Pública a Nicolás Maduro: Dejemos las sumas que no suman nada”, que le valió una amonestación del mismo Jefe de Estado en plena campaña electoral. Ese fue el momento en que decidió alejarse del Gobierno. Vi claramente lo que iba a venir y lamentablemente no nos equivocamos, sostuvo.

Evans también es conocido por su artículos en el portal Aporrea y por ser parte del movimiento político Marea Socialista, que impulsó la creación de la Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución, La Plataforma en Contra del Arco Minero y el espacio de los “despolarizados”.

Considera que el Gobierno presidido por Maduro tiene una vocación “autoritaria, totalitarista y prodictatorial” y que el momento histórico abre las posibilidades de articular acciones con la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Sin embargo, asevera que la coalición opositora no les ha llamado para coordinar ninguna acción y que, cuando ha habido contactos, la intención de la alianza ha sido la de diluirlos dentro de la plataforma opositora. A nosotros se nos ha buscado es para tratar de arroparnos, absorbernos o tomarse la foto, señaló.

El espacio de los despolarizados, más que una plataforma ideológica, ¿se trata de unir a personas que no están con el Gobierno y la MUD?

—Ese espacio fundamentalmente tiene un objetivo que es poder encontrar los puntos en común, a pesar de las diferencias ideológicas y programáticas. Esos puntos en común son: estamos rechazando la violencia venga de donde venga, con la asimetría que existe, y el otro es la defensa de la Constitución. Podemos diferir.

Dentro de los no polarizados hay gente de izquierda que está de acuerdo con la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) pero no en como se convocó. Hay gente, como Ciudadanos, que es una organización desprendida de la MUD de líderes comunales como Julio César Reyes o Saverio Vivas. Ellos van a las marchas y tienen una postura activa en relación con las protestas, pero sienten que la conducción política de la Mesa no es la adecuada.

[Despolarizados] No pretende ser una organización política o un movimiento social o político sino un espacio de encuentro. Estamos solicitándole al padre Arturo Sosa que se incorpore a la necesidad de la facilitación de un proceso de diálogo en el país, una decisión que se tomó en un encuentro en el que participaron más de 100 representantes de diversas organizaciones y todos tuvieron el derecho de manifestar su parecer.

La conclusión fue que tenemos que presionar para que, a pesar de las diferencias que podamos tener con las conducciones políticas de los polos, podamos ponerlos a dialogar y que hay que incorporarnos como actores activos para que ese proceso sea fructífero, inclusive negociar y resolver los problemas que existen el país.

 Entonces ustedes estarían de acuerdo con un proceso de negociación…

—Sí, un proceso de negociación pero que no concluya en la violación de la Constitución. La MUD plantea que debe irse a elecciones generales, eso no existe. La negociación y el diálogo tienen que ser para que cese la violación a la Constitución de todas las partes. Esta ANC es una violación a la Constitución por como se convocó. Estamos exigiendo que se pare la aplicación de esta ANC por inconstitucional e ilegítima, a su vez, también la necesidad de comprender que es necesario que haya una articulación de sectores diversos que generen una propuesta de destrabe de la crisis.

La suspensión de la ANC debe estar acompañada de que se aceleren las elecciones regionales, que consideramos que no deberían ser en diciembre sino entre octubre o noviembre, a más tardar. Hay un retraso que es una violación a la Constitución, porque debieron ser el año pasado, y que haya un cronograma para las presidenciales que se anuncie de una vez.

¿Qué preferiríamos? Que renunciara Maduro, pero como no lo podemos obligar a que renuncie, en el marco de la Constitución y lo que debe ser, consideramos y compartimos la necesidad de que la presión de calle junto con la presión de sectores institucionales que se desprenden del Gobierno, por ejemplo, Luisa Ortega Díaz, y otros que están en disposición a hacerlo, porque son muchos, pero tienen temor. Junto con un proceso de negociación que se pueda generar incorporando el derecho que tiene la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de plegarse al artículo 333, en el momento que hay una ruptura del orden constitucional o un irrespeto a la misma, podamos generar la presión para que el Gobierno o rectifique o renuncie.

La mejor rectificación que podríamos esperar no es que se cambie un plan de Gobierno sino que, en el derecho que tiene a haber sido elegido a un periodo hasta 2018, se pongan las reglas absolutamente claras y haya una depuración del sistema electoral y de los órganos electorales que haga posible confiar en la transparencia de las próximas elecciones de gobernadores y presidenciales.

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¿A que llaman presión de calle? Ustedes no apoyan las movilizaciones de la MUD.

—No las estamos  apoyando, entre otras cosas, porque las convocatorias terminan en violencia. Tenemos muy claro que hay una asimetría en la violencia.

La violencia la genera el Gobierno pero una cosa es que tú respondas instintivamente a la violencia y te retires y otra cosa es que tú conviertas en héroes, glorifiques acciones de un sector de lo protestantes que ahora van con escudos, con máscaras, con molotov.

Se genera una confrontación asimétrica, absurda, en donde quienes corren riesgo certero y seguro son esos jóvenes que creen que están aportando algo favorable a las movilizaciones y las protestas.

Nosotros creemos en las protestas y movilizaciones profundamente pacíficas porque creemos que eso perturba más al Gobierno que tratar de confrontar a la GNB. Nosotros, muy modestamente, hemos iniciado algunas movilizaciones, estamos todos los jueves al frente de la Fiscalía, y algunos de nosotros han acompañado a algunas movilizaciones que se han hecho en términos realmente pacíficos. No negamos la movilización en ese sentido y en la concentración que tuvimos al frente de la Fiscalía, en conjunto entre Marea Socialista, organizaciones sociales y trabajadores del Ministerio Público (MP), fuimos objeto de agresión por parte de colectivos.

No negamos a la gente que forma parte de nosotros que se movilice si se siente convocado por las grandes movilizaciones de la MUD, pero nuestra conducción política nos orienta a tratar de demostrar que es factible y posible hacer otro tipo de protesta, que sume a la protesta de la gente honesta que está movilizándose y que no tiene intención de confrontación ante los órganos represivos del Estado.

Tanto ustedes como la MUD crearon organizaciones que tienen como objetivo defender la Constitución, creo que la de ustedes surgió antes.

La Plataforma en Defensa de la Constitución tiene tres años de constituida porque sabíamos a donde iba el Gobierno, iba por la Constitución. Por supuesto que nos anticipábamos a ese fenómeno, no es que tuviéramos una bola de cristal, habíamos visto todas las acciones. No sabíamos que la salida iba a ser la convocatoria a una ANC, de la manera en que fue convocada, pero sí sabíamos que el ejercicio de la violación a la Constitución iba ser más recurrente.

Nosotros felicitamos a la MUD que ha convocado recientemente, después de las sentencias 155 y 156 del TSJ, a la constitución de un Frente en Defensa de la Constitución. Creo que además tomaron como referencia la acción de la constitución de la plataforma. No hemos tenido un espacio de coincidencia aún, a pesar de que hubo un evento donde estuvo Ricardo Combellas, uno de los promotores de ese Frente y estuvimos algunos de la plataforma, no se ha hecho un llamado a integrar los dos espacios.

Si tienen ese elemento en común, ¿por qué no se ha logrado esa integración?

—Insisto en la disposición de poder dialogar para ver cómo se suma ese esfuerzo y aplaudimos cualquier iniciativa, pero hemos percibido que hay una suerte de partidización del Frente en las regiones y si observas cómo se presenta ese Frente, y los comités que se están organizando de la MUD, prácticamente Un Nuevo Tiempo (UNT) lo ha secuestrado desde el punto de vista simbólico. Hacen la constitución de los frentes con insumos y con convocatorias de UNT.

Nosotros ni siquiera podemos afirmar que la Plataforma en Defensa de la Constitución es de Marea Socialista, habiendo sido una iniciativa de nosotros y siendo parte de ella. No tenemos ningún inconveniente en poder sentarnos en el momento en que sea necesario para poder discutir el tema del Frente y la Plataforma preservando los espacios y las diferencias. La Plataforma en Defensa de la Constitución una vez fue convocada a la Asamblea Nacional (AN) por parte de la Comisión de Contraloría y otra comisión y nosotros asistimos a esa sesión donde expusimos nuestros puntos. No hay resistencia ante eso, el país requiere hoy la necesidad de que haya diálogo, debate y puntos de encuentro. Más allá de las diferencias que deben preservarse y son necesarias en democracia.

 ¿Sienten que no ha habido apertura dentro de la MUD?

—Hay dos cosas que nos preocupan de la Mesa: que hay muchos sectores queriendo absorber y derrotar. Al final hay una pretensión de una acción política que pretende desdibujar nuestra naturaleza, como un sector del chavismo democrático y la izquierda democrática que está tratando de tener su propio espacio y su propia personalidad.

Insisto, no nos negamos a articular porque hoy tenemos a un enemigo en común que es la vocación autoritaria, totalitarista y prodictatorial que profesa el gobierno del Presidente Maduro y la permanente violación de los Derechos Humanos y la violencia con la que trata de imponerse.

Eso no implica que estemos, en este momento, planteándonos un programa único con la MUD, eso implica que tácticamente podemos estar de acuerdo en una serie de acciones, pero es importante, para quienes lo lean de la Mesa, que entiendan que la vocación de absorber y aplastar, de consumir todo lo que sucede en torno a la MUD, no beneficia a la democracia.

Incluso las convocatorias de las movilizaciones y marchas no logran avanzar más en la cantidad de personas. Llegó a un tope porque todas son convocadas por la Unidad aun cuando trate de pintarse de sectores. Si está convocando el sector estudiantil, al final es la MUD la que lo está haciendo, sin consultarle a nadie, marcando la agenda. Eso es dicho por sectores estudiantiles con los que tenemos contacto. La gente que tiene necesidad de protestar se ha sumado a la protesta pero se ha producido algo interesante en relación con los cronogramas presentados por la MUD: llaman a un trancazo a las 12:00 m. y ya a las 5:00 a. m. la gente sale y monta su trancazo. Hay unos dictámenes de la MUD para que sea de 12:00 m. a 4:00 p. m. y la gente se queda hasta la noche o hasta el día siguiente. La gente gesta sus propias formas de movilización y de protesta.

Eso quiere decir que hay una conducción política de la MUD que, por querer secuestrar la movilización, está generando rechazo a esas convocatorias y la gestación de movilizaciones propias con características particulares.

¿Consideran que debe haber más pluralidad en las convocatorias?

—Creo que dentro de la MUD hay un sector democrático, también creo que hay un sector totalitarista, no es Maduro el único totalitarista y con vocación autocrática y además creo que la oposición va más allá de la Mesa. Nosotros somos oposición de izquierda pero a nosotros se nos ha buscado es para tratar de arroparnos, absorbernos o tomarse la foto para decir que el chavismo crítico está con la MUD y ya vamos a tumbar el Gobierno. Nunca se nos ha llamado, nunca, insisto, para coordinar una sola acción en conjunto.

Quizá nosotros no somos quienes movamos las masas, porque el sector del que formamos parte es un sector con mucho miedo, con mucho temor, porque viene de ser chavista, o de estar identificado con el Gobierno, no se siente identificado con la MUD y no siente que la conducción de la MUD les genere seguridad para la movilización, pero nosotros somos parte de un sector, no somos dirigentes de un sector y ahí viene un poco el ejercicio de nuestra humildad. Nicmer Evans no es el dirigente del chavismo crítico y democrático, yo soy parte de algo que estamos gestando, al igual que los exministros. Apenas hoy estamos empezando a adquirir una personalidad propia para que la gente adquiera confianza y pueda integrarse a convocatorias de movilización conjunta, pero hoy el temor de este sector al Gobierno lo arropa porque conoce la capacidad de violencia que tiene.

Estamos hablando de más de 60 % de la población que no se siente identificada ni con la conducción de la MUD ni con la conducción del Gobierno, que podría ser y debe ser determinante porque es una mayoría que no representamos ni pretendemos representar, pero sí estamos buscando generar condiciones para que tenga una personalidad y articulación propia y ante ello se ofrezca también como una opción a aquellos que están polarizados todavía.

Hay un proyecto político alternativo, que no desconoce los liderazgos de la polarización, pero que está en un proceso de gestación que no se decreta, ni se arropa, tampoco pretende sustituir liderazgos mesiánicos. Hay un proceso democrático interno importante en los sectores que estamos conviviendo, de discusiones, de definiciones de acciones, es posible que estemos siendo un poco lentos porque todavía estamos ganando confianza entre nosotros, todavía estamos definiendo estrategias, puliendo las coincidencias, y esa conjunción de definición de personalidad podría, en algún momento, permitir gestar un proceso de negociación con un sector de la oposición representada por la MUD, pero por ahora no hay condiciones para eso, porque nosotros no representamos un sector grueso y sería irresponsable de nuestra parte sentarnos con la MUD o con el Gobierno diciendo que representamos el tanto por ciento de la población venezolana.

Queremos tener algún nivel de representatividad en el marco del desarrollo de una importante participación por parte de un sector que hoy no se identifica con la polarización.

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¿Cómo evalúa el papel que ha jugado la fiscal general?

—Más allá de no poder descifrar cuál es la posibilidad de la intención personal o la vocación de poder que pueda tener la fiscal yo creo que hoy su rol es importante, por la necesidad de la reinstitucionalización del país. Lo que está haciendo la fiscal es un elemento importante en cuanto a comprender que los poderes deben ser autónomos y que es necesario que cada una de esas instancias de poder, dentro del marco de los poderes públicos, deben responder a los intereses del país y no a los de un Gobierno, eso es fundamental.

Si eso se mantiene por parte de la fiscal, creo que pasará a la historia como una mujer que, en un momento de crisis como este, dio un paso al frente por la necesidad de que haya una defensa concreta por parte de los poderes públicos y de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Ese es un elemento que hay que aplaudir y respaldar. Somos solidarios con el hecho de que la fiscal dio un paso al frente y decidió hacer su trabajo ¿Qué no lo hizo durante un tiempo? Parece que no lo hizo totalmente, pero si hoy decidió hacerlo como debe hacerlo está bien y faltan muchas cosas.

La fiscal, antes de que sea destituida porque parece que ese es su destino, debería tener un pronunciamiento claro con la masacre de Cantaura, en relación con Sabino Romero, con el caso de Alcedo Mora, en relación con el desfalco a la Nación, la fuga de capitales, el manejo de Cadivi. Cosas que dejó de hacer la fiscal durante este tiempo y que hoy, que ha asumido la defensa de la Constitución y la reinstitucionalización de la Fiscalía, debería tener un pronunciamiento antes de que la destituyan.

¿Su actuación podría tener algún impacto en quienes todavía están dentro del Gobierno y tienen miedo a manifestar su posición?

—Representa dos cosas en ese sentido: uno, darle fuerzas a otros para dar el paso pero también evidencia el riesgo que se corre al dar el paso. Ella ha asumido el riesgo y eso es importante. Sobre eso habrá miles de descalificaciones, ella tendrá que defenderse de las acusaciones que se hagan y si es inocente, muy bien, pero aspiramos que lo pueda hacer en el marco de una justicia realmente justa y no en lo que es hoy: un aparato que simplemente responde a los intereses de un Gobierno.

¿Qué escenario vislumbra si, en efecto, se producen las elecciones de la Constituyente?

—Un caos, lamentamblente los métodos de lucha van a cambiar por parte de muchos sectores políticos y no políticos y con el altísimo rechazo a la aplicación de una ANC, que pretende representar los intereses de 10 % del país o menos, difícilmente se va a poder abarcar o lograr ganarse al resto del 90 %, eso inevitablemente conduce a una confrontación.

El Gobierno está promoviendo una confrontación civil y la está promoviendo con una ANC.

Es el que promueve la posibilidad de una guerra civil en el país, si continúa con las amenazas, cada vez más certeras, de una ANC que solo representa el interés de quienes hoy están enquistados en el poder para preservarlo y eso es lamentable. Creo que están a tiempo y hay posibilidades de declinar la instalación de esa Constituyente. Ojalá el esquema de agresión contra la Constitución pueda cesar por parte del Gobierno y haya un momento de raciocinio que permita buscar nuevamente la necesidad de la estabilidad del pueblo venezolano.

Foto: Francisco Bruzco


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