La falta de transporte superficial y subterráneo ha impedido la llegada del personal de salud a los centros médicos. En Salud Chacao entre los trabajadores han tenido que cubrir a los compañeros ausentes, mientras que al Hospital Vargas apenas pudieron llegar seis enfermeras a la emergencia.

Caracas. Los estragos de la capital sin luz no permitieron, en algunos casos, la llegada de médicos, enfermeras, paramédicos y trabajadores a los centros de salud. El Metro de Caracas cumple tres días sin prestar servicio comercial, el transporte público superficial, que ya tiene 80 % de déficit en su operatividad, no fue una opción para las personas que languidecen en las paradas.

Por dificultades de transporte algunos han cubierto el espacio de otros que no han llegado, cuenta Janette Padrón, gerente de emergencia de Salud Chacao. El centro asistencial tiene cinco médicos, tres enfermeros, tres paramédicos, un auxiliar y un técnico  de radiología, dos vigilantes más el personal de servicios generales y administrativo. Muchos viven fuera de Caracas, “entonces el esfuerzo para mantener la emergencia ha sido mayor”, dijo Padrón.

Conseguir gasoil para mantener operativa la planta también requiere de esfuerzo. Para un consumo de 21 horas, Salud Chacao necesita 600 litros del combustible. Padrón menciona que han tenido apoyo de las estaciones de servicio y particulares. “Tenemos suministro para tres días, pero nos preocupa que esto se pueda prolongar”, agregó.

A la emergencia de adultos del Hospital José María Vargas apenas llegaron seis enfermeras, quienes tuvieron que cubrir los seis servicios que, en condiciones normales, debería contar con cuatro en cada sala. Las consultas médicas fueron suspendidas.

A 17 días del primer apagón nacional, un segundo corte de energía volvió a dejar al país sin servicio eléctrico. Los constantes cortes y fluctuaciones exacerban la crisis de un país que desde hace cuatro años vive una emergencia humanitaria compleja: 75 % de los centros de salud pública no reciben agua continua, al menos 60 % de la asistencia médica disponible en 2011 se perdió entre 2012 y 2017.

Mauro Zambrano, representante sindical de hospitales y clínicas de Caracas, señaló que algunos trabajadores caminaron desde Petare hasta el Hospital Clínico de la Universidad Central de Venezuela. El gobierno no está preparado para esta contingencia. Si hay un plan para el traslado del personal, es insuficiente; en esta situación la gente llegó por sus propios medios. Si esto persiste se deben disponer de vehículos, expresó.

La situación no fue diferente en el Hospital de Niños J. M. de los Ríos. A la sala de hospitalización cinco enfermeras no pudieron llegar por falta de dinero en efectivo. Tenemos un plan de contingencia. Las personas que viven más cerca se distribuyen entre los turnos para poder cubrirlos y luego libran varios días, manifestó una enfermera quien prefirió no revelar su identidad.

Tras las fallas del servicio eléctrico, que el Gobierno de Nicolás Maduro acusa como consecuencia de “sabotajes” y “ataques” a las vías de transmisión, la atención en los hospitales se ha visto mermada. En la mayoría de los casos las plantas solo iluminan las salas de emergencia, mientras que los pisos se mantienen a oscuras. La atención médica se limita a heridos por armas de fuego, heridos o pacientes con pronóstico reservado.

Foto: Carmen Victoria Inojosa


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