Algunos locales, sin embargo, mantenían los mismos precios de inicios de mes en algunos rubros. Mientras que varias charcuterías ofrecían el kilo de queso duro hasta en 350.000 bolívares, otras terminaban de vender lo que tenían entre 180.000 y 200.000 bolívares.

Caracas. El regalo de Reyes Magos le llegó por adelantado a los venezolanos: el aumento del dólar paralelo, que durante los primeros tres días de enero fue de 20 %, sumado a la emisión de bolívares ligada a los “petroaguinaldos”, influyeron en el alza abrupta de precios de algunos alimentos en comercios de la ciudad.

Hilda Lara, habitante de El Paraíso, postergó su habitual compra de alimentos de los sábados por compromisos familiares. Ese día, una vecina le aseguró que el kilo de carne en el supermercado Central Madeirense del sector se vendía por debajo de los 200.000 bolívares, “a precio viejo”, asegura que le comentó.

Este lunes se acercó al establecimiento y se encontró con otra realidad: la carne molida a 214.000 bolívares; el solomo en 291.000 y el kilo de lomito superaba los 300.000 bolívares, entre 60 % y 80 % de incremento respecto al precio que marcaban el 12 de diciembre del año pasado.

Productos como el arroz se vendían entre 60.000 y 90.000 bolívares dependiendo del local y la marca. Foto: Alberto Torres
Aumentos por aquí, y por allá

En bodegas y locales de Quinta Crespo, El Paraíso y San Martín el panorama era similar. Algunos comerciantes sostuvieron que los cambios se debieron al aumento del dólar paralelo, que durante la mañana del 6 de enero se cotizaba en 78.352,43 bolívares, según el indicador de Monitor Dólar.

Pese a no aceptar petros, moneda virtual creada por el gobierno de Maduro, sus precios se vieron afectados indirectamente por la implementación de ese nuevo método de pago, que también arrastró a los usuarios.

Henkel García, director de la firma Econométrica, asegura que la emisión del bono de medio petro a empleados públicos y pensionados influyó en la devaluación del bolívar y aceleró la inflación, debido a que los comercios que aceptaban la “criptomoneda” recibían bolívares a cambio por parte del Banco de Venezuela.

Foto: Gleybert Asencio
Inflación y devaluación casi de la mano

García duda que esos bolívares hayan sido entregados por el banco estatal sin que el Banco Central de Venezuela (BCV) se los haya dado, por lo que tal inyección de base monetaria durante las últimas dos semanas “podría haber sido utilizada por los comercios para reponer inventarios o protegerse de la depreciación de la moneda, haciendo presión sobre el tipo de cambio”.

Algunos locales, sin embargo, mantenían los mismos precios de inicios de mes en algunos rubros. Mientras algunas charcuterías ofrecían el kilo de queso duro hasta en 350.000 bolívares, otros terminaban de vender lo que tenían entre 180.000 y 200.000 bolívares.

Julio Montilla, encargado de un comercio de San Martín, señaló que en su negocio aún contaban con harina de maíz en 65.000 bolívares debido a que era “parte del inventario viejo” y que estaban a la espera de que los proveedores les informaran los nuevos precios.

Infografía: Amadeo Pereiro
La influencia del dólar

La economista y profesora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Karelys Abarca, señala que “hay una correlación entre la pérdida de valor de la moneda y el incremento de los precios porque la economía está dolarizada informalmente”, situación que se ha agravado gracias a la emisión de petros.

A juicio de Abarca, el petro (que asegura no es una criptomoneda porque no se mina, sino que el Gobierno la emite discrecionalmente) desmejora las expectativas cambiarias y acelera la inflación y la devaluación, por lo que la suspensión temporal de su uso, anunciada por las autoridades, podría estabilizar un poco el mercado paralelo, aunque eso no se traduzca en una reducción de la demanda de divisas.

Henkel García, por su parte, señala que lo más probable es que los precios y el dólar paralelo no aumenten al mismo ritmo que durante la primera semana de enero, pero que eso dependerá de la cantidad de base monetaria que exista en la economía nacional, cifra que el BCV no actualiza desde el 20 de diciembre.

Foto: Alberto Torres

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