PSUV y MSV justificarán 10 millones de votos con el “sistema electoral revolucionario” (y II)

Las UBCh reportaron al Partido luego de los censos casa por casa que hay comunidades con más opositores que chavistas. Por tal motivo, el oficialismo tiene como estrategia dividir los votos entre el PSUV y el Movimiento Somos Venezuela.

Caracas. Los resultados de las consultas que realizaron las Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCh) en diferentes zonas del país activaron más las alarmas dentro del Partido Socialista Unido para Venezuela (PSUV) y el Movimiento Somos Venezuela (MSV) que buscarán justificar los 10 millones de votos que desea Nicolás Maduro para las elecciones presidenciales del 20 de mayo mediante el “Sistema Electoral Revolucionario”.

El censo efectuado reveló que en varias comunidades hay más opositores que chavistas pese a que son beneficiarios de las misiones. Ante esa situación, la dirigencia del oficialismo se plantea dos acciones:

La primera

El PSUV efectuará el próximo 6 de mayo una “gran movilización de la maquinaria” para medir su efectividad y ver si la militancia es capaz de asegurar que llevará a otros a votar. Para ello, deben llevar el carnet del PSUV y registrar el nombre de la persona que desean acompañar el día de las elecciones, como parte del 1×1 para lograr la meta de 10 millones de votos.

En función del Plan de la Patria 2019-2025 y su operatividad a nivel nacional haremos una jornada de movilización y ensayo de la gran maquinaria del PSUV en todos los centros electorales. La militancia debe registrar el código QR del carnet del PSUV, a fin de que la militancia del partido pueda participar activamente en los procesos políticos y sociales del país. La meta tiene que ser convertir a esos 6,3 millones de personas, en militantes activos de la Revolución Socialista y Bolivariana de Venezuela, se ufanó Maduro en días pasados.

El censo de la Red de Articulación y Acción Sociopolítica (Raas) del PSUV y del MSV en las comunidades adquiere un “objetivo estratégico” ya que la data puede ser utilizada en varios planes: 1) señalar a los “enemigos”. 2) movilizar a la militancia. 3) y el más importante, saber quiénes no se movilizarán el día de las elecciones con lo cual el oficialismo activará su “fase de remolque” y “de victoria popular”, que consiste en el uso de los datos de las personas, aseguraron fuentes del PSUV y del Polo Patriótico.

En este plan, el rol del MSV es vital. Las razones que motivaron a la creación del Movimiento son múltiples pero la principal es una sola, según diversas fuentes consultadas.

El MSV surgió el 11 de junio de 2017 pero Maduro anunció el 27 de enero de 2018 que sería convertido en partido. El 29 de febrero es admitido en el Poder Electoral en sustitución del nombre de Un Nuevo Camino Revolucionario para así hacer el trámite más expedito pues inscribirlo como nuevo requiere de tiempo por la logística que implica, como recoger firmas y convocar a asambleas internas.

El Gobierno pretende que el Poder Electoral anuncie, al final de los comicios, que hubo una alta votación y que Maduro cumplió ‘la meta de Chávez’, ¡10 millones, son 10! Las tarjetas del PSUV y del MSV se distribuirán los votos, junto con los aliados, pues si solo participa el PSUV no es fácil atribuírselos todo porque la maniobra sería desmontable y quedaría al descubierto el procedimiento, contemplado en el denominado Sistema Electoral Revolucionario (SER), revelaron fuentes del oficialismo y asambleístas consultados.

El Registro Electoral de Venezuela es de 20,5 millones de ciudadanos y, si el Consejo Nacional Electoral (CNE) asevera que votaron 60 % o 73 %, calcularán la movilización en 12,4 millones o 14,8 millones, según sea el caso, con lo cual buscarán que la jornada tenga legitimidad por la participación y podrían justificar los resultados que se asignen a los principales partidos progubernamentales, agregaron.

La estrategia es contar con una tarjeta, diferente al PSUV e incluso a la de los aliados, que le sirva de alternativa para captar a los chavistas descontentos con el principal partido de gobierno, que movilice a los beneficiarios de las misiones, a los censados en el carnet de la Patria (16,5 millones de venezolanos, reporta la Vicepresidencia Social) y atribuirle los votos que no tendría el PSUV.

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El Poder Electoral dirá tres cosas: Que Maduro ganó con 82 % de los votos, 12,1 millones, en el segundo escenario; que el PSUV es la principal fuerza política, que le siguen el MSV, el PCV y PPT; y que participaron 4 candidatos del ‘bando opositor’ lo que sería usado para darle la legitimidad al proceso, según el ‘protocolo’ a seguir. En otras palabras, el Somos es una mampara para desviar votos y disfrazar el fraude, indicaron las fuentes.

Los consultados reiteraron que Miraflores usa el argumento de que el MSV tiene como fin captar a quienes no se identifican con el PSUV, pero son chavistas-maduristas. Agregan que intentan posicionar la matriz de que el universo de independientes y “ni-nis” apoya la “revolución” y que la inclinación del sufragio fue espontánea y no responde a una maniobra o fraude.

Desde su creación, el PSUV se adjudica 7 millones de militantes pero en las elecciones no pasa de 5,3 millones de votos, así que en 2018 necesitan de los aliados y de esa nueva opción, integrada por un liderazgo joven y que resuelve los problemas sociales de manera directa a través de los brigadistas, para decirle al mundo que sí tienen apoyo y son mayoría.

El uso de las datas ya fue admitida por el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, el pasado 17 de febrero, cuando, con los equipos del Saime, hicieron en plazas y casas del partido un recenso de la militancia del partido, a quienes se le entregó un “carnet inteligente” que, en la práctica, permitirá ubicarlos y movilizarlos hacia los centros electorales el día de las votaciones.

Imagínese el control que nosotros podemos tener (…), información precisa, dijo Cabello ante periodistas, aunque se reservó el censo actual del partido, estimado en al menos 5 millones.

Ni Maduro, ni el MSV han negado que el plan sea cumplir la meta de “10, son 10”. Por ejemplo, @SomosVOficial escribió el 19 de febrero: El movimiento de movimientos visitará cada rincón del país, el #22Abr lograremos los 10 millones de votos que le dará la victoria al candidato de la Patria @NicolasMaduro #JuntosPodemosMás #VenezuelaSeDefiende.

El constituyente Julio Chávez dijo que el MSV forma parte de “una táctica electoral para la coyuntura. Va a llevar una tarjeta en la que podrán votar todas aquellas personas que evalúen de manera positiva las políticas de atención social, implementadas por la revolución bolivariana. El carnet de la Patria ha inscrito más de 16 millones de personas, venezolanos que no necesariamente militan en nuestro partido. Somos Venezuela no va a confrontar con el PSUV, ya que no es un partido político”.

En octubre de 2017, el director de Hinterlaces, Oscar Schemell, dibujó ese escenario al evaluar los resultados comiciales y recomendaba extender la alianza: En las presidenciales habrá mayor participación, por lo que el chavismo necesita ampliar su mayoría electoral. Ese es el desafío mayor. Con la votación de 6 millones del 15 de octubre no se ganan las presidenciales. El chavismo necesita 2 millones de votos más. Por lo tanto, el gobierno debe conectar su discurso y política con sectores de clase media popular y media, con sectores productivos. Tienen frente a sí un desafío político.

En el último informe de febrero de 2018, Hinterlaces llama a este sector “Independientes o Agóricos” cuya característica es que inclinan la balanza en cualquier elección. Se mueven en unos espacios que van desde los chavistas pragmáticos, pasando por aquellos que efectivamente no se identifican ni con el chavismo ni con la oposición, hasta aquellos opositores descontentos o sin simpatías partidistas. Aquí se ubica hoy en día aproximadamente 41 % de la población electoral venezolana. Si de algo tiene certeza este grupo, y en lo cual coinciden todos los que lo integran: chavistas pragmáticos, agóricos propiamente y opositores sin afiliación, es en lo que no quieren: todos rechazan la violencia y el caos, así como la posibilidad de que fuerzas militares extranjeras.

La campaña de Maduro ratifica estos conceptos y, por ello, el slogan habla de unión, de poder hacer cosas y de paz.

La segunda

Lo que pasará “el día D”, elecciones presidenciales, está en lo que el Comando Político de la Revolución llama “el nuevo Sistema Electoral Revolucionario”, cuyo sustento es el Estado, sus funcionarios y los ciudadanos al servicio de los gobernantes.

El SER o también conocido dentro del oficialismo como “Voto Organizado” (Maduro y Diosdado Cabello, dixit) tuvo su sustento en el Ministerio de las Comunas, bajo la dirección de Aristóbulo Istúriz, cuya base es la data de consejos comunales, comunas o el llamado “poder popular”.

Su génesis data del pasado. Su mentor fue Jorge Rodríguez quien se comprometió con Hugo Chávez en conseguir “10 millones de votos pal Comandante”. Metas que se formularon en 2006 y 2012, y ahora intentarán en 2018.

El proyecto de Rodríguez no tuvo éxito en su momento, no obstante, los resultados electorales y el tiempo permitieron perfeccionarlo. En el despacho de las Comunas planificaron la “toma política” de 644 parroquias, de las 1.300 existentes en el país, como un “corredor electoral” que alimentara la base del proyecto político y cualquier partido, según informes de Fundacomunal.

El fin: Obtener el control político y electoral de los nuevos urbanismos de la Misión Vivienda para lo cual se comparó la data de beneficiarios con la base de electores y de militantes en el Psuv y así se concibió el andamiaje de prebendas a cambio de votos.

Una vez que se concretó esa plataforma, Maduro propuso el Carnet de la Patria en 2016 como una forma de censar a quienes aún no eran beneficiarios de las misiones, conocer de sus necesidades y luego enviarle a emisarios a que se lo resolvieran a dieran la esperanza de que los atenderían. Fue así como detectaron 350.000 mujeres embarazadas y se creó el programa Parto Humanizado y toda la serie de “ayudas revolucionarias” o bonos.

El carnet de la Patria fue un mecanismo de presión electoral usado en 2017 en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, las regionales y las municipales. Maduro pensó que ya era hora que esa estructura del Estado tuviera un carácter electoral y nada mejor que aprovechar la coyuntura de unos comicios presidenciales a mediados de 2018 para que además Somos Venezuela saliera a la opinión pública y solicitara su legalización ante el Poder Electoral, que la obtuvieran de manera express mientras, organizaciones como Marea Socialista, Vente Venezuela y Alternativa Uno, esperan que el Tribunal Supremo de Justicia les dé el visto bueno desde 2015.

En lo electoral, el eje central del MSV depende del Operativo 4×4; es decir, el uso de plataforma del Estado para captar y buscar votos en un operativo de movilización especial cuyo operadores  son las salas situacionales de Miraflores (Puesto de Comando Presidencial) y del Psuv.

El MSV abre la oportunidad a Maduro de construir “sus propios aliados”, en vista que la dirigencia del PCV y PPT si bien le expresan respaldo, reclaman su posición beligerante, crítica y podría resolver ser la “oposición” en el futuro de la “revolución”.

En los próximos días dirán que en Venezuela hay tanta democracia que dos partidos comparten el poder, el PSUV y el Somos, expresaron fuentes del PSUV, quienes agregaron que ante la comunidad internacional, señalarán que el presidente del país es de ese partido y que la ANC es conducida por “un grupo aliado”.

El MSV carece de líderes visibles y está conformado por funcionarios del Estado, “leales y comprometidos”, operadores vecinales y comunales, similar a la red de “electores” de Cuba.

Las plataformas gubernamentales en el intento de mantener la silla presidencial son el Movimiento Somos Venezuela (MSV), el Plan Chamba Juvenil y el carnet de la Patria.

En el III Encuentro de Somos Venezuela se establecieron las bases del grupo que, por ahora Maduro no llama partido, sino “movimiento socio cultural, socio político”, que pasa a controlar la burocracia electoral del Psuv, con la diferencia de que no está la vieja guardia de la izquierda, ni del chavismo originario. La mayoría de sus integrantes son jóvenes, presa de la propaganda oficialista y de sus ejecutores.

En diciembre de 2017, Maduro ordenó que se sumaran 120.000 nuevos brigadistas a MSV para un total de 200.000 nuevos voluntarios y que, en un plazo de 15 días, el Movimiento instalara coordinaciones en los 335 municipios de todo el país. El trabajo se terminó en noviembre del año pasado sin a nadie se le revelara el verdadero propósito: Ser una plataforma electoral.

“Pueden confiar en mí muchachos, porque soy un hombre de los barrios, y juré ante Chávez dar mi vida por el pueblo de Venezuela”, clamó Maduro en el acto de lanzamiento del MSV el 7 de febrero.

Las coordinaciones regionales y municipales están integradas por el Frente Francisco de Miranda, brigadistas de Somos Venezuela, Plan Chamba Juvenil, Movimiento Hogares de la Patria, Jóvenes de la Patria Robert Serra, misiones educativas y otras misiones; médicos integrales comunitarios, así como representantes de la Gran Misión Barrio Nuevo Barrio Tricolor y Misión Vivienda Venezuela, comunas y consejos comunales, Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), Milicia Bolivariana y del Movimiento por la Paz y por la Vida.

La militancia del MSV se nutre de estas instancias financiadas con recursos del Estado, en contraposición con la Constitución.

En la estructura interna y de cara a las elecciones, se constituyeron 24 coordinadores sectoriales o frentes sociales, con sus conductores:

En la estructura hay frentes estadales, manejadores de las redes sociales (@msomosven) y coordinadores, en lugar de secretarios políticos.

Foto referencial: Francisco Bruzco @bruzco1


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