Revendedores de productos de Catia le suman otro artículo al negocio: dólares

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Las ofertas se confunden unas a otras en ese bulevar conocido por su antiguo mercado de reventa en época de escasez de artículos esenciales. Sin embargo, los más veteranos abordan a quienes pasan curiosos. “Cuánto quiere comprar”, pregunta un hombre que tiene la tasa por debajo de lo que marcan los cotizadores oficiales y paralelos.

Caracas. Ni la pandemia ha logrado replegar a los vendedores informales de Catia. En lo que va de año siguen allí ofertando productos básicos, víveres, hortalizas y cualquier cosa que se pueda cambiar. Ahora con el avance de la dolarización en el país los buhoneros también compran divisas.

Es un día de cuarentena estricta, pero el tránsito de gente que va a vender y a comprar hace que parezca una semana cualquiera, sin coronavirus. Una misma persona anuncia que vende harina de maíz para hacer arepas y que compra dólares.

Las ofertas se confunden unas a otras en ese bulevar conocido por su antiguo mercado de reventa en época de escasez de artículos esenciales. Sin embargo, los más veteranos abordan a quienes pasan curiosos. “Cuánto quiere comprar”, pregunta un hombre con una faja de bolívares en la mano. La tasa la tiene fijada en Bs. 420.000, por debajo de lo que marcan los cotizadores oficiales y paralelos del dólar.

Este martes 27 de octubre un dólar en el mercado oficial, que reporta el Banco Central de Venezuela, costaba 464.291 bolívares, mientras que en el paralelo Bs. 479.429, según el cotizador Monitor Dólar.

Pero quienes están urgidos por bolívares en efectivo optan por perder alrededor de 12 %.

Algunos vendedores también tienen ofertas de dos harinas de maíz por un dólar. Las marcas de los artículos varían y en muchos casos no son nacionales. La industria local, afectada por la recesión de los últimos años, opera a menos de su capacidad instalada. Actualmente, produce unas 50.000 toneladas al mes de harina de maíz precocida.

En un país agobiado por la hiperinflación la búsqueda de divisas se ha hecho cada vez más urgente. En la redoma de Catia hay quienes cambian uno, dos o tres dólares. La cantidad no es impedimento.

La dolarización no es lo único que crece en el país, también lo hace el mercado informal. La Encuesta Sobre Condiciones de Vida en Venezuela (Encovi 2019-20) revela que los asalariados se redujeron entre 2014 y 2019 al pasar de 62 % a 46 %.  Los ocupados por cuenta propia aumentaron, al pasar en ese mismo periodo de 31 % a 45 %.

La población se ha empobrecido en los últimos años debido a la crisis económica y a las medidas que hundieron los salarios y la calidad de vida.

Desde que aparecieron los primeros casos de COVID-19 los vendedores no han dejado de acudir al bulevar de Catia, sitio donde la gente va buscar alimentos a precios más económicos o donde otros harán la ganancia del día. El confinamiento es desafiado una y otra vez en la parroquia Sucre ante el hambre y la necesidad de captar dólares.

Foto: Tairy Gamboa/Crónica.Uno


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