Santos y “Don Bárbaro” laboral vuelven a enfrentarse en el llano

La pelea en el oficialismo parece, por momentos, escenas de la novela de Rómulo Gallegos. Es el bien y el mal por el control político, aunque no hay rasgo de amor

Hernán Lugo-Galicia/@HLGNapita

Caracas. Una camioneta, último modelo, levanta el polvo en San Juan de Los Morros. Es el gobernador de Guárico, Ramón Rodríguez Chacín, que llega con sus escoltas.

La dirigencia del PSUV tiembla ante el “nuevo poder”, una vez que el ex mandatario Luis Enrique Gallardo fue detenido por supuesta corrupción. Eso pasó el 27 de junio de 2013.

La “limpieza” comenzó y unos pocos se opusieron. Quienes lo hicieron se los tragó el tiempo. Sin embargo, al peseuvista le salió, así se pronto, con temple y coraje, un adversario; o mejor, una adversaria. Santos es su apellido.

La historia de Doña Bárbara se repite, aunque los actores tienen diferente sexo.

Yaditza Santos salta a la pelea contra Rodríguez Chacín ante el incumplimiento de la Ley Orgánica de los Trabajadores (ras), que promovió Hugo Chávez antes de fallecer y que pretendía cambiar las relaciones entre el patrono y el obrero y, por supuesto, acabar con las “injusticias”.

Santos es maestra y pidió al mandatario que incorporara a la nómina regional a 3.000 trabajadores contratados, en vista que la LOTT obliga a eliminar la tercerización en todos los ámbitos del trabajo. La Gobernación de Guárico posee 9.000 trabajadores.

A partir del reclamo, en enero de 2015, se inició su viacrucis: fue despedida, a pesar de la inamovilidad laboral, decretada por Chávez y ratificada por Maduro, y que poseía fuero sindical por ser delegada del Sindicato de Trabajadores de la Educación y pertenecer al movimiento Trabajadores por la Patria, del partido Patria para Todos.

“El 27 de mayo de este año fui despedida con el aval del Ministerio del Trabajo a pesar de que no había pruebas o testigos sobre alguna falta a mi trabajo; fue tan solo por exigir lo que Chávez pidió: No abandonar a los trabajadores, que son la razón de ser de una revolución y, de modo especial, del socialismo”, relató Santos.

La llanera contó con el apoyo de PPT en su lucha, pero el tono del reclamo bajó una vez que se iniciaron las discusiones para determinar quiénes serían los candidatos a la Asamblea Nacional con el PSUV y dentro del Polo Patriótico.

“No gozo del sueldo y fui despedida sin elementos. No obstante, sigo en la lucha con los trabajadores. Chávez nos enseñó a luchar hasta vencer”, afirmó Santos, con la esperanza de ganarle una a Rodríguez Chacín, considerado una “pieza radical” en el oficialismo; no en vano, Chávez lo designó, en 1999, como el enlace con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y luego ministro de Relaciones Interiores.

“¿Cómo es que el Ministerio de Educación metió en su nómina a maestros nacionales que llevaban 2 años como contratados mientras en Guárico hay trabajadores que llevan entre 4 y 5 años a la espera?”, interroga Santos, quizás pensando que la justicia se impondrá al final en el llano o, tal vez, que a Rodríguez Chacín le pase como a Doña Bárbara que optó por montarse en un bogón y se perdió en las aguas de los ríos llaneros. En el caso del peseuvista, sería en la camioneta, último modelo.


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