Se cambió de horario en el gimnasio por la inseguridad y aún así lo mataron

Julio Martínez, de 26 años, fue asesinado el martes a las 6:00 am cuando iba a hacer ejercicio. Lo interceptaron para robarlo, le quitaron todo.

Caracas. “En las noches no nos movíamos de la ventana hasta que él no llegara a la casa. Vivíamos en una sola angustia, cuando veíamos que estaba cerca ya estábamos tranquilas, antes no”, soltó una familiar de Julio Javier Martínez, asesinado en el callejón El Mamón del barrio Mirador del Este, en Petare.

El joven, de 26 años, salió de su casa a las 6:00 am del martes porque iba a hacer ejercicio en un gimnasio, ubicado en La California, antes de irse al trabajo. Anteriormente entrenaba de noche pero cambió su horario a la mañana por la inseguridad, ya que le daba miedo llegar a su casa tan tarde.

Sin embargo, estas medidas de seguridad no evitaron que se convirtiera en una víctima más del hampa. Mientras caminaba al Metro fue interceptado por unos delincuentes, que no contentos con arrebatarle todo, le dispararon.

Sus familiares se enteraron una hora después, cuando ya había fallecido, por una llamada que le hicieron funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).

Julio planeaba irse del país con una de sus hermanas, en febrero de 2017. Intentaría probar suerte en Panamá. Junto con un amigo se asoció y abrieron un local en el Centro Comercial City Market, en Sabana Grande. Después de su rutina se iba al trabajo y luego a su residencia.

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Vivir en una zona popular

El comerciante vivía desde hace siete años en el barrio Mirador del Este, con su mamá y dos hermanos. Se crió en la urbanización El Cafetal, al este de Caracas, pero por motivos de fuerza mayor tuvieron que vender su apartamento y se mudaron a Petare.

“Nunca hemos logrado adaptarnos, vivir ahí fue un cambio muy drástico. Nosotros salimos al trabajo y regresamos a la casa solamente a dormir. No nos sentíamos de ahí, porque no nos criamos ahí y la gente se da cuenta de que no somos de la zona, por eso solo íbamos a dormir a la casa”, declararon allegados.

Añadieron que vivían muy nerviosos por las malas noticias que frecuentan la zona, al igual que Caracas, y no acostumbraban llegar tan tarde por la inseguridad.

Los parientes comentaron que Julio no terminó sus estudios porque siempre tuvo una vena para los negocios, por eso era tan trabajador y dedicado a su local.

“Le encantaba hacer ejercicio, jugaba futbolito y se la pasaba en el gimnasio”, dijo uno de los dolientes, que se encontraba en la morgue de Bello Monte retirando el cuerpo del joven.

Se conoció de manera extraoficial que entre martes y miércoles fueron ingresados al menos nueve cadáveres a la morgue de Bello Monte.

Foto referencial: Angeliana Mendonza


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