Sector agrícola requiere de tecnología y financiamiento para contrarrestar cambio climático

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Desde el gremio indican que es incipiente la agricultura sostenible en el país. Hasta ahora los agricultores más especializados lo que hacen es evaluar los niveles de precipitación con un pluviómetro. Para mejorar el acceso a tecnologías requieren de recursos, pero el sector apenas recibe 10 % de lo que necesitan en créditos.

Caracas. El cambio climático amenaza con volver cada vez más extremas las temperaturas, lo que demanda mayores acciones por parte de las industrias y sectores que generan emisiones de gases de efecto invernadero. El desmonte de tierras es una de ellas, debido a que puede liberar dióxido de carbono. 

En Venezuela la adopción de mejores prácticas en el campo para contrarrestar los efectos del cambio climático es incipiente. A juicio de especialistas esto se debe a la falta de recursos para invertir en tecnologías que optimicen el uso de los suelos. 

“El tema de la agricultura sostenible y agricultura climáticamente inteligente está muy incipiente. Hay muy pocos productores, sobre todo, los grandes productores de agricultura extensiva de cereales, maíz, arroz y caña de azúcar, etcétera que no toman en cuenta este factor”, dice a Crónica.Uno Saúl López, ingeniero agrónomo y presidente de la Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos y Afines (Sviaa).

Hasta ahora los agricultores más especializados lo que hacen es evaluar los niveles de precipitación con un pluviómetro. Sin embargo, desde Sviaa indican que les han recomendado adoptar prácticas que permitan obtener datos a través de estaciones climatológicas remotas, que pueden lograrse con un teléfono inteligente. Esto les permite obtener la información climatológica y además generar sistemas de alerta temprana para tomar decisiones. 

BBVA Provincial lanzó este miércoles 3 de agosto el primer programa de financiamiento sostenible en Venezuela dirigido a los sectores: comercial, agrícola, microcrédito y personal. En un comunicado la empresa señala que busca apoyar a los clientes en su transición hacia modelos productivos más sustentables, renovables, de autoconsumo y eficiencia energética. 

La necesidad de financiamiento es una de las demandas más recurrentes del sector, el cual apenas recibe 10 % de lo que requiere. Para 2021 la Sviaa estimaba que la cartera agrícola sería de $100 millones, mientras que las necesidades rondaban $500 millones solo para cubrir las básicas. 

La falta de recursos ha derivado en que las prácticas en el campo sean cada vez más limitadas y en algunos casos las maquinarias son canibalizadas para reparar lo que se daña. La Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro) calcula que el sector necesita más de 50.000 tractores nuevos y otros equipos como sembradoras, insumos, arreglar carreteras y tener acceso a tecnologías para mejorar la producción. Además, sostienen que desde hace 10 años no importan tractores. 

A pesar de que el camino contra el cambio climático es lento, en Sviaa empiezan a registrar algunas prácticas. 

Para este ciclo se ha incorporado al suelo lo que queda del maíz, la soca del maíz, para mejorar el incremento de contenido de materia orgánica en los suelos y mejorar el manejo de la gestión sostenible de la fertilidad del suelo. Eso va a generar un impacto positivo, explica Saúl López.

Otra de las que se adoptan es la rotación de cultivos para la mejora del suelo en la siembra de maíz y frijol chino. Para el ingeniero agrónomo, del suelo parte todo dentro del manejo contra el cambio climático, que se llama mundialmente agricultura regenerativa. 

“El suelo es el principal ente que secuestra carbono atmosférico, el cual es el principal gas de efecto invernadero, que ha generado toda esta alteración y cambio climático”. 

El especialista explica que la rotación de cultivos en rubros como el maíz y frijol chino hay bacterias que benefician la actividad microbiana de la microflora y la microfauna del lugar, lo que logra que los procesos de degradación del suelo sean menores y contribuya a tener suelos más sanos y con mayor cobertura vegetal.

El Objetivo 13 Acción por el clima de las Naciones Unidas apunta que el cambio climático está afectando a todos los países de todos los continentes. “Altera las economías nacionales y afecta a distintas vidas”. En 2015 los países suscribieron el Acuerdo de París para hacerle frente a esta realidad, entre ellos Venezuela, que lo ratificó en 2017.

Fedeagro estima un 75 % de obsolescencia de la maquinaria. Hoy muy pocos productores han podido reponerla y operan con un rezago tecnológico que impide que haya maquinarias y tecnología con abonadoras de tasa variable para aplicar fertilización localizada, apunta el presidente de la Sviaa.

Los cultivos pudieran optimizar los procesos con el uso de instrumentos como drones fumigadores, que según los especialistas son mucho más eficientes en cuanto al producto y menos contaminantes. 

“Esa adopción tecnológica va a redundar en una mejora en la productividad y una disminución de los costos de producción y mayor renta para los productores nacionales”.

Riesgos para el medioambiente

Saúl López recuerda que este año se ha podido apreciar la intensidad de los fenómenos naturales y que este es un tema que atender. 

Para la Sviaa es de preocupación que este año algunos productores rotaran maíz con otro rubro que no es leguminosa, como lo harán con 30.000 hectáreas de girasol.

“No es la mejor decisión desde el punto de vista del manejo del suelo. Hay que procurar que después de que cumpla el ciclo de girasol se pueda incorporar al suelo también lo que queda de materia vegetal del girasol y usar mejoradores de suelo”. 

La dependencia del gasoil es marcada: al menos 80 % del sistema agroalimentario depende de este combustible. Para López aún existe la creencia de que las energías renovables son más costosas, sin embargo, indica que los precios en el mundo han bajado. 

Para la organización los agricultores también deberían convertirse en prosumidores de energía, lo cual sería posible con un cambio en la legislación que permita a quienes hagan estas inversiones en energías renovables –bien sea fotovoltaicas o eólicas– puedan tener la posibilidad de venderla alrededor de su unidad de producción y así recuperar la inversión. 


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