Sin referendo consultivo abrieron casinos y bingos en Maracay

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Desde agosto del 2021 operan en la capital aragüeña dos casinos y salas de bingo autorizados por la Comisión Nacional de Casinos, mientras que un tercero ha pospuesto su apertura desde noviembre pasado. La apertura se hizo sin la realización de un referéndum consultivo tal y como lo prevé la Ley para el Control de los Casinos, Salas de Bingo y Máquinas Traganíqueles, entre otras omisiones.

Maracay. El 31 de agosto de 2021 abrió sus puertas el casino Ciudad Jardín, ubicado en el Hotel Pipo Internacional. Dos meses después, el 29 de octubre, hizo lo propio el casino Bellagio, establecido en el Centro de profesionales de Aragua (Ceproaragua). Ambos establecimientos están ubicados en la jurisdicción de la parroquia las Delicias de Maracay, la más privilegiada de la ciudad.

Pero la apertura de estos locales omitió algunas exigencias de ley como la realización de un referendo consultivo que prevé el artículo 25 de la Ley para el Control de los Casinos, Salas de Bingo y Máquinas Traganíqueles.

“Para la autorización correspondiente, el Ejecutivo nacional solicitará al Consejo Supremo Electoral la realización de un referéndum consultivo en la parroquia respectiva, mediante el cual sus habitantes se pronuncien acerca de si están o no de acuerdo con la ubicación de tales instalaciones en su ámbito territorial. El resultado de este referéndum será vinculante cuando sea negativo”.

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El casino Ciudad Jardín, ubicado en el Hotel Pipo, se encuentra cerrado desde diciembre. Foto: Gregoria Díaz.

Además, el mismo artículo prevé que las instalaciones donde funcionen casinos, salas de bingo y máquinas traganíqueles, deberán estar ubicadas en zonas geográficas previamente declaradas turísticas y aptas para el funcionamiento de estos establecimientos, aprobados por el presidente de la República en Consejo de Ministros, a solicitud del organismo rector del Turismo.

Ninguna de las dos exigencias legales fue ejecutada previo a la apertura de los dos casinos ubicados en Maracay. Aunque Aragua siempre ha sido considerado como un estado turístico, ni el Ejecutivo ni el Consejo de Ministros han hecho pública la declaratoria de Maracay como zona turística.

Otra de las omisiones legales que se evidencian en la instalación de casinos y salas de bingo en la ciudad es la establecida en el artículo 23 de la ley que regula la actividad.

“Los locales destinados al funcionamiento de casinos deberán estar ubicados en edificaciones hoteleras, clasificadas por la autoridad competente como de cinco (5) estrellas, y tener como mínimo doscientas (200) habitaciones.”

El casino Ciudad Jardín Maracay comenzó sus operaciones en el Hotel Pipo Internacional, que cuenta con una clasificación de 4 estrellas y con 122 habitaciones, mientras que el casino Bellagio está ubicado en Ceproaragua, un viejo y remozado edificio de dos plantas, donde funcionan varios gremios como el de médicos, odontólogos, bioanalistas, ingenieros, entre otros.

Pero, además, este segundo casino está ubicado justo al lado de un centro de salud privado, pese a que el artículo 26 de la ley prohíbe la instalación de estos establecimientos en las cercanías de escuelas, iglesias, centros de salud u hospitales y determina que la distancia a existir entre uno y otro nunca deberá ser menor de 200 metros.

Una decisión al azar

Bastó que, en el 2020, Nicolás Maduro aprobara retomar los juegos de azar y con ello, la apertura de un casino en el Hotel Humboldt. A partir de ese momento, se dio luz verde a la reactivación de 30 casinos en al menos 12 estados, pese a la regulación de cierre que ordenó hace 10 años, su mentor y antecesor, el fallecido Hugo Chávez, por considerarlos “antros de perdición de la burguesía”.

De acuerdo con el abogado Luis Carlos Solórzano, no hay duda de que el artículo 25 de la Ley para el Control de los Casinos, Salas de Bingo y Máquinas Traganíqueles, “es taxativo y tiene dos elementos vinculantes, sin los que no deberían establecerse casinos y salas de bingo”.

La propia expresidenta de la Asociación Nacional de Casinos y Bingos, Soraya Roye, aseguró en septiembre del 2021: “Que se debería modificar el artículo 25, ya que obliga un referendo consultivo y a que los establecimientos dedicados al juego estén ubicados exclusivamente en sitios turísticos”.

Pero a la fecha, los intentos por reformar la Ley, particularmente el artículo 25, han quedado engavetados. Como la reforma de ley llevada a cabo en el 2002, por una comisión mixta de diputados de la Asamblea Nacional y que solo fue aprobada en primera discusión.

Por otra parte, la ONG Acceso a la Justicia alertó sobre una “situación que puede fomentar la corrupción y debilitar la institucionalidad, cuando se plantea la duda sobre si los establecimientos autorizados por el gobierno de Maduro se ajustan a las exigencias legales para su funcionamiento o si, en cambio, están siendo autorizados al margen de las disposiciones legales sobre la materia”.

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Con rifas de carros nuevos, el casino Ciudad Jardón aspiraba atraer jugadores. Foto: Gregoria Díaz.
La casa siempre gana

La gente —dice el sociólogo Trino Márquez— puede gastar el dinero en lo que más le convenga, en lo que más le interese y en lo más le guste. Pero en Venezuela, esta apertura no está asociada a un crecimiento sostenido de la economía nacional. El impacto económico y social que generan los casinos y bingos es muy bajo.

Las salas de juego y azar, subraya el sociólogo, constituyen solo una fuente de ingresos para los propietarios y beneficiarios de la concesión y, por supuesto, para el gobierno nacional y los regionales y municipales que reciben los impuestos.

En un trabajo publicado por The Wall Street Journal en noviembre de 2021, se señala que “la Comisión Nacional de Casinos supervisada por generales del Ejército vendió licencias, por $350,000 cada una, a 30 nuevos casinos en todo el país con nombres como Hotel Dubai, Baywatch y Bellagio”.

La expresidenta de la Asociación Nacional de Casinos y Bingos ha dicho reiteradamente que antes del cierre de los casinos, el fisco nacional recaudaba por esta actividad, 1, millones de dólares al año.

Una ruleta de empleos

El sociólogo aragüeño Daniel Arias no ve con malos ojos la reapertura de bingos y casinos. Cree que este sector genera numerosos puestos de trabajo bien remunerados, con bonos en dólares estadounidenses o euros.

Luego de la autorización presidencial, hasta finales del 2021 se podía leer en las diferentes cuentas en redes sociales de ambos casinos ofertas de trabajo y la búsqueda de personal de diferentes áreas y con distintos niveles de experiencia, que iban desde el crupier, el oficial de vigilancia de juego, supervisores de sala, cajeros, hasta contadores, técnicos, chefs, mesoneros, entre otros.

En el Bellagio —cuenta a Crónica.Uno una fuente interna del casino ubicado en Ceproaragua— se calcula que trabajan cerca de 200 personas en un horario de 9 de la mañana a 4 de la madrugada, todos los días.

Desde luego que producen empleos, pero la alta demanda de este sector la ocupa una población económicamente activa que no alcanza 5 %”, explica el economista y profesor universitario Carlos Ñañez.

Algunas fuentes internas del Bellagio han contado a Crónica.Uno que los jugadores más asiduos son miembros de las comunidades chinas y portuguesas y que para acceder a una mesa de póker, por ejemplo, se requiere un mínimo de $100 y otros $20 para probar suerte en una máquina traganíquel.

En Venezuela, el salario mínimo no supera los $2 al mes para los trabajadores públicos y 95 % de la población está en pobreza de ingresos. Así que estas actividades intentan maquillar el grado de descalabro económico de Venezuela. Allí no hay valor agregado, no hay producción, transformación. Solo están para satisfacer una necesidad fatua, frívola y artificial que en nada beneficia a la sociedad”, dice Ñañez.

La suerte está echada

Aun así, los casinos insisten en cautivar a más jugadores. Apelan a las promociones en comidas, bebidas y hasta de rifas de vehículos y motos eléctricas cero kilómetros, para seguir atrayendo la atención de los usuarios, quienes pueden pagar en bolívares, dólares y criptomonedas, de acuerdo con los anuncios que muestran los dos casinos abiertos en Maracay.

No solo los jugadores se sienten atraídos por estas promociones lúdicas. También lo están quienes aspiran a un puesto de trabajo en estos establecimientos.

Algunos de quienes laboran en estos casinos admiten que el salario o sueldo que obtienen es muy superior a lo que percibían como funcionarios, por ejemplo.

“ntre el sueldo y las propinas, puedo sacar entre $150 y $200 al mes. Eso no me la ganaría jamás como asistente administrativo en una alcaldía”, cuenta un joven mesonero.

La Asociación Nacional de Casinos y Bingos calculó que para el 2011, cuando se ordenó el cierre de casinos en el país, la actividad generaba 20.000 empleos. Para esa fecha, en Maracay funcionaban cuatro casinos y se calcula que más de 1000 trabajadores quedaron desempleados. En aquel entonces operaban los casinos de San Jacinto, Bingo Palace en la avenida Las Delicias, el Bingo Las Américas, en el Centro comercial del mismo nombre y el bingo del Hyper Jumbo.

De esas salas de juego, se esperaba que este último reabriera el pasado 23 de noviembre, ahora con el nombre de Platinum Casino. A dos meses del anuncio, sigue sin abrir.

Crónica.Uno también pudo cerciorarse de que el casino Ciudad Jardín, ubicado en el Hotel Pipo, se encuentra cerrado desde diciembre. Un empleado del hotel explicó que el establecimiento, aparentemente, se encuentra en mantenimiento y que la reapertura había sido anunciada para el 15 de enero.

Pero para la fecha de este trabajo, el casino mantiene sus puertas cerradas. Extraoficialmente, se pudo conocer que su lejana ubicación mermó la asistencia de jugadores, por lo que existe la posibilidad de que el casino sea mudado a la sede del Círculo Militar de Maracay.

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