La vida de los apureños está en manos de la prevención y la vacunación admite la Sociedad de Pediatría, porque el coronavirus ha rebasado toda la capacidad de respuesta del sistema regional de salud. Alerta sobre incremento de contagios en niños, así como muertes de madres gestantes y lactantes, y exhorta al Estado a que vacune a este sector de la población.
San Fernando de Apure. Cuando Yepina Castillo llevó el pasado viernes 11 de junio a su esposo, fracturado de la cadera, al Hospital Pablo Acosta Ortiz (HPAO) en San Fernando de Apure, ese día se encontró con el fallecimiento de 13 personas por causas asociadas a la COVID-19.
Frente al colapso del HPAO a raíz de los decesos por sintomatología asociada al coronavirus, Castillo tuvo que trasladar a su cónyuge, con dolor extremo por la fractura, al hospital Francisco Antonio Rísquez, en la población de Achaguas, a 90 kilómetros de la capital apureña.
Aquello daba dolor ver tanta muerte, gracias a Dios en el hospital de Achaguas, donde también había bastantes casos de COVID-19, me lo recibieron y me lo operaron”, narró la mujer.
Apure figura entre los primeros 10 estados del país con casos positivos de coronavirus. Desde la llegada de la enfermedad al país en marzo de 2020 hasta el lunes 21 de junio, la entidad reflejaba 9663 casos positivos, según las cifras divulgadas por los voceros del Ejecutivo de Nicolás Maduro.
En el reporte de este 21 de junio, el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, informó que la entidad reportó 160 nuevos casos y cuatro fallecidos. En el ámbito regional, las estadísticas son parcas, pero cada día hay un familiar, un vecino o un conocido contagiado o fallecido.
No se necesitan camas sino conciencia
“No necesitamos más camas de hospital, lo que necesitamos es más conciencia, menos calle y vacunarnos”. Esta afirmación corresponde a Liliana Contreras, presidenta de la Sociedad Venezolana de Pediatría y Puericultura del estado Apure (SVPPA), quien junto con Maritza Carreño y José Gregorio Alonso, miembros principales de la Sociedad, alertan que los contagios han rebasado la capacidad de respuesta de los hospitales de la entidad y que está en manos de la población preservar su vida.
El HPAO es un centro asistencial con capacidad para 220 camas y según Contreras “llegó al tope de su capacidad”. Aclara que pedir más camas y más bombonas de oxígeno está bien, “pero no podemos aumentar la capacidad pensando en que nos vamos a enfermar más porque tenemos un lugar donde nos reciben”.
Contreras refiere que aunque algunas clínicas privadas de la región tienen terapia intensiva, tampoco cuentan con el equipamiento humano y tecnológico suficiente para hacerle frente a la enfermedad.
El tratamiento contra la COVID-19 es muy costoso, independientemente si lo suministra el Estado o un privado, batallar contra esta enfermedad está por encima de los 1000 dólares diarios”, refiere.
Los miembros de la SVPPA manifiestan su preocupación y advierten sobre la potenciación del contagio con el relajamiento de las medidas de bioseguridad por parte de la población, en especial en los menores de edad.
Hemos tenido una alta incidencia de niños con COVID-19. Es cierto que ellos no tienen las mismas complicaciones de los adultos, pero ese niño que se contamina igualmente es portador y se lo transmite a sus familiares”, dice Contreras.
La especialista Maritza Carreño explica que, si bien la vacuna protege y disminuye el nivel de letalidad del virus, esto no significa que la persona vacunada no pueda contraerlo y transmitirlo a su entorno familiar.
Las madres gestantes y lactantes deben ser vacunadas
El temor a vacunar a las mujeres embarazadas y lactantes por mal formación de los órganos fetales, que mantiene suspendida la vacunación de este sector de la población, es objetado por la SVPPA, la cual argumenta que es mucho más probable que el recién nacido se quede sin mamá por coronavirus, que le pase algo por la vacunación.
“No entendemos por qué no se vacuna a la mujer lactante, todas las mujeres que están amamantando deben ser vacunadas, está demostrado que el virus, una vez que la mamá es vacunada lo transmite de manera pasiva con anticuerpos al niño, es una manera de proteger a la familia, no he leído referencia bibliográfica que contraindique la vacunación en mujeres embarazadas y lactantes”, refiere Contreras.
José Gregorio Alonso, director de comunicación de la SVPPA, aclara que el llamado a vacunar a las gestantes y lactantes no es para generar polémica política.
Hemos tenido tres casos de mujeres que estaban finalizando el embarazo y se contagiaron de COVID-19, estuvieron en terapia intensiva en condición crítica y tuvieron que sacarles los niños, nacieron prematuros y luego fallecieron sus mamás, fueron tres niños que quedaron huérfanos”, dice Alonso.
El temor a la vacuna es infundado
Alonso sostiene además que la pandemia se ha convertido en sindemia por el daño económico y psicológico que ha ocasionado a la población, proporcional al número de enfermos y muertos, lo cual ocasiona temores y prácticas erróneas como la resistencia a la vacuna. Invita a “pelear contra el virus no contra la vacuna”.
“La población tiene que vacunarse y el Estado tiene que garantizar la vacuna, se sabe que los países más ricos son los que la tienen, pero Venezuela tiene que seguir luchando por la vacuna y la población no puede resistirse a la vacunación”, demanda el pediatra.
El médico advierte que la vacunación debe ser rápida porque el virus se defiende y las variantes están apareciendo en la medida que la enfermedad está descontrolada.
“Cuando el virus ve que lo estamos atacando con vacunas, cambia; por eso, hoy día, la variante india se considera cuatro veces más transmisible que la variante original de 2019”, señaló Alonso.
El pediatra alienta a los padres de familia, quienes se esfuerzan en vacunar a sus hijos, pero se rehúsan a vacunarse ellos mismos; asegura que después de los antibióticos, las vacunas han sido las que más han salvado vidas en el mundo.
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