Toma del Palacio Legislativo deja errantes a 100 diputados opositores y disfuncional a la AN

toma del palacio legislativo

No tienen presupuesto, no son reconocidos por otros poderes, se les arrebataron sus atribuciones y ahora les quitaron la sede física. Ramón Guillermo Aveledo opina que mientras los diputados mantienen sus responsabilidades intactas, la Asamblea Nacional “está imposibilitada de cumplir su función constitucional”. En el mes de enero, la AN presidida por Guaidó sesionó cinco de seis veces fuera de su sede natural.

Caracas. La sede del Poder Legislativo venezolano es Caracas y el lugar natural para desarrollar las reuniones de los diputados es el salón de sesiones del Palacio Federal Legislativo, aunque se permite a sus integrantes sesionar en otro sitio de la capital e incluso en otra ciudad.

Así lo dice expresamente el artículo 1 del Reglamento Interior y de Debates.

Desde este punto de vista, es más que claro que en la actualidad, la oposición mayoritaria en la Asamblea Nacional (AN) ha perdido su sitio natural de reuniones, pues desde el 5 de enero —y con la excepción del día 7— la bancada encabezada por Juan Guaidó no ha podido entrar de nuevo al Palacio Federal.

Sin embargo, los más de 100 diputados de oposición que respaldan a Guaidó y a la directiva que encabeza junto con Juan Pablo Guanipa y Carlos Berrizbeitia, no han dejado de sesionar, reunirse, debatir y aprobar acuerdos desde que empezó el incierto 2020.

Errantes por Caracas, cual tribu nómada, los parlamentarios de AD, UNT, PJ, VP, Encuentro Ciudadano, Proyecto Venezuela, Movimiento Progresista, Vente, Convergencia y Causa R, han sesionado fuera de su sede en cinco de seis ocasiones, recorriendo los municipios capitalinos.

Sin sede pero con atribuciones

¿Significa esto que, siendo mayoría en las elecciones de 2015 y siendo mayoría en el conteo de curules en 2020, la oposición perdió frente al gobierno de Maduro en la guerra por el control del Poder Legislativo?

El expresidente de la Cámara de Diputados del extinto Congreso Nacional, Ramón Guillermo Aveledo, cree que la condición de diputados va mucho más allá de una sede física, pero reconoce que en la práctica se ven impedidos de cumplir su función.

Los diputados perdieron el control de la instalación, que es imposible mantener porque el Ejecutivo tiene la fuerza pública y la obligación de garantizar la seguridad de la AN. Lo cual también ha incumplido. Estamos ante la crudeza del mero hecho propio de una situación de facto, afirma.

A su juicio, esa especie de situación errante en la que se encuentran los diputados no les quita en ningún sentido su condición, dada por el voto de la mayoría de los venezolanos en 2015.

Ellos siguen siendo los diputados, con todos sus deberes y atribuciones. La arbitrariedad que se patentiza en que estén impedidos de entrar a la sede física (hemiciclo, salas de reunión y oficinas) lo que mina es la legitimidad del Ejecutivo que impone, sin derecho, ese descomunal abuso, afirma.

Cerco completo
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Desde 2016 inició un cerco jurídico, político, financiero y físico a la Asamblea Nacional que parece haberse cerrado este mes con la imposibilidad de ingreso al recinto de parte de la oposición. | Foto: Maru Morales P.

El impedimento para entrar a las sedes físicas del Poder Legislativo, tanto el Hemiciclo como a las comisiones, parece terminar de completar el cerco que desde 2016 han venido imponiendo el resto de los poderes públicos (Ejecutivo, Judicial, Ciudadano y Electoral), junto con la ANC ilegítima —así calificada por la Unión Europea.

Ese cerco se ha traducido a lo largo de estos años en acorralar a una Asamblea sin presupuesto ni autonomía financiera, sin reconocimiento interno de los demás poderes, sin atribuciones en la práctica, sin personal y ahora, sin sede.

Ya lo decía Benedicto XVI: El poder sin derecho es bandidaje. Las comisiones no son unos locales, sino sus integrantes. Lo que sí es cierto es que estas circunstancias completan físicamente la imposibilidad de la AN de cumplir su función constitucional, admite Aveledo.

Las implicaciones del impedimento para entrar a la sede además de ser políticas, son operativas: los diputados de la oposición no pueden contar con el apoyo logístico del personal del Poder Legislativo, las actas de las sesiones de las comisiones, la data histórica a resguardo en las distintas direcciones de la institución, el archivo legislativo, todo el material de trabajo cotidiano de un diputado está en el Palacio (en el caso del presidente y vicepresidentes) y en la Torre Vargas (en el caso de las comisiones).

Sesiones ambulantes
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Apegados a una disposición reglamentaria excepcional que permite a la AN sesionar fuera de su sede, la junta directiva encabezada por Guaidó se ha visto obligada a regularizar su aplicación. | Foto: Maru Morales P.

En las cinco semanas de enero, mientras la Constituyente y la fracción encabezada por el diputado disidente de oposición, Luis Parra y sus aliados del PSUV han podido entrar a placer del Palacio, la mayoría opositora encabezada por Guaidó ha sesionado cinco de seis veces fuera de su sede. Además, la sesión especial por el 23 de enero mutó a un simple acto callejero sin protocolo parlamentario.

El 5 de enero en la tarde, luego de luchar por varias horas sin éxito para entrar el Palacio, los diputados sesionaron en la sede de El Nacional (municipio Sucre), donde instalaron el período legislativo (100 diputados hicieron quorum presencial).

El martes 7 de enero fue el único día del mes en que forcejeando con la GNB lograron ingresar al Palacio y al salón de sesiones; allí aprobaron el acta de instalación y ratificaron a Guaidó como presidente encargado.

El 15 de enero, luego de que una misión de diputados de avanzada fuera atacada por civiles armados afectos al chavismo a una cuadra del Parlamento, los diputados de oposición sesionaron en el Anfiteatro de El Hatillo (municipio El Hatillo) donde hicieron dos sesiones el mismo día. 92 diputados estuvieron presentes.

La semana siguiente, el 21, ni siquiera intentaron acercarse al Palacio, pues les fue bloqueada la salida desde AD, donde estaban congregados, mientras en el centro de la ciudad había presencia de grupos de choque y cuerpos de seguridad: se mudaron a la plaza de Cumbres de Curumo (municipio Baruta), con 93 diputados haciendo el quorum.

Esa misma semana, el día 23, fecha conmemorativa de los 62 años de la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, estaba prevista una sesión especial en la Concha Acústica La Paz de El Paraíso, que a última hora fue cambiada de lugar por amenazas y presencia de oficialistas. El orador de orden, los vicepresidentes de la AN y algunos diputados, se apostaron en la plaza Bolívar de Chacao (municipio Chacao), y sin ninguna formalidad ni protocolo parlamentario, dieron unos discursos. Esa no es considerada una sesión.

Finalmente, este martes 28 de enero, luego de haber convocado a una marcha en apoyo a los diputados que nunca se concretó, los parlamentarios sesionaron en la plaza Los Palos Grandes (municipio Chacao). El quorum fue de 92 diputados presentes.

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En 1848, luego del asalto físico al Congreso Nacional por parte de seguidores del presidente José Tadeo Monagas, éste reinstaló al Legislativo con delegados fieles a su persona; el parecido con lo ocurrido en 2020 es notable. | Foto: Maru Morales P.

Paralelismo histórico

Desde 1877 hasta 1961, el Palacio Federal fue la sede de los tres poderes públicos. En el área norte del recinto estaban los despachos del Ejecutivo y el Poder Judicial (hoy ocupadas por las oficinas de la presidencia, y vicepresidencias); y en el área sur, donde hoy está el Hemiciclo de Sesiones y el Salón Protocolar, se ubicaban las cámaras de diputados y senadores.

A partir de 1961, el Palacio pasó a ser de uso exclusivo del Poder Legislativo, con resguardo del Salón Elíptico, donde reposa el Acta de Independencia y que es jurisdicción del Ejecutivo. Y desde 2000, con la entrada en vigencia de la nueva Constitución, el Poder Legislativo cambió de bicameral a unicameral, pero su sede siguió siendo la misma.

En un ensayo publicado en el año 2000 y citado en la web de la AN sobre el devenir del Congreso venezolano, el historiador Samuel Moncada (a la postre dirigente del PSUV), trae a colación el episodio del 24 de enero de 1848.

Ese día una turba leal al presidente José Tadeo Monagas asaltó la sede del Congreso para evitar su inminente destitución y causó la muerte “a varios miembros de la seguridad interna, de ciudadanos conservadores y de algunos congresantes (sic)”. Como resultado de esos hechos, el Congreso fue disuelto.

Entonces Monagas, ante la negativa de los conservadores a reconstituir un Congreso arrodillado a la presidencia y en un intento de evitar ser llamado dictador con todas sus letras, convocó a un “congreso con los delegados que apoyaban su gobierno”, dice Moncada y agrega:

“El nuevo Congreso monaguista sería una institución sin siquiera la ‘independencia protegida’ del Congreso conservador, sería un Congreso abiertamente servil a la voluntad dictatorial del presidente. La humillación al Congreso conservador fue ampliada a la institución del Congreso republicano en general, cuando en 1849, los liberales del Congreso monaguista declararon el 24 de enero, día del asalto, un día de fiesta nacional”.

Desde el 5 de enero de 2020, la Fuerza Armada Nacional y civiles armados afectos al chavismo, sitiaron el Poder Legislativo para impedir la entrada de diputados de oposición e imposibilitar la reelección de Juan Guaidó como presidente de la Asamblea y presidente encargado de la República. En paralelo, una fracción de diputados disidentes de oposición, aliados con la fracción del partido de gobierno, ocuparon el salón de sesiones y pretendieron proclamar una junta directiva paralela.

Aunque los eventos están en pleno desarrollo, el propósito de esa maniobra —tildada de írrita por los profesores de Derecho Constitucional de la UCV— podría ser proveer a Maduro de un Poder Legislativo abierto a aprobar sus requerimientos y a la vez aceptable para sus aliados extranjeros, en el intento de obtener financiamiento para seguir en el poder.


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