Trabajadores del sector eléctrico de Sucre laboran con un solo camión y sin insumos ni uniformes

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Los trabajadores eléctricos del estado Sucre denuncian que desde hace 11 años no reciben dotación de uniformes. Las exigencias no solo se circunscriben a lo personal, sino que piden que se haga el debido mantenimiento al sistema eléctrico nacional. Critican que la reposición de las vacantes se haga con personal que no cuenta ni con la preparación académica ni la experiencia para atender al sector.


Cumaná. “Aquí estamos trabajando con las uñas”, dice Alexander Figueroa, trabajador de Corpoelec en Cumaná, que junto con sus compañeros mantiene su reclamo por la dotación de uniformes y botas. “Hace más de 11 años que no recibimos este beneficio”.

Atender el llamado de las comunidades y responder a sus emergencias se ha convertido en un verdadero drama, porque los trabajadores del sector eléctrico de Sucre no cuentan con los recursos necesarios para dar una respuesta inmediata.

La voluntad la tenemos, pero sin los recursos ni las herramientas, no es mucho lo que podemos hacer. Les pedimos a las comunidades de Cumaná que nos entiendan, porque aun con las limitaciones, los trabajadores que quedamos seguiremos adelante cumpliendo con ellas, afirmó Figueroa.

Consideran que “ha sido una falta de respeto” el incumplimiento de sus derechos contractuales, así como “la intransigencia” de la empresa para garantizarle sus beneficios laborales.

Aclara que no están pidiendo, sino exigiendo a la empresa que cumpla con la contratación colectiva.

“No contar con un servicio de HCM nos ha sometido a la angustia de tener que estar dando tumbos de hospital en hospital para poder solventar una emergencia de salud y ni allí vemos el respaldo de la empresa”, destacó.

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Alexander Figueroa  pide que la empresa cumpla con la contratación colectiva. Foto: Mónica Salazar.
Tres años sin discutir la contratación colectiva

Para Francisco Malavé, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Eléctrica y sus Conexos del Estado Sucre (Sutieces), desde que entró en vigencia la reconversión monetaria tanto la representación del Estado como de la empresa le dieron una patada a la mesa.

“Faltaba apenas la discusión de ocho o nueve cláusulas para definir los beneficios de la contratación colectiva del sector eléctrico. Desde entonces desconocen los acuerdos que hasta ahora se habían concertado”.

Informó que la dirigencia sindical nacional del sector eléctrico elevó hasta el Ministerio Público sus reclamos y exigencias, así como el incumplimiento de estos beneficios contractuales que han afectado a un universo de aproximadamente 50.000 trabajadores con su carga familiar.

En Sucre los trabajadores de Corpoelec introdujeron un recurso también ante el Ministerio Público al considerar que sus derechos han sido conculcados al estar desprovistos de un seguro de hospitalización, cirugía y maternidad. “Estamos desprotegidos. No contamos con servicio de medicinas, ni de laboratorios”, acotó Malavé.

Sin embargo, reveló el dirigente sindical de Sucre, que en el sector eléctrico se estableció un contrato para servicios de salud con el Fondo Auto Administrado del Ministerio de Interior y Justicia, del cual se desconocen los montos contratados dada la opacidad de la empresa.

“Es un seguro que por lo menos en Sucre no cuenta con clínicas, farmacias, laboratorios, médicos especializados ni laboratorios que garanticen la prestación del servicio. Y esta es una irregularidad que se repite en todo el país”, alertó.

Agregó que solo basta imaginar cuánto puede ser el monto contratado si se considera que, para un universo de 17.000 trabajadores, más el personal jubilado en el ámbito nacional y su carga familiar, se ofertó una póliza que promete una cobertura de 1.500.000 para hospitalización y cirugía; 1.000.000 para maternidad y 500.000 para el pago de medicinas y servicios de laboratorios.

“Alguien se está beneficiando con esta negociación. Se está contratando con un tercero, pero no se está prestando el servicio”, advirtió y por tal razón, expuso que los trabajadores del sector eléctrico exigen al Ministerio Público que abran la averiguación pertinente.

De 20 camiones solo queda uno

“Responder al llamado de las comunidades con un solo camión es cuesta arriba, sumado el hecho de no contar con insumos ni herramientas que garanticen la reposición inmediata del servicio”, así lo aseguró Víctor Guerra, secretario de actas del Sutieces.

Recordó que en la empresa hubo 20 camiones para la atención de las comunidades de la zona Sucre que va desde Santa Fe hasta Güiria, pero la desinversión en el sector ha menoscabado todas las áreas y el parque automotor no escapa de ello.

“Teníamos un camión de lavado con el que hacíamos el mantenimiento preventivo, pero ahora ante las limitaciones de vehículos estamos haciendo el mantenimiento correctivo cuando se presenta la falla”, indicó Guerra.

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Foto: Mónica Salazar.

“Y corregimos con las uñas. Si se va un fusible de 60 amperios, lo reparamos con un cable al que le sacamos 6 pelos, los entorchamos y solventamos la falla hasta que vuelva a registrase la incidencia”, relató el secretario de actas de Sutieces. “Para cubrir Santa Fe, Cumanacoa, Mariguitar y Casanay no contamos con vehículos operativos”.

Explicó que dependiendo del caso salen con una camioneta común, a la cual le montan una escalera para poder atender las emergencias. Muchas veces no son vehículos aptos para estas exigencias, de allí que los trabajadores ponen en riesgo sus vidas, con todo, no dejan de prestar el servicio.

Se suma la falta de mantenimiento
La empresa eléctrica nacional presenta lo que siempre ha alertado su dirigencia sindical, “falta de mantenimiento en toda su estructura desde los sectores de generación, trasmisión, distribución y comercial”.

Francisco Malavé, dirigente sindical de Sucre, asevera que esa siempre ha sido la tesis. “Se ha fallado en el protocolo de mantenimiento que debe hacerse en cada uno de los sectores de la estructura del sistema eléctrico nacional, desde el mantenimiento real, anual, trimestral. Allí radica la falla”.

En relación con los problemas que se están presentando con el sistema eléctrico nacional, explicó que donde se deberían tener 5000 megavatios o 7000 megavatios generados por la termoeléctrica no se llega ni siquiera a 1000. “Eso es grave para el sistema e influye en lo que llama administración de cargas, sectoriza y prioriza estados, que no es más que meterlos o sacarlos del sistema”.

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Francisco Malavé  destacó que quedan solo 17.000 trabajadores. Foto: Mónica Salazar

Detalló que en el sector de transmisión exigen mantenimiento y reposición de nuevas líneas en virtud de que las existentes tienen la vida útil de los conductores ya vencidas y hay que cambiarlas, renovarlas para colocar nuevos circuitos.

El secretario general de Sutieces reveló que: “A nivel distribución hace mucho tiempo dejaron de hacerse los trabajos de mantenimiento correspondientes. Desde hace aproximadamente 5 años no se realiza la pica y poda para evitar que los árboles se metan dentro de las líneas y haga que estas se vayan a tierra”.

Expuso que el colapso del sistema nacional eléctrico también pasa por el éxodo de su personal más calificado. “De 40.000 trabajadores en el ámbito nacional quedan aproximadamente 17.000, lo cual ha llevado a la empresa a suplir esas vacantes con un recurso humano que no cuenta ni con la preparación académica ni la experiencia para atender al sector”.


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