El largometraje es un entuerto de distintos orígenes que confluyen en un plan para acabar con un grupo de malhechores
En un tren de alta velocidad coinciden cinco asesinos a sueldo. Cada uno cree que el encargo que tiene es uno más, tan solo una tarea rutinaria en su agenda criminal. Pero poco a poco, el espectador verá cómo en cada hecho en que se ven envueltos estos personajes está relacionado.
Todo forma parte de un plan para saldar deudas. La Peste Blanca (Michael Shannon) ha organizado toda una estrategia para vengar la muerte de su esposa. Este poderoso mafioso de Japón no tendrá ningún reparo en acabar con quienes considera culpables.
Tren bala es uno de los más recientes estrenos en la cartelera. Es una película de acción, de esas en las que los momentos de comedia son determinantes en su configuración. Humor negro bien llevado que compagina con la propuesta estética, no exenta de ese tipo de violencia que, sin llegar a exagerar, busca sobresalir de un convencionalismo visual. No es que innove, solo se suma a otras tendencias ya conocidas.
En los vagones se encuentra Ladybug (Brad Pitt), quien recibe órdenes directas de Maria (Sandra Bullock) de encontrar un maletín en el tren. Entonces atraviesa un periplo en el que confluyen distintos personajes cuyas acciones se entremezclan. Escapes, peleas y diálogos con vaivenes intencionados en su coherencia.
Durante la promoción de Tren bala, fue común encontrar en afiches y videos la imagen de Bad Bunny. Y es que el puertorriqueño interpreta a Wolf, otro mafioso que sube al tren para cobrar venganza por una tragedia que vivió. Su aparición es breve, y en realidad, poco relevante para el desarrollo de la trama. Pareciera más bien que su personaje responde a objetivos de mercadeo para favorecer la taquilla de este largometraje.
Tren bala es dirigido por David Leitch, quien ha sido el realizador de bien ponderadas películas como Fast & Furious: Hobbs & Shaw (2019), Deadpool 2 (2017), Atómica (2017) y John Wick (2014). Sabe muy bien cómo entremezclar la acción, el suspenso alrededor de ella, con elementos hilarantes que satirizan la historia y sus protagonistas.
Por ejemplo, el personaje de Brad Pitt vive entre la delgada línea de la pulcritud que le exige su oficio y cierta desdicha por hechos desafortunados que repentinamente obstaculizan sus propósitos.
El guion es del novel en largometrajes Zak Olkewicz, quien se propuso adaptar el libro de Kôtarô Isaka para convertirlo en esta película.
La mayor parte de la historia transcurre en el tren. Es cierto que hay momentos de Tren bala que disminuyen su fuerza, especialmente cuando hay ambivalencias en hechos que se consideran definitivos, y cuyo viraje responde más bien a que no hay otra forma de resolver el conflicto. Lucen algo impostados, pero no aniquilan la trama.
También es verdad que parte del público pueda rechazar esta obra por su marcada mixtura entre el cine de acción y la comedia, que se aleja de lo lúgubre para dar colorido en su paleta a fines macabros.
Aún así, Tren bala es una buena opción para quienes buscan en cartelera una película diferente, para aquellos que buscan distensión con una obra sin mayores pretensiones que no sean entretener sin mayor lectura en su guion. Una pasarela además de cortas participaciones de figuras como Sandra Bullock y Channing Tatum, quienes apenas tienen unos minutos en pantalla. Una experiencia amena con momentos brillantes y otros suficientes, pero animados y burlescos.
Stranger Things, una serie que recobró su esplendor
Teléfono negro, la venganza con aliados del más allá
Elvis, el camino pomposo hacia el final de la estrella
Thor: Amor y trueno, entretenimiento y dilema del ser y no ser
El año de la persistencia, la incertidumbre en una película
Azotes en llamas, ligero viraje al ensimismamiento de Jackson Gutiérrez
Participa en la conversación