La Escuela de Educación de la UCAB explicó que los becarios representan soluciones inmediatas a la crisis por falta de maestros. Estos jóvenes podrían ocupar las vacantes y trabajar junto con el profesor universitario. La UCAB espera graduar en un lapso de seis años a 1000 profesionales, lo que significaría atender a más de 100.000 niños durante los cuatro años de carrera. Pero es urgente el desarrollo de programas de apoyo económico para los estudiantes de Educación.

Caracas. La formación de nuevos maestros y profesores es una tarea urgente en el país ante la pérdida de relevo. La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), además de su plan regular de estudios en Educación, cuenta desde 2017 con tres programas para la formación profesional en Educación.

El primero es el programa Educa 20-20, que tiene 150 becarios en Caracas y Guayana. Además del pago de la matrícula, estas personas reciben asistencia económica para la manutención, pago de residencias y material de estudios.

Los estudiantes que forman parte de los planes de becas no son soluciones a cuatro o cinco años, son soluciones inmediatas. Porque cada uno de estos becarios puede incorporarse a las instituciones cubriendo vacantes, desarrollando programas de refuerzo escolar, voluntariado, desde el primer día de clases en la Universidad, explicó José Javier Salas, director de la Escuela de Educación de la UCAB.

Estos estudiantes trabajarían de la mano de sus profesores universitarios mientras continúan su formación como profesores o maestros.

Las escuelas de Educación del país viven la peor época en formación de maestros. Por ejemplo, la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL) pasó de graduar a 15.540 profesores en 2015 a otorgar el título a 4755 en 2018. Según datos de la Unidad Democrática del Sector Educativo, de 500.000 maestros que había en el país, queda un poco más de la mitad en ejercicio

El año pasado en la Escuela de Educación se crearon dos planes de profesionalización para adultos sin formación pedagógica, que puedan obtener el título de licenciatura en Educación. No son diplomados, no son talleres, son formatos de formación de licenciados, destacó Salas.

El Programa Especial de Licenciatura en Educación (Preslied) está dirigido a aquellos “educadores emergentes” que, de otras carreras universitarias, desean graduarse como licenciados en Educación. Tiene una duración de cuatro semestres y es semipresencial.

La segunda modalidad es el Programa de Profesionalización (Proprof) para los bachilleres y adultos que asumen funciones docentes en liceos y colegios. El título se obtiene en ocho semestres y es semipresencial. Egresan especialmente en las menciones Preescolar, Integral y Ciencias Pedagógicas.

El censo que poseemos para estos dos programas especiales llega casi a 800 personas interesadas, indicó el director encargado de la Escuela de Educación de la UCAB, Carlos Calatrava.

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Programas especiales de la UCAB para la profesionalización del ejercicio docente.

Agregó que también tienen a 700 jóvenes que desean estudiar Educación y no pueden hacerlo porque no cuentan con los recursos para pagar sus estudios.

Salas señaló que ante las necesidades económicas severas de los estudiantes se hace “urgente reeditar los planes de becas, como el exitoso Educa 20-20”. Sostuvo que tienen la tarea de incorporar en el corto plazo a 300 estudiantes en la carrera de Educación.

Creemos que en un lapso de seis años podemos graduar a 1000 profesionales de la Educación; significa atender a más de 100.000 niños y adolescentes por año durante los cuatro años que dura la carrera, explicó Salas.

Las escuelas de Fe y Alegría ya suman 120 madres que están en aula por la falta de maestros. La institución ha perdido 25 % de su personal docente.

Cualquier forma que exima del adecuado plan de formación del docente y de exigencias redundará en más retraso, pobreza y miseria, concluyó Salas.

Respuesta humanitaria

Salas también destacó que, a diferencia de otras crisis en el mundo por desastres naturales, donde las pérdidas materiales exigen improvisar aulas y dotarlas, en Venezuela todavía se cuenta con algunos espacios para atender a los estudiantes.

“Sin embargo, es el docente el actor que da vida y sentido al aula. Docente que, sabemos, está huyendo de la profesión”, lamentó Salas.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia ha entregado a los niños kits escolares, pero Salas sostiene que esto “está lejos de ser una verdadera solución a la pérdida de significado del aula sin un verdadero maestro”.

Aunque aclaró que este organismo de Naciones Unidas no puede asumir la carga de un sueldo digno para los maestros, espera que la Unicef pueda ayudar en el desarrollo de programas de apoyo económico para que los estudiantes de la carrera de Educación se conviertan en soluciones inmediatas y verdaderos suplentes de calidad ante la crisis.


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