Los vecinos de las partes más altas de la avenida Sucre han tenido que optar por el alquiler constante de cisternas. Sin embargo, habitantes de la zona comentaron que no todos tienen capacidad de pagar entre 6 y 10 dólares cada vez que deciden alquilar estos servicios.

Caracas. El agua empieza a llegar a la parte alta de la avenida Sucre, en Los Dos Caminos, al noreste de Caracas, entre las 11:30 a. m. y las 3:00 p. m. de cada sábado. Para el lunes en la mañana el servicio se interrumpe hasta el próximo sábado. Los vecinos de la zona comentaron que el problema, además del racionamiento, es la poca presión con la que llega el agua por las tuberías durante los días de abastecimiento.

En el edificio La Mariposa, a la altura de la séptima transversal, viven 98 familias. La mayoría ha optado por almacenar agua en casa, ya sea en tanques verticales, pipotes, bidones o garrafas pequeñas debido a que la edificación, que data de los años 70, solo cuenta con dos tanques subterráneos de unos 60.000 litros cada uno.

Óscar Cárdenas, vecino de La Mariposa, comentó que esos tanques “ya no alcanzan para abastecer a todos”, por lo que los días de racionamiento optaron por abastecerse de los tanques solo por una hora cada dos días.

Ante esta situación, el alquiler de camiones cisterna se ha vuelto constante en la urbanización. Cárdenas calculó que han tenido que recurrir a esta opción en varias oportunidades desde hace un año aproximadamente, tiempo en el que calcula se agravó aún más el racionamiento, aunado al problema de la presión con que Hidrocapital bombea el agua.

Nosotros tenemos problemas con el agua desde hace casi cinco años, pero específicamente desde hace un año solo empezó a llegar los sábados y con muy poquita presión. En varias oportunidades hemos podido acceder a cisternas gratuitas (gestionadas por entes públicos) pero la calidad del agua no es buena y lo que han hecho es ensuciarnos los tanques, añadió Cárdenas.

Hacen falta al menos cuatro cisternas de 30.000 litros para llenar los dos tanques subterráneos de 60.000 cada uno. A duras penas los vecinos pueden costear los servicios para llenarlos. La última vez que alquilaron estos camiones, cada uno costó 55 dólares por viaje. Esto ocurrió hace casi un mes, cuando pasaron dos semanas continuas sin el suministro debido a la reparación de una falla en la zona.

Cuando esto pasa, por cada apartamento se solicitan entre 6 o 10 dólares. Sin embargo, no todos tienen capacidad de pagar, y les toca a otros financiar a esas personas. Aquí viven muchos adultos mayores que solo cuentan con una pensión, comentó Cárdenas, quien estimó que solo 45 % de la urbanización puede costear estos pagos.

En Venezuela, la pensión de un trabajador jubilado equivale a menos de dos dólares, según la más reciente tasa del dólar oficial. Cárdenas comentó que al menos 50% de la población del edificio La Mariposa es de la tercera edad, y, además, enfatizó que la calidad de vida en general ha ido en detrimento en toda la urbanización.

Justo frente del edificio está el colegio Santa María Micaela, con una población estudiantil de 300 alumnas y unas 420 personas en total, entre monjas, profesores, personal administrativo y jóvenes en situación vulnerable que son atendidas.  Un tanque de 2000 litros de agua no alcanza para todos; y es el único con el que cuenta la unidad educativa, que también padece las mismas fallas del servicio.

Cecilia Rivero, directora de este plantel adscrito a la Asociación Venezolana de Educación Católica, teme que no puedan retomar las clases presenciales para finales de octubre, tal y como aspira el Ministerio de Educación y el Gobierno de Nicolás Maduro, debido a la falta de suministro constante de agua potable.

Esta situación nos está afectando mucho a nivel de salubridad. Nosotros preparamos alimentos, y para eso hemos tenido que empezar a traer agua de nuestras casas. Tampoco podemos almacenar mucha agua porque nos genera muchos mosquitos. Hemos optado por bajar al Parque del Este a pedir que nos donen cisternas, comentó Rivero.

El Parque del Este es uno de los llenaderos que dispuso el Gobierno para los camiones cisterna, cuyos servicios son gratuitos. Debido a la crisis en el abastecimiento de agua potable que enfrenta todo el país, en 2020 llegaron al menos 272 supercisternas compradas a China. Se esperaba el envío total de 1.000 unidades.

Rivero comentó que acudir al Parque del Este ha sido la opción a la que más han recurrido en el colegio desde hace al menos dos años, pues no cuentan con recursos económicos para costear cisternas privadas de forma regular. Nosotros bajamos, les explicamos que somos un colegio subsidiado. Cuando nos dicen que sí, hay veces que quedan en mandarla a cierta hora y terminan mandándola al día siguiente, explicó Rivero.

Por ahora, el plan del colegio Santa María Micaela para el regreso a clases presenciales es seguir contando con las donaciones de cisternas mientras puedan, las que utilizan para garantizar la limpieza de las instalaciones, principalmente de los baños. Se les está pidiendo a las alumnas que también traigan agua de sus casas para su propio consumo, añadió Rivero.

Una encuesta realizada, entre agosto y septiembre de este año (a unas 6800 personas en 12 ciudades del país), por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos reveló que 65,6% de los consultados valoró negativamente el servicio del agua potable en su comunidad.

Las ciudades con peor valoración fueron: Maracaibo (90,8%), Porlamar (84,6%) y Barcelona (79,9%). Caracas se ubicó en el séptimo lugar con 69,7 % de percepción negativa del servicio. En comparación con el mes de julio, este porcentaje en la capital aumentó al menos cuatro puntos porcentuales.


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