El exrector del CNE asegura que la primera garantía que debe otorgar el ente comicial es que los partidos políticos sean legalizados y cese la inhabilitación de sus principales dirigentes. Afirmó que la oposición sólo ha crecido a través de la vía electoral. Puntualizó que el mandato de la actual AN no puede ser prorrogado porque se violaría la Constitución.
Caracas. Vicente Díaz es sociólogo y con una vasta experiencia en el área electoral, que le dio su paso como rector principal y presidente de la Comisión de Participación Política y Financiamiento Electoral del Consejo Nacional Electoral (CNE) durante casi una década.
Aunque siempre rehuyó de los medios y optó por un perfil bajo, jamás dudó en alzar su voz para denunciar las violaciones a la Constitución y a las leyes electorales. Persistente como pocos, introdujo 19 causas de juicio administrativo contra el fallecido presidente Hugo Chávez por ventajismo en las campañas electorales. Chávez llegó, incluso, a amenazarlo directamente.
El exfuncionario se mantiene muy activo en la palestra política y fue uno de los negociadores designados por el presidente de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, como representante de la oposición en las negociaciones de Oslo-Barbados y República Dominicana.
Díaz advierte que las fuerzas de oposición enfrentan a un gobierno autoritario con vocación totalitaria que no le temblará el pulso para perseguirlos si osan nombrar un Parlamento en el exilio y autoprorrogar su mandato, ante el “nombramiento ilegal” del nuevo Poder Electoral por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Además deja muy claro que “hay que mantener abierta la ruta electoral para participar y acumular fuerzas, pero también deben construirse condiciones electorales para poder participar”.
Esta entrevista se realizó antes de que el lunes 15 de junio el TSJ suspendiera a la directiva de Acción Democrática (AD) y le entregara la directica a Bernabé Guitérrez.
¿Qué opina del nombramiento por parte la Sala Constitucional del TSJ del nuevo Consejo Nacional Electoral?
—Violaron todos los procedimientos constitucionales y legales, más allá de la composición, la forma viola la Constitución y la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lopre), no se cumplió el procedimiento de concurso público del Comité de Postulaciones que estaba compuesto por todas las fuerzas que hacen vida en la AN. El Tribunal comete el abuso de autodesignarse como el órgano que nombra a los rectores, pero esta vez lo hizo sin el concurso público de los candidatos, y sin agotar el debate en la AN. El Comité de Postulaciones dejó de funcionar por la pandemia y la prioridad del país fue el coronavirus; ese proceso de postulación implica trámites que deben hacerse personalmente, credenciales para reunir, llevarlas al comité, publicar la lista, etc. Nada de eso se pudo cumplir.
¿Qué opinión le merece la composición del nuevo Poder Electoral?
—Es mejor que la correlación de fuerzas que me tocó a mí cuando fui designado rector en 2006, que era cuatro a uno.
Rafael Simón Jiménez, nuevo vicepresidente del CNE, dijo que las garantías electorales que iba a impulsar eran las 18 condiciones que usted presentó en las negociaciones de República Dominicana y Barbados y Oslo…
—En las negociaciones tanto en República Dominicana como en Barbados-Oslo preparé las garantías electorales y las debatimos en la mesa de negociación para que fuesen aprobadas, y en las dos oportunidades no se llegó a ningún acuerdo. Me parece bien que las impulse. Él es un hombre versado en el tema político y electoral, tiene talento para impulsarlas con reciedumbre, lo que no tiene son los votos, porque la mayoría es del oficialismo.
¿Cree que este nombramiento, sin consenso con el G4 va a reeditar lo que sucedió en 2005 cuando la mayoría opositora decidió no acudir a votar?
—Aspiraría que eso no sucediera. Trinchera ganada, trinchera defendida. Desde 2006 y hasta 2016 hubo un proceso de acumulación de fuerza política. En 2005 la oposición no participó en las elecciones parlamentarias y el bloque del Gobierno ganó 100 % de las curules, de cada 10 venezolanos no votaron 7,5 venezolanos. En 2006 se cambió el CNE y allí entré yo como rector, se lograron garantías y convencieron a partidos como PJ, UNT y el MAS de participar, el entonces candidato Manuel Rosales sacó el 36 % de los votos, un año después el fallecido presidente Hugo Chávez propone la reforma constitucional para hacer de Venezuela un país socialista, y la oposición se opone y Acción Democrática se incorpora también a esa fuerza, y se venció la pretensión de cambiar la Constitución, que además era ilegal. Luego vinieron las regionales y municipales y se ganaron alcaldías y gobernaciones.
En 2010 la oposición ganó la mayoría de la AN en votos pero no ganó las curules, porque el Gobierno cambio el sistema de representación electoral al cambiar la Ley del Sufragio por la Lopre. Luego vinieron las presidenciales de 2012 y 2013 con Henrique Capriles como candidato y en 2013 la diferencia entre el presidente Maduro y Capriles fue de apenas de 200.000 votos. Fue un proceso gigantesco de acumulación de fuerza y culmina en 2015 cuando la oposición ganó la mayoría del Parlamento. La participación electoral ha hecho crecer a la oposición.
¿Cree que se pueden lograr esas condiciones para estas parlamentarias?
—Hay que ver si se logran las garantías de Barbados, porque en 2018 a los partidos les negaron la posibilidad de participar, porque Maduro sabía que si participaban todos, perdía. Y el único que participó fue Henry Falcón e impugnó la elección por compra masiva de votos. La realidad actual es que hay una gestión desastrosa debido al dogmatismo ideológico de Maduro que le impidió hacer las reformas que había que hacer, y ahora tenemos una dolarización de facto.
El modelo rentista sobre el cual se mantuvo Chávez en el poder, a costa de destruir al sector privado y declarar a los empresarios enemigos de clase, se agotó.
Con Maduro se profundizaron los controles y la corrupción pasó a saqueo descarado. Además de impericia porque ponen al frente de los ministerios a gente que no sabe de los temas, como en el área petrolera. Ese desastre se ha convertido en 80 % de descontento, hay un caldo de cultivo para aprovechar tremendo. Pero los partidos mayoritarios están inhabilitados y figuras políticas claves están inhabilitadas, diputados presos sin que se haya hecho un antejuicio de mérito, y otros en el exilio. Todo eso forma parte del conjunto de garantías que se deben dar.
El presidente de la AN y el procurador interino, José Ignacio Hernández, anunciaron que sobre la base del artículo 333 de la Constitución se prorrogaba el mandato de la AN hasta que pudieran realizarse elecciones con condiciones electorales justas, y que el Comité de Postulaciones seguirá su curso y nombrará a los rectores del CNE. ¿Qué opina?
—La Constitución establece los periodos constitucionales de los cargos. Ninguna institución tiene la posibilidad de alterar los períodos, a menos que haya un evento de fuerza mayor. Cuando ha sucedido, ha sido violando la Carta Magna.
Los defensores de la Constitución deben cobijarse en la propia Constitución. Los violadores de la Constitución tienen que ser ellos, no quienes defienden la democracia. La forma de marcar la diferencia entre uno y otro es no hacer lo que hace el otro.
Además, el tema práctico es que ¿cómo sesiona la AN? Si los diputados se autoprorrogan el mandato viene el problema de que van a ser reprimidos por los cuerpos de seguridad del Estado por usurpar el mandato. ¿Van a ir presos? ¿Entonces la AN va a ir al exilio?
Usted dice que es un ferviente creyente de la vía electoral, y que a través de ella es que la oposición ha avanzado, y que Guaidó es un ejemplo de ello, porque se ganó la AN en 2015 por mayoría, pero al mismo tiempo cree que hay que construir condiciones electorales. ¿No se puede ir a elecciones entonces?
—Eso no es así, no se hubiesen hecho entonces las elecciones con Mandela durante el apartheid en Sudáfrica; con los sandinistas al final de la década de los 70; el plebiscito en Chile en 1988 cuando perdió la dictadura de Augusto Pinochet. Ojalá se pudiesen hacer elecciones en Cuba, donde hay un solo partido. Todavía en Venezuela hay ventanas de oportunidad democrática, hay que fortalecerlas y hacerlas crecer, pero hay que luchar para que esas ventanas garanticen que se pueda competir con condiciones razonablemente democráticas, y presentar ofertas electorales, que los ciudadanos las conozcan, que puedan votar libremente y el voto sea respetado. Hay que aprovechar toda ventana democrática para participar y hay que poner un pie en la puerta para que no se terminen de cerrar.
¿Cree que hay garantías suficientes para participar en estas elecciones?
—En primer lugar tiene que haber partidos, y la mayoría están ilegalizados. Tiene que haber garantías de testigos, sorteo de miembros de mesa, auditorías a máquinas, un cronograma fijo que establezca la fecha de todas las actividades; debe ser publicado junto con la convocatoria. Todas esas garantías las deben estudiar los partidos. Hay que luchar por las mejores condiciones posibles en el marco de un gobierno ventajista, que viola los derechos políticos. ¿Qué habría que modificar en la Lopre? Primero debe ser la AN la que lo haga; hay que garantizar que la adjudicación de cargos sea proporcional a los votos. Si yo saco el 40 % de los votos debo obtener el 40 % de los cargos. Y que el Gobierno no se ponga a inventar lo que hizo con el PPT y Podemos que le quitan la tarjeta a quien le corresponde, ello enredaría más la crisis, al quitárselas a sus autoridades legítimas y dárselas a dirigentes que sean favorables o alineados al partido de gobierno (este lunes en la noche el TSJ suspendió a la directiva de AD y le entregó la tarjeta a Bernabé Gutiérrez).
Hay gente que dice que no hay Estado de Derecho y no se puede participar.
—Eso es verdad, El TSJ nunca ha sacado una sentencia contra el Gobierno. Yo introduje 19 causas de juicio administrativo por parte del CNE por violación electoral y ninguna prosperó porque el partido de gobierno lo domina. Se ha destruido el Estado de Derecho porque se han colonizado los poderes públicos. La no participación contribuye a la estrategia de avance de un gobierno autoritario con vocación totalitaria cuyo objetivo es mantenerse en el poder. Un gobierno totalitario como el fascismo italiano, el nazismo alemán y el comunismo soviético, cubano, intentan es que haya un pensamiento único. Se mete en las universidades y elecciones, los gremios, trata de controlar los medios de comunicación y el mensaje que les interesa, no lo han logrado, pero tienen esa vocación.
Usted participó como representante del equipo de la oposición en las negociaciones de Oslo-Barbados y República Dominicana. ¿Qué cree usted que debe hacerse para tratar de salvar la situación?
—Hay que aprender de la experiencia. ¿Qué indica la experiencia? mientras tu política sea derrotar al bloque en el poder por vía electoral, creces, das a conocer tu partido, tus dirigentes, tu oferta programática, conquistas espacios y canalizas el descontento y generas esperanza de avance y una ruta y controlas las variables políticas. Cuando se pasó a la política de derrocar al gobierno, que fue la política que siguió la oposición desde 2002 hasta el 2005 con “el carmonazo”, el referendo revocatorio, el paro petrolero, tratar de deslegitimarlo en 2005 con la abstención en las parlamentarias, terminó con la casi desaparición del movimiento opositor.
Desde el 2006 hasta el 2015 fue un período de acumulación de fuerza. Hay que pensar qué política nos ha ayudado a acumular fuerza y cuál nos ha debilitado. A partir 2106 se interpretó que el resultado electoral de las parlamentarias como si fuese un mandato, no para funcionar como un cuerpo legislativo, sino para derrocar al Gobierno. Primer intento con el referendo revocatorio que fue bloqueado por el férreo control del CNE que dejó de ser árbitro electoral y se convirtió en un actor político, escamoteó el referendo e ilegalizaron al partido que lo promovió: la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y sus dirigentes fueron castigados con medidas judiciales; luego se inventó aquello del abandono del cargo. El Gobierno actuando autoritariamente suspendió a tres diputados de Amazonas a través del TSJ y declaró al Poder Legislativo en desacato y en marzo de 2017, el TSJ se atribuyó en una sentencia infame el poder de legislar. Eso se convirtió en un escenario de guerra fría, donde el otro tiene el poder de fuego y de las armas, y es imposible que tú como oposición le ganes. Sin embargo, el Gobierno no es reconocido por la mayoría de las democracias occidentales y tiene un cerco diplomático.
La oposición parece haber perdido la iniciativa tras la Operación Gedeón y la llegada de la pandemia. ¿Cómo ve a las fuerzas opositoras?
—Quiero desvincular esa cosa terrible de la Operación Gedeón de las fuerzas democráticas, ojalá se le pueda seguir la pista financiera a esa Operación Gedeón. Todos los partidos democráticos se pronunciaron en contra. Eso no tiene que ver con la iniciativa opositora democrática. Los problemas de la gente van por un lado, falta de gas, dinero, sueldo mínimo, gasolina dolarizada, la situación hospitalaria, la falta de luz, calidad de vida y no se canaliza. Las fuerzas opositoras tienen que conectarse con estos problemas que son los problemas del taxista, buhonero, el campesino, los ganaderos, las amas de casa. Sobre todo con un gobierno que en donde mete la mano, todo se destruye.
¿Qué gana Maduro y el chavismo haciendo estas elecciones como sea, con la ayuda de la Mesa de Diálogo Nacional?
—No creo que Maduro haga las elecciones con la ayuda de la Mesa de Diálogo Nacional, lo que pasa es que hay que hacerlas porque lo dice la Constitución. Lo que hay que resolver es la crisis que se generó con la votación del 20 de mayo, que ha hecho que Venezuela tenga el mayor aislamiento financiero desde la época de Castro, y la mayor crisis social de la guerra federal. Hay que hacer todas las elecciones que permitan superar la crisis y las que marquen la Constitución. Venezuela geográficamente está inscrita en occidente y prevalece la democracia. La Carta Magna establece que el sistema es democrático, Republicano, de mandatos electorales por voto popular universal, directo y secreto, con periodos fijos y mandatos revocables. Lo que pasa en Venezuela no se parece en nada a lo que dice la Constitución. Hay que luchar para salvar a al país de las crisis constitucional, social y de legitimidad. ¿Qué significa eso?, que hay que hacer todas las elecciones que mande la Constitución y las necesarias para resolver esta crisis.
Entiendo que el Gobierno va a comprar unas máquinas chinas. ¿Sabe algo de esto?
—Las máquinas de Smartmatic también eran chinas, se fabricaban allá. Los iPhone se diseñan en Estados Unidos pero se fabrican en China con los estándares de Apple. El problema no son las máquinas, sino poder hacer auditorías a las máquinas, al software y procedimientos, mecanismos de transmisión, selección de miembros de mesa y juntas. Que haya traza en papel en todo el proceso, comprobantes de votación, todo el sistema debe ser diseñado en consenso y verificado por los partidos.
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