Esta condición afecta el funcionamiento del sistema inmunitario y es causada por una reproducción maligna de linfocitos ubicados en los ganglios linfáticos. Afecta el hígado, el bazo y se clasifica en Hodgkin y No Hodgkin. En estos momentos, no se consiguen los medicamentos para la enfermedad.

Caracas. Este 15 de septiembre se celebró el Día Mundial del Linfoma. En Venezuela, se diagnostican anualmente 720 nuevos casos de pacientes y lo más grave aún es que escasean los medicamentos e insumos para tratar a estas personas.

Alexis Rafael Pérez Laya, presidente de la Asociación Venezolana de Amigos con Linfoma (AVAL), dijo que desde el año pasado hubo muchas fallas con el suministro de los anticuerpos monoclonares y en este 2016 la entrega ha sido intermitente.

El tratamiento para esta enfermedad es muy variable y contempla estrategias múltiples que incluyen: radioterapia, quimioterapia y, más recientemente, inmunoterapia que se han denominado “terapias inteligentes”.

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El Mabthera o Rituximab anti CD20 forman parte de estos tratamientos inteligentes que —asociados a la quimioterapia estándar— han logrado aumentar significativamente la sobrevida promedio en todas las variantes de la afección luego de 5 años de recibir su diagnóstico. “Pero en estos momentos hay dificultades para conseguir esos medicamentos”, expresó el representante de AVAL.

Según Pérez Laya, entre 1974 y 1976 la tasa de supervivencia era de 47 %, la cual, para 1984 y 1986 apenas se elevó 49 %. Sin embargo, de 1995 al 2000, subió a 55 %.

“Ahora los especialistas deciden colocar las quimioterapias sin los medicamentos y, en consecuencia, tenemos casos en los que la enfermedad progresa”, apuntó el especialista.

La data internacional proyectada para Sudamérica por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que al año —por cada 100.000 habitantes— se diagnosticarán 7 nuevos casos de Linfoma No Hodgkin (LNH). Pero la distribución de estos tiende a incrementar exponencialmente con la edad, de manera que después de los 40 años podría subir entre 20 y 40 nuevos casos por año. Y si es por encima de los 75 años, se podrían producir hasta 80 afectados por LNH entre cada 100.000 habitantes. La afección, en sí, se desarrolla aproximadamente en tres o cuatro individuos de esta cifra.

De los afectados, varios son de las categorías de adolescentes y adultos jóvenes con 15 y 35 años o personas entre 45 y 50 años. Este linfoma es uno de los tumores más curables, ya que 80 de 100 casos pueden mejorar con el tratamiento adecuado.

Aun cuando no se tienen registros oficiales actualizados, Pérez Laya estimó que en Venezuela hay 13.000 pacientes con linfoma —de ambos tipos— algunos ya diagnosticados y otros asintomáticos: “Cuando presentan fiebres severas e inflamación de los ganglios es que el médico puede acercarse al diagnóstico con estudios de hematología, pero a veces esta patología se confunde con leucemia”.

Otra de las trabas que padecen las personas con esta condición es que tampoco consiguen los insumos para hacerle seguimiento a la enfermedad. Es decir, no hay aguas para punción de médula y tampoco reactivos para los exámenes de laboratorio: “Eso es una rutina que ahora no se puede hacer. De ahí que muchas personas no saben qué tienen y el médico tampoco puede tratarlos. En el país todos los medicamentos para los linfomas son de alto costo, pero existe la negativa del Ejecuto de aceptar la crisis humanitaria. Hay muchas organizaciones extranjeras que quieren colaborar pero no pueden hacerlo por la políticas internas”.

El linfoma no tiene edad

El linfoma es la cuarta enfermedad maligna más frecuente en Venezuela, según el doctor José Luis López, médico hematólogo del Centro Médico de Caracas, quien reveló ese dato de acuerdo con los registros históricos del Ministerio de Salud.

Esta patología se puede presentar a cualquier edad. Sin embargo, dos de las tipificaciones más frecuentes son Hodgkin, que ataca más a los adultos jóvenes, y la No Hodgkin en mayores de 60 años.

La sobrevida y curación en general ronda 60 %, aunque dependerá de variables como la edad, el estado general del paciente, la fase en que se encuentre la enfermedad al momento del diagnóstico y el tipo de linfoma, explicó el especialista.

López manifestó que las causas de esta afección son desconocidas: “Hay algunos factores de riesgo que inciden en su aparición, como las enfermedades inmunológicas, ser paciente trasplantado, infecciones crónicas por el virus C de la hepatitis y tener el virus del VIH”.

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Apuntó que los síntomas más comunes son: inflamación de los ganglios linfáticos, fiebre, sudoración nocturna; pérdida de peso y crecimiento del hígado y el bazo. Otros pueden ser hinchazón del abdomen, sensación de llenura después de comer pequeñas cantidades, dolor o presión en el pecho, tos, dificultad para respirar, cansancio y anemia.

En palabras del hematólogo, no es posible prevenir la enfermedad. Por esta razón, es importante estar alerta a los síntomas y ante la presencia de alguno de ellos, acudir al médico para realizar un diagnóstico temprano que permita un tratamiento efectivo. Llevar un estilo de vida sano es fundamental. Si bien no reduce el riesgo de presentar este tipo de cáncer, el paciente tendrá más posibilidades de superar el tratamiento de forma exitosa.

Destacó que en el último quinquenio ha habido un gran avance en el tratamiento del linfoma. Han surgido nuevos medicamentos que actúan selectivamente y anticuerpos monoclonales más potentes que mejoran la sobrevida e incrementan la posibilidad de curación. Pero como denunció Pérez Laya, su entrega a través de las farmacias de alto costo es intermitente y los pacientes difícilmente pueden pagar los precios en caso de importarlos.

Foto referencial: Cheché Díaz


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