74 planteles estarán abiertos estas vacaciones y, con el apoyo de 1400 voluntarios, entre docentes, madres y estudiantes de sexto año de bachillerato, darán atención a los más pequeños de la casa. La idea de todo el plan es garantizarles un plato de comida.

Caracas. Llegaron las vacaciones, una temporada complicada para los padres y, en las circunstancias actuales, nada alentadoras: sin dinero, sin comida, sin pasaje, sin agua, sin luz.

Son muchos “sin” para una familia con chamos en edad de atención primaria. Principalmente, resulta grave estar sin comida.

En ese último punto fue que Fe y Alegría puso el ojo. Y se ideó unos planes vacacionales para seguir atendiendo a los estudiantes durante el mes de agosto.

La profesora Luisa Pernalette, coordinadora del proyecto de Ciudadanía y Paz de Fe y Alegría, informó que ya tienen 74 planteles sumados a esta iniciativa. Estarán abiertas este mes de agosto, con planes de una a cuatro semanas.

En todos los programas vacacionales se incluye la alimentación. Esa es la prioridad.

A la acción se sumaron 1400 voluntarios, entre madres y docentes. Los niños están felices, dijo.

María Victoria Bellara, coordinadora pedagógica, dijo que en la Zona Central están beneficiando a 13.490 escolares de 12 escuelas.

Las jornadas comienzan a las 7:30 a. m. y culminan a las 12:00 m.

Son esos niños, pudieran ser más, pero hay unos que han migrado a otros estados por el tema económico. Sin embargo, esta es una jornada muy gratificante. Pues la garantía que les estamos dando es precisamente la comida. En sus casas, quién sabe si estos chamos se estarían alimentando.

Los planes son variados. Tienen juegos recreacionales, proyección de películas y actividades donde se les brinda instrucción para ejercer un oficio práctico.

Los voluntarios no solo se encargan de mantenerlos activos, sino que también colaboran con la preparación de los alimentos.

Hemos estado viendo otra cosa que nos refuerza esta crisis y es que las mamás llegan justo a la hora del almuerzo y también aprovechan para comer. También se nos están dando casos en los que los niños sacan envases con sus tapas para guardar comida para sus hermanitos que quedaron en casa, contó Bellara.

Los chamos se divierten y se alimentan.
Las mamás también son beneficiadas.

Para los docentes, luego de haber culminado el año escolar, sumarle el mes de agosto ad honorem es una cuestión de héroes.

La organización del todo el proyecto se hizo en julio y contó solo con la mano de voluntarios. Incluso los insumos que están usando provienen de terceros y de donaciones.

Están montados en Carabobo, Táchira y hasta en Guasdualito.

Los alumnos de sexto año se incorporaron como voluntarios a esta primera experiencia de escuelas solidarias para paliar la crisis y para reconstruir valores.

Fotos cortesía: María Victoria Bellora


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