El sacerdote exhorta a los ciudadanos a practicar como ayuno evitar quejarse de la situación del país y tener como penitencia pedir y orar por el bienestar y la salud.

Caracas. Fe y esperanza: para el padre Wilfredo Corniel, párroco de la iglesia San Miguel Arcángel de El Cementerio, son estas palabras las que ayudan a vivir en tiempos de conflictividad política y social. Es por ello que se apoya en la figura del Nazareno de San Pablo: No es ver una imagen de tristeza o de dolor, sino también la imagen y el rostro de la persona que se acerca con la esperanza de conseguir el favor y la gracia de Dios.

Para esta Semana Santa, el sacerdote que acompañó en Caracas a los ciudadanos y que marchó con su sotana durante las protestas del año pasado, llama a poner la fe, el corazón, los sentimientos y el pensamiento en Jesús resucitado. Es aquel que verdaderamente vemos que responde a nuestras necesidades.

Considerando los precios del pescado, las velas y lo insumos propios de la tradición en Semana Santa: ¿Qué piensa usted que debe ser lo más importante en estos días?

—Lo importante no son los medios que utilizamos, sino vivir coherentemente nuestra Semana Santa. De repente comer pescado en un país donde es inasequible o guardar ayuno en donde se pasa hambre es una cosa que es incoherente. Ayunar no solamente es dejar de comer carne, sino privarnos de aquellas cosas que nos gustan y que debemos ofrecérselas al Señor. Para esta Semana Santa, lo más importante a tener en cuenta es nuestra relación de fe y de encuentro con Cristo resucitado: ir a las celebraciones, orar y hacer ese proceso de conversión para vivir estos días de manera tal que podamos resucitar con el Señor.

¿Y qué pueden ofrecer los venezolanos a Dios como símbolo de ayuna y abstinencia?

—Podemos hacer ayuno de las redes sociales, ayunar de hablar mal de la gente, de ver cosas que no son buenas para nosotros, podemos hacer abstinencia de tomar café y ofrecerlo a los demás. Podemos ponernos como penitencia decir “buenos días”, sonreír, dar las gracias. Hacer como penitencia abrazar a una persona y ayudarle. Vamos a hacer ayuno de quejarnos de la situación política del país y tener la penitencia de pedir por el bienestar y la salud en Venezuela. Ponernos en abstinencia y en ayuno la flojera. Son todas esas cosas que nos pueden ayudar a ser una mejor persona y modelar nuestro espíritu. Vamos a hacer ayuno de ver televisión, escuchar radio, de estar con los videojuegos y tener la penitencia de pasar más tiempo con nuestra familia, hablar con mamá y papá cara a cara y no a través del celular. Es conectarnos con las realidades reales: el sentir, el acariciar y entrar en contacto con el otro. No solo enviar emojis, sino tratar de hacerlo verdaderamente palpable en medio de nosotros.

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¿Cómo aferrarse a la fe cuando vivimos tiempos de profunda desesperanza?

—En este momento de desesperanza es cuando más debemos tener puesta nuestra confianza en Dios y no en los hombres. Ciertamente, vivimos un momento en el cual se está trabajando en crear y fomentar la desesperanza, el miedo y la tristeza en medio de la población, pero recordar que siempre Cristo vence las dificultades que podamos tener en nuestras vidas. La fe es lo que puede salvarnos de la tristeza, de la desesperanza. Recordemos que la esperanza es una virtud teologal que demos cultivar. Vivimos un momento de dureza, de aspereza y de una clase de situaciones que nos llevan a creer que esto no tiene solución. El pueblo de Israel vivió muchas situaciones particulares —muy parecidas a las nuestras— en tiempos de Jesús y mucho antes, pero nunca perdió la fe y la esperanza. Y aconteció en la liberación y ese es el hecho de la Pascua: la liberación que acontece en medio de nuestros días.

Por último. ¿Qué pide usted a Dios en esta Semana Santa?

—Pido a Dios particularmente que haya paz en Venezuela, que tengamos libertad. Que las personas que vayan a viajar puedan ir y volver sin accidentes de tránsito, que todos podamos pasar una semana en recogimiento, en oración, visitando la iglesia y entrando en oración. Pido particularmente por la salud de los enfermos y la libertad de nuestro país.

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