¿Qué pasa con el Movimiento Estudiantil?

Cuatro líderes universitarios opinaron acerca del movimiento al cual pertenecen. Dicen que el estudiante del 2007 es distinto al del 2016.

Caracas. “Desde el 2014, se generó un efecto intimidatorio muy grande tanto por las manifestaciones como por las muertes y la represión, en donde el estudiante y el ciudadano en general se la pensó un poquito más antes de salir a la calle a protestar. El sector más golpeado fue el estudiantil”, expresó el presidente de la Federación de Centros Universitarios (FCU) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Hasler Iglesias, desde uno de los pasillos de “La casa que vence las sombras”.

Él es el principal líder del Movimiento Estudiantil no solo de la UCV, sino de todas las universidades en el país. Aunque cada una tiene un representante, el liderazgo que posee se nota cada vez que hace acto de presencia en cualquier actividad de este movimiento. Su opinión es la que buscan los medios. Los demás líderes estudiantiles lo escuchan y lo siguen, aunque eso a él no le quita el sueño.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Hasler Iglesias desde el pasillo del edificio de la FCU.

Iglesias ya culminó su carga académica en Ingeniería Química, dice que “si Dios quiere, debería graduarme en julio del año 2017”. En medio del auge político que vive el país, los estudiantes, a decir de Samuel Díaz, presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad Metropolitana, tienen 80 % de aceptación entre las personas. “Después de la Iglesia, la gente ve a los universitarios como una fuerza, un músculo en la calle”, aseveró.

Además de las aulas, la calle es el hábitat de los jóvenes que pertenecen a este movimiento. Al menos entre la semana del 7 al 11 de noviembre, hicieron tres acciones de calle. La más numerosa, si bien no ocupaba ni una cuadra, fue la del viernes, que tenía como destino la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Plaza Venezuela.

“Nosotros hacemos dos tipos de acciones: acciones masivas y otras simbólicas. Estas últimas son las que llevamos a cabo solo representantes del Movimiento Estudiantil, los que estamos metidos en esto. Cuando hacemos actividades de ese tipo no esperamos llenar plazas, ni calles completas; en cambio con las acciones masivas sí apuntamos a eso, como ocurrió con la que llegamos y entregamos nuestras exigencias al Nuncio Apostólico”, enfatizó Iglesias.

Para el líder universitario, las protestas, y sobre todo las de los estudiantes, han sido criminalizadas y considera que quitarse esa etiqueta será un proceso muy lento. “El Movimiento Estudiantil del 2007 tuvo un detonante, en 2014 también lo hubo; pero en el 2016 pareciera que ninguno de los hechos termina de ser un detonante. Aunque desde el 20 de octubre para acá hemos venido generando un inercia de que es el momento para que se generen más movilizaciones y en eso estamos dedicados al menos desde las últimas dos semanas para acá”, añadió el dirigente estudiantil.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Protesta de estudiantes el pasado 11 de noviembre.

“El 20 de octubre suspendieron el revocatorio y el 21 no salimos más 30 estudiantes de la UCV. El lunes siguiente tuvimos una asamblea donde había alrededor de 100 o 200 alumnos. Luego llevamos a cabo una marcha que fue simultánea en varias universidades, a los días un grupo nutrido de jóvenes, en conjunto con varios diputados a la Asamblea Nacional marchamos hasta la Nunciatura Apostólica. Los estudiantes se han dado cuenta de que no necesariamente protestar es igual a caer preso o ser agredido”, reflexionó Iglesias.

Ignacio Arcaya es estudiante de tercer año de Derecho de la Universidad Monte Ávila, y desde mediados del año 2015 ejerce el cargo de presidente del Centro de Estudiantes de esta casa de estudios. En cada oportunidad que el Movimiento Estudiantil convoca una manifestación, él, junto con un grupo de alumnos, hace acto de presencia. Desde su punto de vista, cuando el CNE suspendió el revocatorio aumentó la participación y la protesta llegó a su clímax.

Agrega que si bien es cierto que en las últimas semanas ha visto más participación, sabe que puede ser más numerosa, no obstante, distintos factores lo impiden. “Hay muchas universidades que están siendo perseguidas por el Gobierno, sobre todo las privadas, las experimentales y los institutos. Incluso la Universidad Alejandro Humboldt la ha visitado el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y donde estudio yo, y la Metropolitana es visitada constantemente por la Superintendencia de Precios Justos”, aseguró Arcaya.

Foto: Crónica Uno / Miguel González
Funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana y de la Guardia Nacional Bolivariana siempre asisten a las concentraciones pero para evitarlas.

Por su parte, Diego Cerboni, dirigente de la Universidad Santa María (USM) percibe apatía generalizada en los estudiantes de todas las casas de estudio: “La gente o los estudiantes ya no se preocupan por sus derechos. Al menos en la USM es así, y se nota en las convocatorias, donde siempre estamos los mismos”.

Para la realización de este trabajo el equipo de Cronica.Uno también contactó a Humberto Rengel y Jhonatan Sayago, ambos líderes estudiantil de la Juventud del Partido Socialista Unido de Venezuela (Jpsuv). Sayago respondió a los mensajes para confirmar la entrevista, sin embargo el día y la hora pautada no atendió nunca el celular. Por su parte, Rengel no respondió los mensajes pero si la llamada, pero dijo que estaba en una reunión y trancó.


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