A 15 días del cierre de la frontera persisten las colas en los mercados del Táchira

En los principales comercios las personas tienen que estar horas en cola para comprar desde alimentos hasta productos de higiene personal. También hay dificultades para conseguir cauchos y baterías

Lorena Evelyn Arráiz/@lorearraiz

San Cristóbal. A 15 días del cierre de la frontera, en el estado Táchira siguen las largas colas en los supermercados para adquirir los productos esenciales. Las autoridades indicaron que cerrar los puentes que comunican la entidad con Cúcuta (Colombia) minimizaría la presencia de compradores en los establecimientos comerciales y anularían el alto número de bachaqueros, pero sólo se ha cumplido lo segundo.

En San Antonio del Táchira la llegada de mayonesa, pañales, desodorante y toallas sanitarias generó que un número importante de personas estuvieran a las puertas de los locales desde la madrugada, con niños en brazos, para poder adquirir estos artículos. Por esa situación fue necesaria la presencia de efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana para controlar, y muchas veces calmar, a los consumidores.

También en Pedro María Ureña se han registrado filas de personas que diariamente esperan conseguir lo que sea. “Me vine a comprar lo que fuese porque no me queda nada en la casa. Como uno solo puede comprar de a dos cosas eso no me rinde, porque nosotros somos seis y siempre estamos buscando donde vendan comida”, dijo Lourdes Chacín del barrio La Esperanza.

La capital del Táchira, San Cristóbal, tampoco se ha salvado de las colas. En los principales comercios de alimentos como Baratta, Garzón, Cosmos, La Gran Parada, El Junquito, entre otros, la gente aguarda por horas para adquirir desde pollo regulado hasta champú y papel absorbente. En los dos Farmatodo que hay en la ciudad, las personas llegan muy temprano y esperan a que abran las puertas para comprar lo que haya.

En los Mercal y Bicentenario, sucede lo mismo o peor. Los tachirenses deben perder horas de trabajo o estudio en las colas y como es temporada de vacaciones escolares, los niños padecen la misma larga espera que sus padres.

Aunque están comenzando a aparecer algunos productos en los supermercados, la gente teme que se vuelvan a desaparecer y acuden desesperados a buscarlos. La larga espera para poder adquirir solamente dos o tres productos por persona ha condicionado al ciudadano a ser una especie de bachaquero, pero no para una comercialización posterior, sino para guardar por si acaso.

Se buscan cauchos y baterías

Una de las declaraciones más recurrentes del gobernador del Táchira, José Vielma Mora es que paramilitares y bachaqueros actúan en sociedad. El mandatario regional ha criticado que los bachaqueros se llevan no solo los alimentos sino también cauchos, baterías, medicamentos, artículos de higiene personal, alimentos para perros, entre otros. Sin embargo, la frontera está cerrada y se mantiene le escasez de cauchos y baterías.

Los habitantes de San Cristóbal llegan a la avenida 19 de abril, desde el día anterior, a hacer la cola para adquirir una batería. Se ha hecho cotidiano observar a los carros marcados por números. El requisito es llevar el vehículo, así esté accidentado y lo trasladen en grúas, para vender una nueva y entregar la que ya no sirve. En esta semana las colas para comprar este producto se duplicaron.

También los cauchos están escasos. No obstante, la primera semana del cierre de la frontera las autoridades hicieron una incautación y vendieron en dos empresas de San Antonio y Ureña, donde los personas pudieron comprarlos más económicos y no a 30, 50 u 80 mil bolívares como se consiguen.

Despeje 

Actualmente, los expendios de combustible muestran una imagen que ya se había olvidado: los surtidores están desocupados y puede observarse a quienes despachan gasolina jugando con sus celulares, leyendo la prensa o mirando al infinito.

En San Cristóbal no había cola para surtir gasolina, pero en las gasolineras de los municipios fronterizos sí las había hasta que cerraron la frontera.

El tema de la gasolina ha sido el dolor de cabeza para los tachirenses. La última crisis que se registró fue hace dos meses aproximadamente cuando las personas tardaban hasta tres horas para surtir entre 20 y 30 litros de gasolina.


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