En Venezuela, la aparición de la enfermedad ha sido de las más tardías en el continente, junto con otros países como Uruguay, Bolivia o Guyana. Esto ha sido atribuido a la incomunicación y aislamiento progresivo con el exterior que afectó al país en los dos años precedentes, cuando se redujo el número de vuelos y de viajeros provenientes de todos los países.

Caracas. Los dos primeros casos de COVID-19 en Venezuela fueron reportados por Delcy Rodríguez, vicepresidenta del gobierno de Nicolás Maduro, el 13 de marzo de 2020.

El 21 de marzo se informó la primera muerte a consecuencia de la enfermedad. Todo lo que ha venido después ha sido una cadena consecutiva de acontecimientos, muchos ciertos, otros carentes de veracidad y algunos que se quedaron en el aparato por no tener asidero que los sustentara.

Se sospecha que la primera persona portadora del virus ingresó al país el 25 de febrero de 2020, por lo que esa fecha pudiera ser el inicio de la pandemia en Venezuela.

Hasta el 3 de mayo se hablaba de 357 casos, de un acumulado de 158 recuperados y la cifra de fallecidos se mantenía en 10.

Los doctores Carlos Walter y José Félix Oletta, ambos exministros de Salud e integrantes de la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología Nacional, analizaron las seis primeras semanas (hasta el 28 de abril) del comportamiento del virus en el país y el tratamiento oficial que se le ha dado.

Aquí parte de su análisis:

1.- La evolución de la pandemia. Puede ilustrarse mediante el registro oficial de casos diarios y semanales —aunque estos no indican el día del comienzo de los síntomas o se registran tardíamente— por la fecha de confirmación del diagnóstico. Las primeras seis semanas fueron de una fase inicial de crecimiento lento, a diferencia de lo visto en otros países.

  • La pandemia de COVID-19 en Venezuela se ha extendido por casi la totalidad de su territorio: 20 estados y el Distrito Capital. Los estados Amazonas, Carabobo y Delta Amacuro no han registrado casos desde el inicio. Hasta este momento, el más afectado es Nueva Esparta, con 111 casos positivos para el 3 de mayo de 2020.
  • Se observó que el número de casos confirmados por semana aumentó 75 % entre la semana epidemiológica 15 (del 5 de abril al 12 de abril) y la 16 (del 13 de abril al 19 de abril). El 27 de abril hubo 23 casos nuevos, el 19 de abril se dieron 29 reportes y el 20 de abril se confirmó la misma cantidad.
  • El número de muertes ocurridas acumuladas es de 10. Esta cifra se alcanzó en cinco semanas y no se han reportado nuevos fallecimientos. Todos los decesos ocurrieron en hospitales y clínicas y no incluyen muertes en comunidad o no hospitalarias.
  • No hay precisión con respecto al número de casos importados, ni de los autóctonos por brotes y cadenas de transmisión comunitaria a partir de caso no conocido.
  • Se han identificado agrupaciones o brotes de casos (Clusters) en varios estados y territorios: archipiélago Los Roques, Trujillo, Lara, Aragua, Miranda, Nueva Esparta.
  • Se desconoce el número actual de casos sospechosos o probables en estudio, como recomienda la OMS-OPS, y cuántos han sido descartados mediante procedimientos de laboratorio de certeza. Una sola vez, el 4 de abril, se informó acerca de la hospitalización de casos sospechosos en aislamiento en Centros de Diagnóstico Integral (CDI) con un total de 320 pacientes, cuya clasificación y evolución final se desconoce.

2.- Vigilancia epidemiológica. Un comunicado del Ministerio para la Salud difundido el 24 de enero del 2020 sobre el estado actual de Sistema de Vigilancia Epidemiológica y de laboratorio y la capacidad del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel para identificar coronavirus, afirmaba: “…el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel está en capacidad de realizar la detección de otros virus respiratorios tipo No Influenza, entre ellos, los coronavirus en humanos”.

  • No obstante, no hay forma de verificar la capacidad real de procesar muestras, porque desde 2015 no está disponible la Memoria y Cuenta de ese Instituto. En 2019 hubo un descenso considerable del número de pruebas procesadas para la investigación de virus respiratorios en comparación con años anteriores, al punto de que en ocho semanas no se procesó ni una.
  • El Instituto Nacional de Higiene en 2019 solo analizó 191 muestras para virus respiratorios. En las primeras seis semanas de 2020 no se habían reportado los resultados al sistema de vigilancia internacional Flunet.
  • Los primers (una cadena de ácido nucleico o de una molécula relacionada que sirve como punto de partida para la replicación del ADN) para el procesamiento de pruebas de PCR-TR solo estuvieron disponibles después del 12 de febrero, gracias a una donación realizada por la OPS.
  • El 11 de marzo de 2020, tardíamente, se elaboró y publicó el documento del MinSalud “Medidas para la vigilancia epidemiológica en aeropuertos y puertos internacionales y en pasos fronterizos para la prevención y control de enfermedades respiratorias agudas por Coronavirus 2019, COVID-19”. Dichas medidas de contención prescritas para los viajeros que provenían de países en donde ya circulaba el virus no fueron cumplidas a cabalidad en el caso de aquellos que regresaron al país entre el 3 y el 13 de marzo. Esto explica la identificación posterior de numerosos casos importados de la enfermedad, por ejemplo, en Nueva Esparta.
  • El gobierno de Maduro eligió utilizar las pruebas rápidas, basadas en la identificación de anticuerpos, para la detección de casos. Medida que no ha sido recomendada por la Organización Mundial de la Salud porque ninguna de estas pruebas ha sido suficientemente validada.
  • Estos estudios deberían ser estandarizados para precisar su sensibilidad y especificidad, sobre todo en las primeras etapas de la enfermedad. Por el contrario, la prueba de confirmación de casos continúa siendo la prueba PCR-RT, particularmente útil en la fase inicial de la enfermedad, cuando aún no se ha producido la respuesta inmune específica mediante el desarrollo de anticuerpos o la cantidad de estos es insuficiente para ser detectada. La puesta en práctica de esta actividad —clasificada por algunos como errada— ha contado con el apoyo y asesoramiento de la Misión Médica Cubana en Venezuela, que, además, introdujo la exigencia de que las muestras que se tomen sean de sangre venosa, lo que hace menos operativo el método diseñado para la recolección de muestras en comunidad mediante una toma de sangre capilar, sin que haya una aparente justificación para tal exigencia.
  • Las pruebas serológicas, una vez validadas, podrían ser de utilidad para estudios de seroprevalencia en etapas posteriores de la pandemia. Ni la Academia Nacional de Medicina, ni los investigadores en el área de Inmunología, ni las Sociedades Científicas Nacionales han sido consultadas sobre este tema.
  • Hasta el momento, con el propósito de ofrecer una imagen de eficiencia, seguridad y protección a la población, el Gobierno afirma haber realizado, para finales de abril, 440.966 pruebas rápidas, que corresponden a 14.699 por millón de habitantes. Esto, en palabras del ministro de Información, Jorge Rodríguez, pone a Venezuela “a la cabeza de los países americanos en cuanto al número de pruebas realizadas”.
  • La realidad es otra: cuando se mide el número de pruebas confirmatorias PCR-TR, la cantidad de pruebas resulta insuficiente. Hasta el 14 de abril, el número alcanzaba 1779 pruebas, equivalente a 63 por millón de habitantes, y hasta el 23 de abril se contabilizaron 5969 pruebas, es decir, 213 pruebas por millón de habitantes. Desde esa fecha se desconoce cuántas pruebas PCR-TR adicionales se han realizado.
padres y representantes
Foto: Gleybert Asencio.
  • Al menos otros seis laboratorios a escala nacional podrían hacer este tipo de pruebas si el gobierno de Maduro lo autoriza y esto no ha ocurrido, por el contrario, ha sido impedido. Solo se ha implementado una unidad de laboratorio móvil con equipos de procesamiento de PCR-TR para atender el importante volumen de migrantes forzados que regresan desde Colombia por la frontera con el estado Táchira.
  • A mayor número de pruebas de PCR-TR, se logra más confiabilidad en los reportes de casos de cada país. Un mayor número de pruebas permite identificar un número mayor de personas con infección con síntomas. A mayor número de pruebas realizadas en la población, es posible una estimación más precisa del tamaño de la epidemia y menor sesgo de estar identificando solo los casos sintomáticos y personas de edades avanzadas.

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