“A raíz de la pandemia la gente ha visto la necesidad de tener un seguro y ha habido una movilización de contratarlo”

COVID-19

La Cámara de Aseguradores de Venezuela señala que en salud “hay pólizas modestas” con primas accesibles, pero hasta ahora solo 3 % de la población está asegurada, el resto está sujeto a los servicios públicos, que operan con deficiencia. Sin embargo, contratar un seguro privado tampoco es garantía. El presidente de la Federación de Colegios de Productores de Seguros de Venezuela, Luis Pineda Márquez, dice que en las clínicas muchos asegurados se encuentran con la exigencia de pagar un depósito en efectivo para recibir atención.

Caracas. La pandemia por COVID-19 se encontró con una población empobrecida debido a la contracción económica que registra Venezuela desde 2013. Hiperinflación, desempleo y bajos salarios arrasaron con los ahorros de la gente. Pero además la nación está en emergencia humanitaria compleja desde 2015, lo que ha hecho que organismos internacionales como la ONU intervengan en la crisis. Solo este año Naciones Unidas necesita $708 millones para el Plan de Respuesta Humanitaria para Venezuela y así poder atender a 4,5 millones de personas en estado de vulnerabilidad.

Entre los proyectos que contempla la ONU para atender esta población se encuentran la salud y el acceso a servicios esenciales. Con un sistema de salud deficiente y sin ahorros la población ha tenido que hacerle frente a la pandemia por sus propios medios. Aunque la mayoría no cuenta con un seguro médico privado, la Cámara de Aseguradores de Venezuela registra un aumento en la demanda de estos servicios provocada por el coronavirus. 

La presidenta de la Cámara de Aseguradores de Venezuela, María del Carmen Bouffard, señala que el sector no es ajeno a lo que ha pasado en los últimos años.

“Antes de la pandemia, la crisis afectó; hubo una importante disminución de cartera de clientes por la pérdida del poder adquisitivo. La gente dejó de contratar las pólizas porque tuvieron que priorizar alimentación y medicinas, quedando las pólizas en segundo plano aún cuando es una necesidad. A raíz de la pandemia la gente ha visto la necesidad de adquirir seguro y ha habido una movilización de contratarlo, no es un volumen deseable, pero sí hay más movimiento generado por la propia pandemia, en ramos como automóviles no ha habido ese mismo movimiento”, dice en entrevista con Crónica.Uno

La vocera señala que en salud “hay pólizas modestas” con primas accesibles. Calcular el costo de una póliza varía, pues depende de la edad, los antecedentes médicos y también de los productos que ofrecen las empresas. Pero hasta ahora la cámara estima que solo 3 % de la población está asegurada en compañías autorizadas en el país, el resto está sujeto a los servicios públicos, que operan con deficiencia. Por ejemplo, en los hospitales la gente debe comprar los insumos que necesita para ser evaluado, desde el alcohol, guantes, hasta las jeringas. Un estudio de la ONG Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa publicado en abril de este año revela que 6 de cada 10 mujeres dice que los centros de salud pública son de regulares a muy malos y esto hace que busquen los medios para acceder a otros tipo de centros privados o de organizaciones. 

Pero contratar un seguro privado tampoco es garantía. El presidente de la Federación de Colegios de Productores de Seguros de Venezuela (Fecoprose), Luis Pineda Márquez, dice a Crónica.Uno que en las clínicas muchos asegurados se encuentran con la exigencia de pagar un depósito en efectivo para recibir atención médica. El monto que exigen en caja a los pacientes puede llegar incluso a los $5000. 

“Hay ciudades que ni siquiera quieren atender a asegurados, ni que tengan pólizas de salud. Muchas exigen que paguen un depósito en caja para poder ser atendidos, si no, los dejan morir en la emergencia y no reciben atención. Los depósitos pueden ser de $5000 ¿Quién regula a las clínicas y los costos exorbitantes de insumos, honorarios profesionales, medicamentos? Los costos varían de manera desproporcionada”, expresa el representante de Fecoprose.

Foto: Tairy Gamboa

A partir de marzo de este año la Superintendencia de la Actividad Aseguradora (Sudeaseg) emitió la Circular SAA-9-1109, que estableció límites a los montos máximos a pagar por la atención de patologías asociadas al COVID-19 y también al tiempo en el que se dará cobertura a los casos que requieran hospitalización.

La medida busca frenar el impacto que ya deja la pandemia en las empresas de seguro, pero, a juicio de Luis Pineda Márquez, “el problema es que al final el que paga los costos a las clínicas y el que termina llevando la peor parte es el paciente, el ciudadano”. Para Pineda Márquez, el problema mayor está en las clínicas, donde los costos entre una y otra varían de manera desproporcionada. “La diferencia de costos entre clínicas tipo A y otras es inexplicable. Por ejemplo, una hospitalización de cuatro días en la clínica La Floresta equivale a los honorarios de un solo especialista en el Centro Médico Docente La Trinidad”, dice. 

María del Carmen Bouffard señala que el covid, así como cualquier otra epidemia, no está cubierto por las pólizas de seguro, algo que es así en la mayoría de los países. “Están excluidas expresamente porque son riesgos que no se conocen, nadie sabe cuánto tiempo van a durar, ni cuántas personas va a afectar. Las estadísticas se tienen una vez transitada esa eventualidad, por eso no cubre patologías asociadas a epidemias, sin embargo, desde marzo del año pasado con el estado de alerta —a raíz de los primeros casos— el sector asegurador venezolano consideró que debía acompañar a sus asegurados aún cuando no se cubren y así ha sido este año, se han venido cubriendo todos los casos que se le han presentado a los asegurados”.

Para el presidente de Fecoprose, la Circular SAA-9-1109 tiene contradicciones con las mismas leyes de la actividad aseguradora. Cita que el contrato de un asegurado dice que su póliza le cubre 100 %, pero en el documento hay límites para atender a un paciente que van desde los 10 hasta los 14 días. En Venezuela el Ejecutivo decretó un estado de alarma y no un estado de epidemia, ciertamente las epidemias están excluidas de las primas de los seguros, pero para que eso sea un hecho se debe decretar estado de epidemia y en Venezuela eso no ha ocurrido”, sostiene.

Bouffard indica que estos siniestros constituyen una pérdida y que las empresas han tenido que soportarlo con su patrimonio, por lo que luego de mesas de trabajo con la Sudeaseg decidieron establecer algún tipo de límite para atender los casos asociados al covid. “Esos límites han funcionado bastante bien porque fueron hechos con base en una estadística que teníamos de casos que habían sido atendidos. La experiencia nos ha dado que una persona que requiera una hospitalización por covid entre cinco y siete días ya está dado de alta. Hay otros mecanismos para atender a los asegurados que no necesariamente necesitan estar hospitalizados, una gran mayoría es por atención domiciliaria u hospitalización domiciliaria, no necesitan estar ingresados en una clínica y reduce los costos”.

A pesar de las pérdidas que registra el sector, que según datos de la Superintendencia entre enero y abril de este año alcanzaron $99.404.000 millones, el golpe más duro se registró en 2018, el año en que la hiperinflación estuvo en su pico más alto. Las pólizas en bolívares rápidamente perdieron valor y contratar un seguro no era atractivo, además la población también era víctima de la devaluación de la moneda. En 2018 las pérdidas en el sector se ubicaron en $277.980 millones, muy por encima de un año antes ($68.589.746 millones). También entre 2019 y 2020 se muestran un descenso en las pérdidas, $155.685 millones y $138.306 millones, respectivamente.

María del Carmen Bouffard señala que a pesar de la recesión no ha habido cierre de empresas. “Todas las compañías autorizadas se han mantenido operativas, muchas se han tenido que redimensionar, han reducido operaciones, pero hasta ahora todas las autorizadas por la Superintendencia se mantienen activas. Han tenido que reinventarse para poder mantenerse”.

Las pólizas en bolívares existen

Desde que las autoridades permiten a las aseguradoras brindar productos en divisas, tras la eliminación de la ley de ilícitos cambiarios y del control de cambio, el sector halló una nueva oportunidad para mantenerse en un país golpeado por la crisis económica. Sin embargo, la presidenta de la Cámara de Aseguradores de Venezuela explica que aún se venden pólizas en bolívares.

“Las pólizas en bolívares existen y seguirán existiendo, no todas las personas tienen capacidad de adquirir pólizas en moneda extranjera. En los últimos años las empresas de seguros tienen que solicitar aprobación para que les permitan comercializar su producto en moneda extranjera, una vez han transitado ese proceso, una buena cantidad de empresas ofrece el producto en divisas y en moneda nacional”, dice Bouffard y agrega que la decisión es del asegurado, puesto que las sumas se quedan rezagadas en muy corto tiempo.

Proyecto de ley de la actividad aseguradora

La Sudeaseg trabaja en un proyecto de ley que traería cambios para el sector. El instrumento debe ser aprobado por la Asamblea Nacional, sin embargo, ya está redactado y entre las modificaciones más resaltantes se encuentran la banca seguro. El presidente de la Federación de Colegios de Productores de Seguros de Venezuela recuerda que ya en los 90 el país vivió la experiencia de estos servicios. “Anteriormente en los 90 y los 2000 si usted deseaba abrir una cuenta en un banco, el banco le decía que para poder obtener la cuenta debía comprar un seguro, así opera la banca seguro, por eso estamos en desacuerdo con esas prácticas de condicionamiento para el asegurado”, dice.

Ya hace más de 10 años Fecoprose manifiesta que se opuso en la Asamblea Nacional a que esto fuera retomado. En ese momento lograron que el proyecto no avanzara, pues reitera que la banca seguro es “una práctica que sirve para la coacción”.

Para la representante de la Cámara de Aseguradores de Venezuela es difícil con una epidemia saber lo que va a pasar de aquí a una semana con relación a si la circular de la Sudeaseg sufrirá algunas modificaciones los próximos meses. No obstante, señala que “el espíritu” del sector “es mantenerse acompañando a los asegurados” y que se pueda pasar por el control de la epidemia. “La vacunación masiva es muy importante y lograr la inmunidad de rebaño, pues evita que la persona se pueda agravar, eso hace un panorama mucho más manejable”.

Por su parte, el presidente de Fecoprose menciona que 2020 fue mejor que el anterior en cuanto a la cartera de clientes y que tiene expectativas positivas para este año. “Hemos recuperado nuestra cartera de clientes, de forma moderada, pero sí vemos una nueva expectativa positiva de crecimiento, cuando uno habla con los dueños de empresas de seguro, manifiestan lo mismo. En cambio 2017 y 2018 fueron años muy difíciles para los productores por la devaluación, no tenía sentido adquirir una póliza porque rápidamente perdía valor, entonces uno debía ser honesto con el asegurado y explicarle la situación”.


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