Para el politólogo y experto electoral Jesús Castellanos el acuerdo firmado entre la UE y el ente electoral venezolano es un gran paso para garantizar elecciones justas, pero señala que siguen faltando pasos para mejorar las condiciones electorales.

Caracas. Desde el año 2006 Venezuela no había tenido en unas elecciones la presencia de un organismo internacional confiable como observador electoral, esto cambió el pasado miércoles cuando la Unión Europea (UE) confirmó que enviaría una misión de observación para las elecciones regionales del próximo 21 de noviembre, luego de la invitación formal del Consejo Nacional Electoral (CNE).

El anuncio de una misión internacional es, a juicio del politólogo y experto electoral, Jesús Castellanos, un paso “importantísimo” en la búsqueda de una elección confiable en Venezuela. Sin embargo, él es el primero en señalar que no es suficiente, pues existen otros problemas que no se han solventado.

Castellanos destacó que el acuerdo ayuda mucho en brindar confianza sobre las venideras elecciones, algo que según él se ha perdido sistemáticamente desde la llegada del chavismo al poder y que encontró su cumbre con la “elección” de la Constituyente en 2017.

“Ha habido una caída sistemática de condiciones que logró el punto más alto con la ‘elección’ de la ANC de 2017 y las que la siguieron como las parlamentarias de 2020”, dijo Castellanos en una entrevista. Agregó que la presencia de la UE “puede constituir una oportunidad para un esquema de votación que sea más apegado a los estándares internacionales”.

Mi opinión, muy personal, es que lo que se acordó entre la UE y el CNE constituye un cambio en el reglamento. El reglamento estipula la veeduría con limitaciones importantes incluyendo el plan que establece el CNE en el que se determina lo que se hará, cuándo y cómo se hará, dijo Castellanos.

En efecto, la sola presencia de la Unión Europea no es lo más importante de la observación internacional. Sí lo es el hecho que la UE tendrá potestad de cuáles lugares visitar, cuándo hacerlo y, además, la libertad de hablar y declarar a los medios sobre sus hallazgos.

Ahora bien, por todo lo bueno y la confianza que pueda generar la UE como observadora de un proceso electoral venezolano, lo cierto, a juicio de Castellanos, es que no es suficiente.

El CNE sigue en deuda con la observación nacional, no hay acreditación, pero hay avances. Hay una ampliación en el número de organizaciones nacionales que, aunque no están acreditadas, ya están activas, como por ejemplo en las auditorías, comentó.

Aunque pueda interpretarse el acuerdo firmado entre el CNE y la UE como un paso positivo, aún sigue existiendo un vínculo entre el órgano comicial y entes electorales de países que son todo menos democráticos.

“Si bien el CNE ha dado un paso importantísimo no deja de ser cierto el vínculo con países autoritarios. Vimos a Calzadilla en Rusia y la valoración que hizo de ese sistema electoral y la invitación a Rusia. Además en la auditoría de software se hizo una invitación a Turquía, otro país claramente autoritario”, recordó Castellanos, quien resaltó que si bien la UE estará presente en las elecciones del 21-N, también lo estarán otras organizaciones, como por ejemplo, el Centro de Expertos Electorales de Latinoamérica que no tienen una agenda técnica sino una política.


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