Afirman que informe de la FAO omite cifras sobre Venezuela y está desactualizado

El informe señala que América Latina y el Caribe se adelantaron al resto del mundo al establecer sus propias metas a fin de erradicar el hambre para el año 2025.

En el caso de Venezuela, el año que según la FAO cerró de manera positiva, estuvo marcado por el aumento de la pobreza extrema (49,9 %); la escasez de alimentos (entre 50 %-80 % en rubros básicos) y el incremento de la desnutrición.

Caracas. El deterioro de la situación alimentaria, nutricional y de salud en Venezuela se profundizó el último trienio 2014-2016. Los indicadores de alimentación, nutrición y salud exhiben cifras nunca antes vistas en el país, con el surgimiento de fenómenos que expresan situaciones extremas, como el hambre, en toda la población, en especial en los grupos vulnerables.

A ese análisis llegan investigadores y organismos no gubernamentales, en respuesta al informe que publica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre 2016, el cual se nutre de los datos suministrados por el Instituto Nacional de Estadística de Venezuela (INE).

En total fueron 14 organizaciones, entre ellas el Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela, el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), la Fundación Bengoa para la Alimentación y Nutrición, el Colegio de Nutricionistas de Venezuela y el Centro de Investigaciones Agroalimentarias de la Universidad de Los Andes (Ciaal), las que salieron al paso y sacaron un comunicado titulado “Informe de la FAO omitió información sobre la crisis venezolana”.

A estas asociaciones les llama la atención el hecho de que diversos aspectos relevantes para Venezuela, quedan sin ser analizados y, además, la FAO señala que “América Latina y el Caribe (ALC) se adelantaron al resto del mundo al establecer sus propias metas para la erradicación del hambre para el año 2025″.

Igualmente destacan que para dicho estudio, los países de la región adquirieron compromisos al aprobar el “Plan de aplicación integral sobre nutrición materna, del lactante y del niño pequeño”, donde acordaron disminuir la desnutrición, el sobrepeso, la anemia y a aumentar la prevalencia de la lactancia materna antes del 2025.

Por eso, los expertos se preguntaron ¿cuál es el compromiso puntual e individual que adquirió Venezuela para cumplir con esta meta?, pues aseguran que la situación alimentaria en la nación se deterioró desde 2012, justo el mismo año en que la FAO le otorgó el primer reconocimiento por “haber alcanzado anticipadamente la meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio número uno: reducir a la mitad la proporción de personas que padecen hambre para 2015”.

Precisamente en ese período empezaba a notarse el fenómeno de la escasez, el desabastecimiento de alimentos y el incremento desmedido de la inflación.

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Llover sobre mojado

El informe de la FAO, preparado por la Oficina Regional para América Latina y el Caribe adscrita a esta institución y que por primera vez es realizada en colaboración con la Organización Panamericana de la Salud/Oficina Regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS); muestra que para ambos sectores, 2015 significó el cierre de un ciclo positivo, en particular cuando se refieren a la erradicación de la pobreza extrema y el hambre.

Detalla que “en efecto, la pobreza extrema se redujo 66 % en la región y la proporción de población en edad laboral empleada subió; así como también que la prevalencia de la subalimentación —indicador neto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM)— bajó de 14,7 % a 5,5 %”.

Se incrementó el número de personas buscando en la basura comida.

Al respecto, los investigadores estiman que en una introducción no pueden esperarse datos individuales por países, pero sostienen que la generalización realizada encubre la disparidad de los fenómenos en algunas naciones.

“Lamentablemente para los venezolanos, el 2015 no ha sido un año de cierre de un ciclo exitoso, debido a que ese año estuvo marcado por el aumento de la pobreza extrema (49,9 %), la escasez de alimentos (entre 50 %-80 % en rubros básicos), el incremento de la desnutrición y por una escalada inflacionaria (315,0 %) que un año más tarde alcanzaría la inflación más alta del mundo (superior al 600 %).

En cuanto a la disponibilidad de alimentos entre 2014 y 2015, el informe de la FAO no ofrece ningún análisis ante la gran diferencia, por defecto, que presenta Venezuela en la cifra de importación de alimentos en relación con otros países. “No debe olvidarse que tanto las importaciones como exportaciones de alimentos en Venezuela registraron una importante reducción, acompañada de la disminución de la producción nacional de alimentos”.

Por su parte, la disponibilidad por grupos de alimentos correspondiente a las distintas regiones del mundo y de América Latina y el Caribe (expresadas en gramos/persona/día), tiene en la FAO una información que data de los años 2009, 2010 y 2011, período en el cual la realidad de la nación era completamente distinta.

Al avanzar en el análisis, los especialistas observaron que, además de omitir información, incluyen cifras desactualizadas sobre Venezuela.

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En el caso de las tasas de mortalidad materna, en menores de 5 años y neonatal de Venezuela, estas solo aparecen representadas a través de gráficos.

“No fueron tomados en cuenta los datos oficiales de la propia Memoria y Cuenta del Ministerio para la Salud, presentada en 2015 ante la Asamblea Nacional, que muestra cifras alarmantes en el aumento del porcentaje de mortalidad materna, que fue 5,5 veces más alto que el valor registrado en el año 2012”.

Consideraron importante resaltar que la tasa de mortalidad neonatal reportada en este informe internacional no coincide con los resultados presentados por el Ministerio para la Salud en su Memoria y Cuenta 2015, que muestran un aumento 100 veces mayor al porcentaje de muertes neonatales/nacimientos vivos registrados.

Explican igualmente que la prevalencia de desnutrición aguda para Venezuela, en menores de 5 años, si bien se ubica por debajo del 5 %, se basa en datos que corresponden al año 2009. Igualmente, los datos de sobrepeso en este grupo de edad son también de ese año, cuando la situación era notoriamente distinta.

En cuanto a las medidas de políticas gubernamentales, dicen que no se aportan datos que muestren cómo estas han contribuido a mejorar el problema. Así, por ejemplo, se menciona que Venezuela creó la Corporación Venezolana para la Agricultura Urbana y Peri-urbana, sin anunciar ningún tipo de evaluación para constatar la efectividad de dicha política.

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De la misma manera, se explica que países como Argentina, Honduras, Panamá y la nación criolla optaron por aumentar el salario mínimo nacional público y/o privado, para así incrementar los ingresos de los trabajadores del país. Se menciona el caso de Argentina, donde los trabajadores del sector público elevaron en 96 dólares su salario, al pasar de 338 dólares a 434 dólares. Nuevamente, se “engloba” a Venezuela dentro de una situación promedio que no corresponde.

“Si bien es cierto que en Venezuela se han ajustado los salarios (vía decretos unilaterales, sin concertación con trabajadores y patronos) más de 30 veces desde 2001 (cuando se adoptó como política) a la fecha, las tasas anuales de inflación han sido sistemáticamente superiores a las alzas nominales de los salarios. Si a esto se agrega que en el control de cambios se emplea para la conversión a dólares una tasa de cambio sobrevaluada, se obtiene que los datos registrados no se corresponden con la realidad”.

Además, desde 2001 está vigente la inamovilidad laboral (en teoría, para prevención de despidos injustificados), por lo tanto, las consecuencias de este presunto aumento para Venezuela son contraproducentes en términos de garantizar el acceso a una adecuada alimentación”, dice el comunicado enviado por los investigadores.

En el informe de la FAO no se mencionan los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), “a pesar de que este sistema de distribución está activo desde abril de 2016 y constituye una evidente violación al derecho humano a la alimentación, por tratarse de un programa discriminatorio, insuficiente (desde el punto de vista de cantidad y calidad nutricional) para los ciudadanos y ha promovido la corrupción para la distribución de los alimentos”.

Por tanto, invitaron a las agencias internacionales del Sistema de Naciones Unidas a revisar la iniciativa denominada “Derechos Humanos Primer Lugar”-Human Rights, publicada en 2013 por el entonces secretario general Ban Ki Moon, en la que se exhorta a las agencias del Sistema de la ONU a que asuman como prioridad la protección de los DDHH y de la población civil, tal y como está establecido en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En conclusión, expresan que no alertar acerca de la situación alimentaria y nutricional venezolana actual podría ser considerado como una violación al mandato “Derechos Humanos en Primer Lugar”, cuando el personal en terreno local de las agencias del Sistema de Naciones Unidas no reporta a sus respectivas sedes la verdadera situación de la población (en este caso, la venezolana).

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“La alimentación de los venezolanos está severamente comprometida, tanto por las dificultades para acceder a los alimentos debido a una drástica reducción en las cantidades que se consumen, la severa escasez debido a la contracción de la producción nacional y la merma de las importaciones, como por la persistente inflación (la más alta en ALC en alimentos primordiales en la dieta de los niños pequeños, como fórmulas infantiles y leche completa), que han impactado los indicadores biológicos”.

Indicadores que muestran un incremento de la desnutrición en todas sus formas, de la desnutrición grave entre 2014- 2016 y la pérdida de peso de la población en distintos estratos, así como el deambular de la población hambrienta en las calles de nuestras ciudades y poblados, hurgando la basura en busca de comida; conductas propias de situaciones de hambrunas ya superadas en otros países de la región.

Otras organizaciones que firman el documento son Fundación 5 al día; Amigos Trasplantados; Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida); Convite AC, Asamblea de Educación; Civilis, Derechos Humanos; Acción Solidaria; Aula Abierta y Acceso a la Justicia.

Foto referencial: Jota Díaz/Miguel González/Cheché Díaz


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