Aunque la Alcaldía de Sucre instaló tuberías en algunos sectores más alejados, los vecinos denuncian que los habitantes de la parte baja conectan redes de manera ilegal, lo que impide el bombeo con fuerza hacia la zona alta.

Caracas. La cantidad de escalones que debe subir Iris Angulo para llegar a su casa es incontable. Ella vive casi en la última vivienda de la Zona 7 del barrio José Félix Ribas de Petare, y cuando pisa el último peldaño de la escalera, desde donde se observa el Ávila y las otras zonas del barrio, llega fatigada y sin oxígeno.

Para Angulo el principal problema no es subir todos esos escalones, lo que ella realmente quiere es que por las tuberías de su casa salga agua potable, ya que no cuenta con ese servicio desde hace dos años.

“Todos los grifos y tuberías de mi casa están oxidados por el tiempo que han estado sin usarse”, dijo con un tono de voz bajo y en su expresión reflejaba resignación.

Iris, quien vive desde hace 32 años en este barrio del Municipio Sucre estado Miranda, contó que cuando llegó su vivienda era de paredes y techo de zinc. Con el transcurrir de los años ella y su esposo lograron construir una estructura de tres pisos, a la que no llega el servicio por la red de tuberías. Hoy no tendría ni una gota si no fuera por que hizo una conexión con  una manguera y almacena tobos y todo tipo de potes. De otra forma estarían siempre secos.

Foto: Victor Raison
Iris Angulo en la mesa de su casa, donde ayuda a los niños a hacer sus tareas.

Para ayudar a su esposo con los gastos del hogar, decidió, luego de que la casa se hizo más amplia, iniciar un cuidado diario de niños. Hoy tiene más de 11 infantes de distintas edades. Sin embargo, dice que en vacaciones puede llegar a tener hasta 23 menores fijos, lo que se le hace más complicado, pues tiene que rendir el poquito de agua.

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“Hace varios años instalaron una tubería desde el principio del cerro que bombeaba agua hasta aquí, pero fueron construyendo más casas y poco a poco le fueron haciendo huecos al tubo para esas familias abastecerse, y los que vivimos por aquí arriba nos quedamos sin el servicio. Ahora para que vuelvan a hacer un trabajo así, no sé cuánto tiempo pasará”, dijo mientras cargaba uno de los 11 niños que cuidaba esa tarde.

Para tener el servicio en el barrio José Félix Ribas hay que ser privilegiado o ser “vivo”. Algunos vecinos relatan que la mayoría del tiempo tienen agua en su casa y que cuándo se les va tienen sus provisiones en pipotes. Sin embargo otros dicen que se las han ingeniado conectándose a las tuberías de las calles.

Foto: Victor Raison
Estas son las escaleras para llegar a la casa de Iris Angulo.

Teresa Piña, vive en una casa mucho más pequeña en el mismo barrio, pero para llegar a ella no hay que subir tantas escaleras. Tiene 39 años viviendo en ese sector, y aseguró que en los últimos años ha desmejorado el suministro. Es por ello que en la sala de su casa tiene muchos potes de refresco de dos litros llenos de agua. “Los tengo ahí porque aquí cortan el servicio cuando les da la gana. Esas son mis provisiones”, dice entre risas.

Piña es madre soltera de tres hijos, y ya es abuela. Todos viven en su casa que tiene una sola habitación. Aseguró que como no vive tan arriba en el cerro, tiene agua aunque sea dos días a la semana, por lo que se dice que se siente “privilegiada”.

“Espero que algún día logren solucionar el tema de la escasez. Aunque han instalado varias tuberías desde que yo vivo aquí seguimos con el problema”, aseveró Piña.

Foto: Victor Raison
Teresa Piña mostró su título de propiedad con una sonrisa.

Más problemas

Para Teresa, aunque es importante el suministro a diario, pero no es el principal problema de la zona. Dice que los delincuentes son los que mandan. “Mis hijos salen tempranito a trabajar y los han robado varias veces. A uno de ellos le quitaron la moto. La policía pasa pero una vez a la cuaresma. Aquí tiene el control los malandros, que son los mismos chamos que yo vi crecer”, relató.

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Aunque la Alcaldía de Sucre, le otorgó el título de propiedad a Piña, dentro del programa “Dueño de mi futuro”, lo que la hace dueña de su casa, anticipa que quiere que la policía patrulle un poco más la zona.

“Yo le agradezco a Carlos Ocariz por mi título de propiedad, pero quiero que trabaje más por acabar con la delincuencia. Este barrio es muy peligroso”, concluyó Piña.

Fotos cortesía: Víctor Raison.


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