La película está inspirada en el momento en el que la compañía Nike se propone revitalizar su línea de zapatos para baloncesto. Decide apostar entonces por aquel se convirtió en ícono del deporte.

Caracas. En Air, Michael Jordan es una sugerencia, como en el logo de los Air Jordan, su presencia es una silueta que no necesita mayor detalle. Ya en su nombre hay todo un mundo que se instala en una audiencia, es un discurso que ha trascendido entre un público de distintas edades que reconoce el peso de una leyenda.

La más reciente película dirigida por Ben Affleck, se inspira en el momento en el que la compañía Nike se traza como objetivo firmar al entonces prometedor deportista, cuando no había despuntado.

En el largometraje, el número 23 de los Chicago Bulls no es el protagonista, aunque es el punto en el que orbita todo ese sistema.

Sonny Vaccaro (Matt Damon) tiene la responsabilidad en Nike de sacar del foso del tercer lugar en la línea de básquet, un sector liderado por Adidas y Converse, compañías con estrellas como Magic Johnson o Larry Bird, quienes portan los calzados que marcan tendencia en el deporte. A Jordan le ofrecen ser parte de ese olimpo.

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Air también es un homenaje al diseño y los riesgos tomados a pesar de las normas en el deporte

A Nike no le ha ido bien, las apuestas que han hecho no han sido las mejores, pero en un desvelo, Sonny ve en unas grabaciones lo que pocos han visto para confiar en Jordan. Desentraña la estrategia de un juego para entender la apuesta que hay sobre el joven, esa apuesta que se basa en saber leer a los genios del deporte desde el albor. La intuición en efervescencia.

Pero Sonny Vaccaro tiene que atender a dos frentes en Air. Primero, debe convencer a sus superiores, Rob Strasser (Jason Bateman) y Phil Knight (Ben Affleck), de que deben concentrar todo el esfuerzo y el capital destinado para surgir en Michael Jordan.

Por otro lado, el protagonista debe convencer a la familia del deportista, especialmente a la madre, Deloris Jordan (Viola Davis), quien lleva las riendas de la promesa, confiada en su hijo, no solo guiada por el amor, sino por la certeza de lo que ha recorrido el muchacho, en principio entusiasmado por firmar con Adidas.

El guion de la película está firmado por Alex Convery, el primero en el que estampa su nombre. Y no parecen líneas de un debutante, aunque sí se nota que son las de un apasionado y disciplinado que, al igual que Sonny Vaccaro, confía en la intuición alrededor de su historia, que además debía ser aprobada por Jordan. Nada fácil. “Si Michael no quiere, la película no se hace”, dijo Ben Affleck.

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Ben Affleck interpreta al mandamás de Nike en los años ochenta
Air tiene muchos aciertos

Primero, el guion. Una estructura sencilla pero llevada a cabo con respeto por la incertidumbre ante los detalles. La meta que se logra está repleta de pequeños conflictos que amenazan con trastocar todo, detalles desconocidos o inimaginables que además invitan inmediatamente al espectador a tomar decisiones, o reflexionar sobre ellas. Pues es de esas películas que también llevan a pensar en el quehacer individual en cada uno de sus terrenos.

Por eso se habla de la película como una clase magistral de mercadeo, de estrategias empresariales, pero también de llevar esas prácticas a la vida personal, pues es una historia de vida que va mucho más allá del deportista.

Tanto Sonny, como sus superiores, al igual que la madre de Jordan, se conjugan en un juego de poder sobre el riesgo, la determinación, la confianza y la negociación, pero todo ello presentado en un cariz cercano, de reconocimiento y respeto hacia el otro sin caer en correcciones moralizantes, sino más bien en el afianzamiento de las certezas individuales como carta para el diálogo en función de los intereses particulares, fundamental para llegar a un acuerdo fructífero para todas las partes.

Por otro lado, Air posee un elenco acompasado, en el que los actores parecen integrar una orquesta amoldada a una batuta que nunca se ve: el universo Jordan.

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Los diálogos con la madre de Jordan no tienen ningún desperdicio

Además, la dirección de arte despliega ante el público los años 80 con la ajustada sugerencia de su momento político, económico y social, en el que se adosa un tenue sentido del humor, con una estética de videoclip para una música en la que resaltan nombres como Cyndi Lauper y Bruce Springsteen.

Air es el regreso de Ben Affleck a una historia basada en un hecho real una década después de Argo, ganadora del Oscar a Mejor Película. Presenta una obra sobre unos zapatos que fueron más que unos zapatos, como bien se asegura en el metraje; un fenómeno de la cultura pop que trascendió a decenas de países, y que en Venezuela tiene un especial capítulo, como registra el rapero NK Profeta en su documental Los mal llamados zapatos de la muerte.

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