Quienes lleguen a Caracas desde el occidente del país ya no serán recibidos por el flamante León de Caracas, sino por “Apacuana, cacica de la etnia Quiriquire”, según se lee al pie de la estatua.

Caracas. Con un juego de luces fue adornada la india Apacuana, una estatua que se erigió en un borde de la autopista Valle-Coche y que ahora ocupa el nicho del flamante León de Caracas, un monumento fundacional de la ciudad.

No hubo consulta a los caraqueños. Fue una decisión directa de la jefa del ayuntamiento, Érika Farías, quien a un año de su llegada a la gestión municipal ha hecho cambios que tienen por interés borrar la historia colonial, según comentó la exconcejal Kadary Rondón.

Pero esto no es nuevo. Hace aproximadamente cinco años el exalcalde Jorge Rodríguez intentó cambiar el escudo e introducir símbolos de apoyo a la resistencia indígena, propuesta que no prosperó.

Cuando Farías asume el poder de nuevo se dan pasos para reivindicar la lucha de los pueblos indígenas. De hecho, en el momento de su investidura no se colocó la banda oficial. Gente allegada a su entorno comentó que era precisamente porque eso es parte de la tradición colonial.

Apacuana fue impuesta en la entrada de Caracas, desde el occidente del país. En su pedestal se lee “mujer, indígena, madre, curandera, cacica de la etnia Quiriquire, impulsora de la resistencia contra la colonización española del siglo XXI. Su legado sacude la historia patriarcal de Occidente, avivando el espíritu de rebeldía de todas nuestras generaciones”.

La pieza mide siete metros y pesa 1200 kilos.

La Alcaldía en su página web publica una nota en la que dice que está empeñada en cambiar la herencia colonial, por “algo que se parezca más a nosotros”, echando por tierra parte de la identidad caraqueña como lo es el León.

Tanto es su afán que hasta el cronista de la ciudad, Guillermo Durand, fue jubilado. Ya no hay quien desde la Alcaldía lleve registro y documente el desarrollo histórico, cultural, político y social de la capital.

Se dice que se creó una fundación cultural.

Foto: Mabel Sarmiento


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