Altos precios llevan a reducir consumo de carne

La escasez y la inflación impactan en la ingesta de carne de res. Las familias la sustituyen por pollo o huevos, que también se consiguen con dificultad.

Gabriela Berroterán @gabyestibalys

Caracas. La alimentación del venezolano en los últimos meses se ha visto comprometida por la escasez y los altos precios. Hay quienes se han visto en la necesidad de dejar de ingerir algunos alimentos, porque simplemente sus ingresos no les alcanzan afirmó Ángel Brito, que vive en Caricuao y trabaja como seguridad en un colegio del centro de Caracas.

“Hace mucho tiempo que no compro carne, se consigue muy cara alrededor de 2.500 bolívares en las carnicerías que están cerca de la casa. La última vez que compré fue en un operativo del Gobierno, pero yo no tengo tiempo para hacer colas todo un día, debo trabajar sino, no tendré el dinero para comprar lo poco que se consigue regulado”, contó.

En un recorrido realizado por Crónica.Uno  en los mercados municipales se pudo constatar que el precio de la carne está disparado. Lo más económico es la costilla que se encuentra en 950 bolívares, seguido de la carne molida y el lagarto que en 1.480 bolívares, mientras que el costo del lomito es de 2.150 bolívares.

“En mi casa por lo general no comíamos mucha carne, pero desde que los precios se desataron, optamos por comer más pollo, o huevos” indicó Lilibeth Aguilar, estudiante universitaria que reside en el 23 de Enero.

Las familias tienen que “hacer maromas” para conseguir el producto, así dijo Henry Rodríguez, profesor universitario, que vive en La Pastora. Igualmente, “debemos variar en las compras, ya sea con pollo, huevos y atún. También hay que buscar la economía y lo que rinda más, en mi casa somos cinco personas, cinco bocas que alimentar”.

Aunque las familias buscan sustituir la carne de res por el pollo o los huevos, estos rubros también cuesta conseguirlos, debido a que la producción ha mermado.

Maritza Landaeta de Jiménez,  miembro del Observatorio Venezolano de la Salud (OVS) y de la Fundación Bengoa, dijo recientemente que las proteínas (pescados, huevos, leguminosas o granos y las carnes) son el tipo de alimentos con mayores dificultades para su adquisición y los que han sufrido el impacto más alto de la inflación, por lo tanto las familias se ven limitadas a consumirlos y, sobre todo,  la población de bajos recursos.

Foto: Cristian Hernández


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