Antímano: un valle lleno de historia y con un rosario de penas

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Con casi 161 mil habitantes esta parroquia, que cumple  394 años de su fundación civil, es de las 8 más peligrosas de Caracas

Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento

Alejandra Pineda/@alejandra11294

Caracas. Mucho se ha escrito de la parroquia Antímano. La mayoría de las veces lo que sale a la luz pública son sus problemas sociales y la precaria pobreza. Pedirle a un taxista una carrera para Antímano es casi como insultarlo,a no ser que está pelando ese día y se arriesgue a todo. Y ello se debe a que es una  zona de alto índice delictivo.

Antímano está entre las ocho parroquias más peligrosas de las 22 que tiene Caracas. Sólo en 2012 se registraron 154 homicidios, cifra que según el Ministerio de Interior y Justicia (MIJ) se redujo en más de 70% en 2013 y, del 2014, no se conocen datos oficiales.

Pero más allá de lo negativo, Antímano es un valle de historia. En esa zona, en 1620  todavía había un gran número de indígenas, a pesar de haber sido diezmados por la conquista, el trabajo esclavo y las enfermedades.

Para entonces el gobernador de la Hoz Berrío y el obispo Gonzalo de Angulo, en una clara conjunción de intereses civiles y eclesiásticos, dictaron una serie de procedimientos que debían contemplarse al fundar comunidades en la jurisdicción de Caracas. Pedían buscar los sitios adecuados, donde tuvieran tierras, agua, leña y procurar la construcción de iglesias duraderas. Así nacieron el 20 de febrero de 1621 los pueblos de San Pedro y San Pablo,  inicialmente en Macarao y trasladados meses después a Antímano.

En 1621 la lista de pobladores era de 148, compuesto de 77 hombres y 71 mujeres. El número de casas ascendía a 42. A esa memoria sigue una matrícula de 98 personas (57 esclavos) que tenía en su casa Alonso Rodríguez Santos, uno de los más ricos de la época.

A pesar de la decidida defensa de la iglesia a favor de los naturales, los indígenas de Antímano debieron enfrentarse a constantes usurpaciones, abusos que continuaron durante todo el Siglo XVII.

En la actualidad, según cálculos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), esta populosa parroquia tendrá para este año una población de 160 mil 556 habitantes. Pero sigue siendo disminuida en su calidad de vida. La mayor parte de los residentes viven en zonas de alto riesgo y los servicios públicos fallan constantemente.

De hecho hay zonas como La Pedrera, cuyo desalojo sin concluir (de más de dos mil 500 familias) fue ordenado en agosto de 2010 por el fallecido presidente Hugo Chávez en la Gaceta Oficial N°40.227,  que no cuentan con la frecuencia del agua potable, tienen muchos vertederos incontrolados de basura, inseguridad y problemas con el transporte público.

Esta parroquia además de estar integrada por los sectores Carapita, La Yaguara y Juan Pablo II, tiene barrios como Las Delicias, Vidal López, Santa Ana, Las Clavellinas, Germán Rodríguez, E lRefugio, La Redoma, La Acequia, El Carmen, Vuelta del Fraile, Germán González,La Gruta, La Grama, La Colmena, La Quebrada, Matapalo, El Rosario y Buena Vista, además del casco histórico de Antímano. A todos se les llega en jeep o por largas escalinatas y ninguno se salva de padecer el rosario de penas que tiene La Pedrera.

 Aniversario opacado

Antímano está de aniversario de su fundación civil. este 8 de mayo se celebran 394 años desde que se asentó en un libro municipal. Sin embargo, hace años las fiestas en su honor pasan por debajo del tapete,debido a los problemas que viven día a día sus habitantes y a las divisiones políticas.

Domingo Pérez, con 54 años en la zona, dijo que en años anteriores la celebración venía acompañada de fiestas, misas, caravanas y diferentes actos públicos.

Pero son muchas las razones por las cuales los pobladores de esta comunidad dejaron de participar en este tipo de actividades. Una de ellas, es que esta parroquia actualmente es considerada  la más insegura de las 22 parroquias ubicadas en Caracas. Por otro lado, la escasez en los productos alimenticios y las divisiones políticas ocupan el día a día de los habitantes de esta populosa zona.

“Los antimanences de aquel lado y de este lado se conocen, somos la misma gente que siempre coincidíamos en las actividades. Antes podíamos unirnos para reclamar por algo y ahora tenemos que pedir permiso”.

Dentro de la agenda programada se tienen previstas una serie de asambleas donde el tema que más resalte será el descontento de los habitantes y sus condiciones de vida.


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