Además de los niños que van al colegio, pacientes críticos y casos médicos documentados deberían poder cruzar los puentes binacionales que comunican con Cúcuta. Sin embargo, aunque se presente un informe médico hay que casos que la GNB no considera graves e impide el paso.
San Antonio. Se cumple un mes del cierre de los puentes binacionales que comunican con el vecino país de Colombia, luego del intento de ingreso de la ayuda humanitaria el pasado 23 de febrero.
Pese a esta situación, el movimiento migratorio no se detiene. Las trochas, que en su momento eran usadas para el paso de mercancía de contrabando, ahora son una opción para quienes trabajan, compran alimentos o hacen vida del otro lado de la línea divisoria.
Esto incluye a los pacientes críticos como los renales u oncológicos, quienes deben comprar sus medicamentos en Cúcuta, dada la falta de insumos en hospitales y farmacias del lado venezolano. Recientemente, Freddy Bernal, designado por Nicolás Maduro como “protector del estado Táchira”, informó que el paso por los puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander estaría habilitado solo para aquellos casos que se consideraran especiales, mientras que los que no cumplieran con la normativa debían tratarse en el país.
Para Omaira Bonilla, quien sufre de prolapsos uterinos y padece de intensos dolores, esta situación es totalmente arbitraria, pues duda del criterio de los guardias y policías a la hora de permitir el acceso de personas por el puente.
Ellos qué van a saber si alguien está en condiciones de pasar por la trocha o no. Usted me ve y si yo no le digo que sufro de prolapsos no sabe y menos si me duele. Lo mismo pasa con ellos, si te ven sano [al juicio de ellos] te mandan a pasar por la trocha”, dijo.
En un primer momento, quienes llevaran un récipe médico podían pasar, pero ahora el mismo debe ir acompañado de un informe detallado y, según el criterio del uniformado de guardia, se aprueba el paso por el puente.
Casos de mujeres embarazadas, con niños recién nacidos, también pueden pasar, siempre que tengan constancia de citas en el vecino país, vacunas pendientes, entre otros documentos que les soliciten en la aduana de San Antonio o Ureña.
Yo me fui con Mathias [mi hijo] y llevé la tarjeta de vacunas porque necesitaba pasar ya que aquí no hay cómo colocarle los refuerzos y el guardia me pidió además la partida de nacimiento. Fueron rápidos y pude pasar. Aproveché y le compré los pañales al niño porque uno no puede estar pasando a cada rato por ahí. Pero si no hubiera sido porque tenía que vacunarlo, hubiese tenido que pasar por la trocha”, dijo Marta de Tonito mientras abordaba un carrito por puesto en San Antonio con su pequeño de seis meses de edad en brazos.
Milagros Vergara también pasaba el puente pero en compañía de su suegro, quien debía comprar los medicamentos para sus quimioterapias. Califica de injusta la medida de restringir el paso por los puentes, “el señor Bernal debería echarse una pasada por las trochas para que vea cómo sufre la gente que debe comprar comida, cobrar remesa o hacer alguna diligencia en Cúcuta. Hay que pasar las cloacas y el río habiendo un puente ahí. Puras ganas de amargarnos más la vida. Él no es quien para decidir si se abren o no los puentes”, dijo.
La preocupación reina porque ya en unos meses llega la temporada de lluvias y con ella, el río Táchira —que es un pequeño cauce en estos momentos— va a aumentar su corriente, impidiendo del todo el paso por los caminos verdes y quienes insistan en cruzar por ellos, ponen en riesgo sus vidas, tal y como lo hicieron varios viajeros hace más de nueve meses, cuando el carnet fronterizo no estaba activo para nuevos trámites y debieron pasar por las trochas. Varias personas fueron arrastradas por la corriente durante el trayecto y murieron.
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