Greta Gerwig presenta un largometraje que busca llevar al máximo los estereotipos a favor del conflicto. Sin embargo, quiere subrayar tantos temas que no le otorga confianza al espectador. Al final, resuelve atinadamente

Caracas. La muñeca Barbie es protagonista de la cultura popular desde 1959. Surgió en una época de crecimiento económico en Estados Unidos, después de los años de depresión y de las calamidades de la Segunda Guerra Mundial.

Momentos en los que la sociedad estadounidense vivía un despegue que se reflejó en muchos aspectos. El consumo creció de manera vertiginosa en medio de un aumento de natalidad impresionante, el llamado baby boom.

Estados Unidos además se posicionaba como referente industrial en un mundo en el que Europa se recuperaba de la devastación bélica, con una contraparte poderosa: la Unión Soviética.

Creada por Ruth Handler, Barbie ha sostenido las primeras ilusiones de millones de niñas durante todo este tiempo. Sin dudas, es un icono cultural que además representó un cambio en las referencias de un imaginario, en un proceso que afianzaba al sistema capitalista y sus dinámicas imperfectas, pero en constante discusión. 

Atrás quedaron los juegos exclusivos de cuidado del hogar o de muñecas de cartón para ser vestidas con ropas de papel recortado. Barbie abrió el espectro para imaginar diversas profesiones en el juego, como ejecutiva, doctora o astronauta.

Si bien la figura de Barbie está inspirada en la muñeca alemana Lili, en su espíritu de ir más allá del hogar no se puede dejar de recordar a Rosie, la remachadora, ese icono que representaba a las mujeres estadounidenses en la fábrica durante la Segunda Guerra Mundial; un oficio no tan anhelado en el mundo obsesionado con los directores ejecutivos, o como los más sofisticados llaman: CEO. Claro, luego vinieron los reveses de una vida en teoría cómoda que apostó por las prácticas previas en el hogar. 

Barbie
Margot Robbie es una de las protagonistas de la película estrenada

Desde 1959 Barbie ha sido la principal figura de Mattel, la gran empresa juguetera. Objeto de elogios y una que otra crítica, la muñeca es un referente cultural, la protagonista de millones de mundos imaginados, la primera relación con el mundo posible. Por eso, a tantas personas les conmueve verla en la gran pantalla.

Después de una de sus crisis en 2018, Mattel abre las puertas a un universo con la película Barbie, dirigida por Greta Gerwig, quien escribió el guion junto con su esposo Noah Baumbach. 

Protagonizada por Margot Robbie, presenta a una muñeca que vive en un mundo llamado Barbieland, donde todas son felices, sin preocupaciones, todo parece perfecto. Ese equilibrio se rompe cuando la protagonista empieza a pensar en temas como la muerte. Es el punto de partida de un conflicto existencial, no bien recibido por las demás, en un mundo en el que Ken es secundario, apenas advertido. 

Barbie
Hasta el 30 de julio Barbie sumaba en Venezuela 81.950 espectadores en salas

Ese primer planteamiento del mundo de los personajes y las preguntas que surgen en la muñeca representan uno de los mejores momentos de la obra, pues esa pérdida de la inocencia y las reflexiones alrededor de la única certeza de la vida: la muerte, bajan del pedestal al icono. Pues el triunfo deja de ser norte en una obra con obvias referencias a películas como 2001: odisea del espacio, Matrix y The Truman Show.

Las reflexiones de Barbie la llevan al mundo real, ese que desde su creencia es tan perfecto como su tierra natal, pero ahí se da el primer gran golpe de su vida: hay peligro y su presencia puede ser desde insignificante hasta motivo de peligro.

Ken está con ella e interpreta que los hombres dominan en esa parte de la realidad. Sin embargo, también entenderá que su existencia puede encontrar adversidad, a pesar de lo que indiquen las teorías, por lo que se devuelve a Barbieland, pero con el conocimiento de la existencia del llamado patriarcado. Ken entonces invierte el orden, y cuando Barbie vuelve, todo es diferente. Los Ken han tomado el mundo de la muñeca. 

Barbie
Barbie ha recaudado desde su estreno el 21 de julio 780,7 millones de dólares en todo el mundo

En esta parte la autora lleva al extremo los estereotipos, caricaturiza a partir de las definiciones más polarizantes en el debate sobre hombres y mujeres. Por lo tanto, es el momento que más risa genera en una parte del público, mientras que la otra se crispa por considerar que hay una intención maniqueísta. Esa visión funciona para intensificar el conflicto de la trama.

Sin embargo, llega un momento en el que la autora desea abarcar tantos temas, subrayar tantos mensajes, que satura por explicaciones. Los diálogos son constantes para reiterar ideas, como para que quede todo claro, sin escape a ningún planteamiento, como cuando los Ken explican El padrino. Llega un momento que parece una reunión de sindicato para discutir consignas de pancartas. 

También hay momentos en los que hay parodias a Mattel, a la creadora de la muñeca y al mundo corporativo. Todo muy bien calculado, como cuando en Los Simpson satirizan a Fox. 

Barbie
En Caracas ha sido común ver a decenas de personas vestidas de rosado en centros comerciales

Ya en su final retoma su intención de marcar distancia con lo esperado, y tanto Barbie como Ken son presentados como figuras que buscan un propósito, una libertad a partir de la reflexión por el descubrimiento de un mundo adverso. Pero más allá de soluciones populistas, la autora apuesta por un reconocimiento de su protagonista como individuo, como mujer, para empezar un nuevo camino no exento de contrariedades. 

Barbie fortalece con su éxito en taquilla los planes de Mattel para establecer un universo cinematográfico con películas sobre Hot Wheels, Uno, Barney y mucho más. Habría que ver si el enfoque de estos próximos proyectos será la búsqueda de la reflexión sobre debates espinosos, o más bien se ajustarán a la película familiar de conflictos más concisos. 

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