Los trabajadores legislativos denuncian que hacen “extensas colas” en el sótano del edificio Vargas para comprar alimentos mientras los parlamentarios gozan de toda clase de beneficios
Hernán Lugo-Galicia/@HLGNapita
Caracas. Desde hace tres meses, los trabajadores de la Asamblea Nacional bajan a la planta baja del edificio José María Vargas y protestan porque la directiva del Legislativo, declarada “socialista y revolucionaria”, no atiende lo que Carlos Marx definía como el centro del socialismo: a los obreros, sean intelectuales, limpiadores o ascensoristas.
“Diosdado, paga”, “Diosdado atiende”, “Diosdado nos morimos de hambre”, son algunas de las consignas. “¡Basta de atropellos!”, grita el secretario general de Sinfucam, José Vicente Rivero, quien lleva la batuta de los reclamos.
Sin embargo, la situación se ha vuelto tan crítica que los sindicatos Sindicato de Trabajadores del Poder Legislativo Nacional (Sinolam, de corte oficialista) y Sindicato de Funcionarios de Carrera Legislativa de la Asamblea Nacional (Sinfucam) se han unido y exigen al presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, que se siente a discutir el contrato colectivo, vencido desde hace un año.
Los trabajadores marcharon hasta la Vicepresidencia de la República, a principios de septiembre, donde dejaron a Jorge Arreaza una copia del contrato y la solicitud para que los ayude. Otro documento fue dejado en el Ministerio del Trabajo. No hay respuesta.
Los “socialistas” del PSUV han ignorado las protestas al punto que el Partido Comunista de Venezuela tuvo que reunirse la semana pasada con Sinolan y les prometió intervenir y elevar sus peticiones a Cabello.
“Hablaremos con el presidente del Parlamento”, aseguró el diputado del PCV, Yul Jabour, luego del informar al Buró Político comunista de la reunión con el sindicato oficialista.
El pasado 19 de septiembre, se activó la alarma en Sinfucan cuando se percataron de una comunicación interna del Parlamento, vía Intranet. La directora general de Desarrollo Humano, licenciada Carolys Pérez, anunciaba a los trabajadores que los sindicatos no habían presentado proyecto de contratos colectivos a su oficina, ni a la directiva legislativa.
Sinfucan replicó y le recordó que, desde diciembre de 2014, la Inspectoría del Trabajo recibió la contratación, y que en mayo de 2015 fue admitida y, por tanto, lo que procedía era la discusión. “Queda claro que el intento es manipular y poner a los trabajadores en contra de los sindicatos Sinfucan y Sinolan”, dijeron.
“Simplemente el diputado Cabello, a través de sus directores, se limita a realizar costosas remodelaciones a la Asamblea Nacional y aumentar los salarios de los diputados ya que piensa que sólo a ellos les afecta la situación económica mientras que a los trabajadores nos mandan a un sótano a hacer extensas colas para comprar lo que nos alcance con nuestro escaso salario”, denuncian en el texto.
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