La OPS indicó que el mecanismo Covax presentará una “canasta de vacunas” que será ofertada a los países para que cada uno “pueda escoger sus opciones” tomando en cuenta la inversión que requiera. El camino para la vacunación masiva será largo, especialmente en Latinoamérica y el Caribe.

Caracas. Tras el visto bueno que dieron las autoridades regulatorias del Reino Unido para la distribución de la vacuna contra la COVID-19 producida por la empresa Pfizer, voceros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aseguraron que esperan otras aprobaciones en las próximas semanas, aunque el camino para la vacunación masiva sigue siendo largo. 

“No es solamente tener la vacuna, sino la capacidad de distribuirla y una estrategia adecuada para ello”, afirmó el doctor Jarbas Barbosa, subdirector del organismo, en la última conferencia que tuvo ante los medios. Señaló que la OPS ya está en contacto con los productores para ir conociendo las cantidades que podrían adquirir y sus precios.

La OPS espera coordinar la adquisición y distribución de vacunas junto con los gobiernos de 37 Estados miembros de América Latina y el Caribe a través del mecanismo Covax, que pretende garantizar el acceso equitativo a la posible inmunización contra la COVID-19 entre los 187 países que se han integrado.

Foto: Tairy Gamboa

Aún así, Barbosa señaló que Covax presentará una “canasta de vacunas” que será ofertada a los países para que cada uno “pueda escoger sus opciones teniendo en cuenta el grado de inversión que necesita y qué tiempo va a tomar preparar la cadena de frío para la vacuna”.

Desafíos por delante

La vacuna producida por la empresa estadounidense Pfizer y la alemana BioNTech es la primera en ser aprobada formalmente por las autoridades de un país, específicamente el Reino Unido, tras un proceso que duró 10 meses (el más rápido hasta ahora) y que ofrece 95 % de eficacia contra la COVID-19.

Se espera que las primeras 800.000 dosis estén disponibles a partir de la próxima semana. Sin embargo, un punto importante en dicho producto es el de su refrigeración, pues debe ser almacenada a -70° C, lo que supone un desafío adicional de logística en caso de que la adquieran del otro lado del océano Atlántico.

Barbosa señaló que en la región solo hay algunos laboratorios de investigación y hospitales que cuentan con refrigeradores de esa capacidad, aunque Pfizer está desarrollando cajas para transportarlas que garanticen la cadena de frío y, una vez estén en la sala de vacunación, no necesiten ser almacenadas a -70° C.

La vacuna de Pfizer, que se produce en Bélgica, será suministrada en dos dosis y los primeros beneficiados serán personas mayores y trabajadores sanitarios. Foto: Pfizer

De igual forma, dijo que la OPS ya está en contacto con productores de refrigeradores especiales para aquellos países que estén interesados en esa inmunización. Cada país tiene que hacer la evaluación de cuál es la vacuna que mejor se adapta a su realidad, puntualizó el subdirector del organismo.

También indicó que los países que hayan firmado acuerdos bilaterales con productores de vacunas (como el caso de Venezuela con el Centro Gamaleya ruso para la Sputnik V) también podrán beneficiarse del mecanismo Covax, aunque aún no se ha mencionado si el país podrá optar debido a las deudas pendientes que mantiene con el Fondo Rotatorio de la OPS.

“No hay que bajar la guardia”

Los voceros de la OPS fueron enfáticos en la importancia de mantener las medidas de prevención de la COVID-19 y el distanciamiento físico, aunque admitieron que en una región tan desigual y con ciudades poco planificadas como Latinoamérica y Caribe eso sea todo un reto.

No llegaremos a controlar efectivamente la pandemia hasta que tengamos un número suficiente de personas vacunadas, y eso tomará tiempo, dijo el director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la OPS, Marcos Espinal.

Foto: Tairy Gamboa

A su juicio, hasta que no haya un buen avance en la vacunación masiva (que en su fase inicial solo abarcará al 20 % de la población, principalmente los grupos de riesgo) las personas no deben relajar las acciones.

Sin embargo, factores como la cantidad de personas que viven en situación de vulnerabilidad, el hacinamiento en zonas marginadas de las principales ciudades del continente, el aislamiento de zonas rurales o la falta de acceso a agua limpia podrían influir en qué tan cerca o lejos llegará la región en la lucha contra la COVID-19.


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