La miniserie que impulsa el Estado es dirigida por Luis Alberto Lamata. Es una obra de la Villa del Cine como parte del bicentenario de una de las batallas más importantes de la Independencia.

Caracas. Desde que el chavismo llegó al poder ha habido un afán por parte del Estado de representar en el cine la gesta independentista, así como otros momentos históricos más recientes.

Películas como Zamora (2009), La planta insolente (2017), Maisanta (2016), Miranda regresa (2006) y Bolívar, el hombre de las dificultades (2013) son algunos de los largometrajes que se han sumado a esta línea, y que en buena parte han tenido a dos directores al frente: Román Chalbaud y Luis Alberto Lamata, este último es el responsable de Carabobo, caminos de libertad.

El miércoles 23 de junio se pudo ver en condición de preestreno, y por solo 48 horas en streaming, el primer capítulo de Carabobo, caminos de libertad, dirigida por Luis Alberto Lamata, cineasta que también estudió historia en la UCV. Es una miniserie de 9 capítulos que desde el gobierno de Nicolás Maduro se impulsa para celebrar el bicentenario de la batalla de Carabobo. Todavía no hay fecha para el estreno de los próximos episodios. En Twitter, el ministro de Cultura, Ernesto Villegas, indicó que entre julio y agosto deberían transmitir la serie completa. Todavía están en rodaje y posproducción. 

Luis Alberto Lamata
El ministro de Cultura, Ernesto Villega, en los talleres de confección de vestuario junto con Luis Alberto Lamata

El director empezó a ser referencia en el cine venezolano por el estreno de Jericó en 1990, esa película sobre un sacerdote católico que llega a América durante la evangelización. El filme subraya cómo las creencias que el fraile quiso disipar son el motivo por el cual es realmente “liberado”. Jericó llegó a estar nominada al Goya como Mejor Película Extranjera de Habla Hispana. 

Según datos del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, Jericó sumó 49.635 espectadores en 1990, año en el que la película venezolana más vista fue Disparen a matar, de Carlos Azpúrua, con 230.588.

Desde entonces, las cifras de entradas vendidas de sus películas en el año de proyección han sido las siguientes: La primera vez (1997) 546.265, Desnudo con naranjas (1997) 16.249; Miranda regresa (2007) 149.199, El enemigo (2008) 28.942, Taita Boves (2010) 38.900. En la década pasada figuran Azú (2013) 40.512, Bolívar, el hombre de las dificultades (2013) 140.319 y Parque Central (2018) 1912, de acuerdo al CNAC y a la Asociación de la Industria del Cine. 

La primera vez, protagonizada por Salserín, es una de las 20 películas más vistas del cine venezolano. Luis Alberto Lamata supo entonces aprovechar la alta popularidad del grupo juvenil para presentar una obra que contó con guion de Leonardo Padrón y dirección de arte de Diego Rísquez. Los datos también indican que los números le han favorecido en su registro personal cuando trata temas históricos, aunque esas cintas no hayan sido las más vistas de sus respectivos años entre obras nacionales. 

Es notable cómo esas tramas han subrayado el discurso propagado desde el poder, especialmente en Bolívar, el hombre de las dificultades, protagonizada por Roque Valero, el actor y cantante ahora diputado y burócrata que presidió el CNAC. Hay excepciones como Taita Boves, con un matiz muy bien logrado. 

Ahora, en el primer capítulo de Carabobo, caminos de libertad se ubica al espectador en el día previo a la Batalla de Carabobo. Pero antes de conocer la trama, el público verá una presentación que no llega ni a medio camino de lo que el contexto actual de la industria acostumbra.

Luis Alberto Lamata
Uno de los detalles que más destaca es la precariedad del diseño de la presentación

La serie llega a presentarse a un público que ha tenido decenas de referencias de historias épicas. Hace dos años las familias y amigos se reunían para ver la temporada final de Game of Thrones, mientras en 2021 se cumplen dos décadas del estreno de la trilogía de El señor de los anillos. De hecho, hay una animación que ilustra la posición de los realistas en el campo que tiene como modelo la introducción de la famosa serie de HBO, pero tan solo queda como un bosquejo. 

Animaciones que remiten a presentaciones de videojuegos de estrategia de hace 20 años, días de Pentium 4. Además, una tipografía que recuerda a las portadas de los trabajos estudiantiles de principios de siglo, cuando Microsoft Word ofrecía distintos efectos para resaltar textos. Es muy arriesgado adentrarse en una audiencia con sello Marvel, que además ha visto pasar el testigo de George Lucas y voltea a ver lo que hace Pixar. Producciones de Hollywood que muchas veces se transmiten en los canales del Gobierno. 

Luis Alberto Lamata sabe de televisión. En su hoja de vida hay telenovelas como La vida entera (2008), Se solicita príncipe azul (2005), La hija del jardinero (2003) y Las dos Dianas (1992). 

Vale destacar que así como cumplió el objetivo de capitalizar el hype de Salserín en los noventa, en esta ocasión quiso tener en cuenta la efeméride para contar esta historia. Pero a diferencia de aquella época, suele haber desconfianza y tedio cuando se trata de un hecho histórico bajo el auspicio de Miraflores. 

Carabobo, caminos de libertad
La presentación de Carabobo, caminos de libertad emula la introducción de videojuegos para PC

En el primer episodio se ve cómo la trama busca resaltar también el discurso oficialista sobre la patria, la liberación de imperios, la soberanía y demás líneas acentuadas durante poco más de dos décadas de revolución.

Los conflictos de los personajes no son planteados en este episodio, en el que figura como principal antagonista el poderoso imperio español. No hay mayor rostro que genere tensión, excepto la expectativa por el conflicto anunciado, cuyo resultado es conocido. Juvel Vielma interpreta a Simón Bolívar. 

La mayor parte de la casi hora de trama se va en los preparativos, disertaciones anteriores al combate, sin mayor acentuación en las figuras que se asumen como principales. 

Aunque hay una historia secundaria que tiene los tintes de que será desarrollada con especial énfasis, la del cabo Capote (Camila Curtis). Se trata de una mujer que al estilo de Mulán se viste como hombre para ser aceptada en las filas patriotas. 

Carabobo, caminos de libertad
Juvel Vielma se suma a la lista de actores que en el cine y la televisión han interpretado a Simón Bolívar

Podría resultar una idea advenediza, pero hay registros de mujeres vestidas de hombres entre los muertos en la batalla, como recuerda Fernando Falcón, doctor en Ciencias Políticas y especialista en historia militar, quien además detalla que estuvieron las llamadas troperas, parejas de algunos soldados que se unían a la campaña. Sin embargo, previene de cualquier intención feminista anacrónica que se pretenda apuntalar en los parlamentos de los personajes. Acota que el uniforme del personaje es del Batallón Rifles, y recuerda que esa esa unidad era de oficiales irlandeses. 

En este primer episodio de Carabobo, caminos de libertad también hay una intención de realzar un imaginario popular. Por ejemplo, la noche previa a la batalla, en el campamento patriota se baila tambor y joropo, una imprecisión que señala el también director del doctorado en Historia de la UCV. 

Comenta que en ese enfrentamiento no hubo tropas barloventeñas o costeras, así como no hay constancia de baile de joropo. “Los soldados barloventeños estarán presentes después de 1821, en el famoso batallón Caracas que peleó en Ayacucho”, acota.

Carabobo, caminos de libertad
El actor y Guardia Nacional Bolivariana Ender Machado interpreta a Pedro Camejo, “El Negro Primero”

Pareciera que hubo rigor en mantener la exactitud en algunos aspectos. Seguramente la indumentaria de José Antonio Páez (Carlos Manuel González) genere dudas, pero está documentado que el general llegó a vestir el chascás polaco, un obsequio que recibió. 

Pero aún así, en esta primera parte cualquier intención de recrear un momento histórico queda trastocada cuando las fronteras con el proselitismo son delgadas.

Toda ficción sobre hechos reales permite licencias artísticas, como en The Crown, pero en Carabobo, caminos de libertad, lucen más como un empeño en afianzar la estética casi única que se presenta de las tradiciones desde los medios del Estado, así como también se entrevé el objetivo de depositar en  personajes las animadversiones de la diatriba política, como ocurre con el sacerdote, representado como intransigente y retrógrado en la subtrama del cabo. Habrá que esperar cómo deriva. 

Carabobo, caminos de libertad
La historia de cabo Capote pareciera ser la que tendrá un desarrollo notable en la historia

En el equipo de guionistas, además de Luis Alberto Lamata, están Nayauri Jiménez, Carlos Tabares, José Antonio y José Luis Varela, estos dos últimos vinculados a otros proyectos de la Villa del Cine. De hecho, con Lamata figuran en los créditos del guion de Abril, la película inspirada en los hechos de 2002, y cuyo estreno se espera desde 2016.

El rodaje de Carabobo, caminos de libertad se llevó a cabo en pandemia. Para muchos fue una oportunidad laboral en momentos de decaimiento de la producción local, pero que igualmente genera cuestionamientos en un sector en el que son comunes desde hace años las denuncias de paralización, especialmente en el ámbito del CNAC. 

Carabobo, caminos de libertad por los momentos muestra una visión filtrada y supervisada de la historia, en la que se no se prevé ninguna novedad en sus giros, más allá de las que resulten provechosas para el discurso oficial, sin mayor cabida a otro tipo de revisiones o perspectivas que no sean las manidas, aunque por momentos se pueda intuir que una parte del equipo haya querido lograr una historia que prevaleciera sobre el discurso.


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