La película está inspirada en el mimo francés. Se ubica en los momentos de la ocupación nazi de Francia. Es dirigida por el venezolano Jonathan Jakubowicz.
Caracas. En el año 2005, la prensa anunciaba la gira de despedida de Marcel Marceau por Venezuela. No era la primera vez que el mimo francés visitaba el país. En Internet hay anuncios de sus presentaciones en lugares como el Teatro Teresa Carreño, como registra un ejemplar digitalizado de la revista Exceso de 1998.
Quizá, muchos de los que vieron entonces al artista, desconocían que junto cada gesto y expresión del actor también llevaban el bagaje de la tragedia de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis ocuparon su Francia.
En ese momento, Marcel Mangel, su nombre original, formó parte de la resistencia, pero adversó al Tercer Reich de una manera distinta.
Los hechos ocurridos son recreados por el cineasta venezolano Jonathan Jakubowicz en la película Resistance, prevista para estrenar en salas el año pasado, pero debido a la pandemia se concentró en las vías on-demand.
Finalmente el largometraje se puede ver en Venezuela. Forma parte del Festival de Cine Francés que hasta el viernes 27 de mayo se lleva a cabo en el país con 16 películas, cuatro de ellas disponibles en salas del Trasnocho Cultural y el resto en la página web de la institución, sin costo para el espectador.
Una de las obras que se pueden ver en la plataforma es Resistance, protagonizada por Jesse Eisenberg, quien interpreta al mimo que entonces no era conocido internacionalmente.
El guion de la película también es de Jonathan Jakubowicz, director de Secuestro Express (2005) y Hands of Stone (2016), además de escritor de la saga literaria sobre Juan Planchard, el personaje que se vuelve millonario gracias a negocios de la revolución bolivariana.
Ahora, en Resistance ubica al espectador en aquellos años en los que Marcel Marceau daba sus primeros pasos, momentos en los que se presentaba en cabarets, a la vez que trabajaba en la carnicería de su padre, quien no aceptaba la pasión de su hijo. La veía con desdén.
Mientras, a pocos kilómetros, los nazis se expanden, y una invasión a Francia era cada vez más inminente. Como judío, tanto Marcel como sus amigos serían blanco de la maquinaria que empezaba a amenazar a Europa.
Jonathan Jakubowicz presenta así una película que va de la rabia y la impotencia a la dignidad, y así, entender cuál es la mejor manera de adversar a un monstruo que luce imposible de derrotar.
La actuación de Jesse Eisenberg es suficiente. Ni más ni menos, ajustada a una trama de la que es fácil conectarse, especialmente en las arenas en las que el cineasta se crió.
El protagonista de Resistance comprende cómo involucrarse en el contexto en el que se encuentra, el terror ineludible en el que el arte es herramienta, pero en el que las urgencias son otras. Marcel Marceau halla la manera de comprometerse con el momento histórico.
En la parte de Francia en la que habita, un grupo de amigos y familiares del artista le da refugio a niños judíos huérfanos que llegan de los dominios nazis. Todo se complica más cuando desde Berlín ordenan expandirse, y Francia cae.
La primera opción es resistir desde las trincheras, pero luego Marcel y los suyos se percatan que lo mejor que pueden hacer es llevar a esos niños indefensos a tierras más lejanas, marcas la mayor distancia de las pretensiones hegemónicas arias.
En Resistance Hay una breve participación de Edgar Ramírez, quien encarna al padre de Elsbeth, el personaje de la inglesa Bella Ramsey, una de las jóvenes que sobrevive a la pérdida de sus padres a manos de los nazis.
En el elenco también está la actriz francesa Clémence Poésy, Fleur Delacour de Harry Potter, quien da vida a Emma, una de las personas que se encarga de cuidar a los pequeños que huyen del horror.
Durante la trama, se ve cómo se busca insuflar el romance a través de la relación entre Marcel y Emma, pero no hay mayor sintonía en las maneras en la que se expone. Sin embargo, la participación de la actriz es mucho más potente en la experiencia individual del personaje.
Jonathan Jakubowicz se vale en Resistance de imágenes de archivos que a veces redundan en el mensaje para quienes han crecido con esta tragedia bélica muy presente en la cinematografía, pero que se entienden cuando puede haber generaciones que ven la Segunda Guerra Mundial como un conflicto cada vez más lejano.
El director hace de Resistance un lugar de sosiego en medio de la calamidad, con un final no exento de tensión y angustia, elementos apropiados y exigidos por lo que se quiere contar. Una obra para discutir sobre el ímpetu de la vida, los sueños por alcanzar, pero también la respuesta individual con repercusión grupal en momentos hostiles y que definen el curso de la historia.
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