Caracas está perforada por la desesperación de tener un pozo para conseguir agua

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El Ministerio del Ambiente tarda hasta siete meses en autorizar la excavación de los acuíferos en la ciudad, pero no lo está haciendo. Mientras, se reduce cada vez más la entrada de agua, señalan especialistas. Sugieren un plan municipal de abastecimiento alterno. “Hay un desorden absoluto y hay que evitar las consecuencias”.    

Caracas. En poco tiempo, el Área Metropolitana de Caracas puede colapsar en su esfuerzo por aliviar la crisis de agua, si no se definen pronto planes municipales de abastecimiento alterno que aplaquen la perforación de pozos a como dé lugar.

 “Se están haciendo pozos por todos lados de la ciudad, y no tienen el permiso que da el Ministerio del Ambiente para perforar”, advierten especialistas. 

Desde hace más de tres meses, la dependencia oficial no responde las solicitudes para excavar huecos en la ciudad, como lo establece el Reglamento de la Ley de Aguas. Mientras tanto, se agrava la crisis del suministro: la entrada por acueductos de Hidrocapital se ha reducido en 4000 litros por segundo, aproximadamente, en tres años. Los sistemas Tuy que deberían mandar 90.000 litros de agua por segundo a la ciudad, están enviando alrededor de entre 11.000 y 12.000 litros.

Cualquier solicitud que se presente para hacer una perforación en el ministerio va a dormir eternamente, porque no van a contestar. Es la experiencia conocida hasta ahora. No hay un solo permiso para pozos, y la gente está actuando a escondidas, por su cuenta, y eso está ocasionando un desorden absoluto en la ciudad”, señala el ingeniero Norberto Bausson, avezado en estas tareas.

No se conoce un inventario oficial de cuántos pozos están activos en el área metropolitana. Desde hace tres años, las alcaldías han asumido la iniciativa junto con vecinos, y se calcula que no llegan a 10. Otra decena está en manos de Hidrocapital, aunque buena parte de estos lleva muchos años fuera de servicio.  

Pero la cantidad que ahora existe no se puede calcular, debido a la “fiebre” por perforar, expresan los expertos al evaluar el estado actual de la extracción de agua subterránea para enfrentar la crisis en el suministro 

La explotación de estos acuíferos podría asegurar al menos de 500 a 800 litros por segundo, afirma Bausson. Y esto puede solventar la agobiante ausencia del servicio en muchos sectores medios de la capital.  

Cambiar la vida por un pozo

Alejo Vegas, un caraqueño residente de un conjunto residencial de tres torres, en Santa Mónica,  municipio Libertador, da fe de ello. Hace dos años impulsó junto con otros vecinos el sueño de encontrar el “oasis” en una jardinera del estacionamiento, y hacer que el agua llegara a 194 apartamentos. Y lo hizo sin permiso. “Conseguirlo era un lío fenomenal, se tardan hasta siete meses”. Y refiere que ya estaban cansados del incumplimiento de la hidrológica estatal. 

Foto referencial

Hasta hace tres años Hidrocapital respetaba el plan de racionamiento que le impuso a toda Caracas de modo inconsulto desde 2016, y que consistía en tener cuatro días de agua, precisa. “La ponían los miércoles y la quitaban los domingos, y así nos programamos en los edificios, la mayoría de familias aquí teníamos tanquecitos. Pero un buen día el agua dejó de llegar”.  

La mayoría de los residentes del Conjunto (el resto está fuera del país) se plantearon la posibilidad de un pozo de agua, como lo hacían en otros sectores de Caracas. Y así, previa aprobación en asamblea, se inició la perforación. Esto estuvo antecedido de al menos cuatro estudios técnicos que arrojaron que había agua en 120 metros de profundidad del subsuelo, y además así lo indicaba la verde vegetación de los alrededores.  El proceso de obtener el pozo de agua profunda se llevó más de 10 meses y 24.000 dólares, luego de cuatro presupuestos. Vegas está convencido de que fue la mejor opción. “Mi vida cambió”. Aunque deban todavía 10 % del costo del servicio de perforación.

Tenemos agua continua y seguimos usando la que nos llega de Hidrocapital, cuando llega. Y lo mejor es la calidad, es totalmente transparente e inodora, aunque contiene un poco de calcio, pero lo ligamos con la que llega por las tuberías. En tres o cuatro meses hay que hacer el estudio de nuevo, pero valió la pena”.

No es el caso de vecinos de Manzanares, en Baruta, por ejemplo. Como ha ocurrido en muchas zonas altas del sureste de Caracas, sus habitantes se han resignado a no disponer de esta fuente alterna del servicio, frente a la crisis de agua por tuberías, por la falta de bombas operativas. “Es muy difícil tener agua en ese sector porque los pozos profundos son muy difíciles de perforar en zonas altas. Explotar una fuente de pozo profundo en esos lugares es muy complicado y en la mayoría de los casos no da agua como se espera”.

El otro fondo de los pozos 

La perforación de pozos de agua profunda sin control está subiendo el nivel de riesgos y puede acarrear serias consecuencias técnicas.

Hace unos meses, el ingeniero Jesús Vázquez, coordinador de Monitor Ciudad, dijo a Crónica.Uno que una extracción descontrolada de agua por pozos podría generar asentamientos diferenciales en la tierra. Algo que ocurre en otras partes del mundo, como Ciudad de México.

Otras consecuencias de sobreexplotar un acuífero es que se pueda salinizar el agua, dañar tuberías o disminuir la curva de abatimiento de los pozos hasta el punto de que no se pueda extraer agua. “Hay casos en que perforan pozos y luego la producción es cero litros por segundo (…) Hay pozos que se perforan y se encuentra cierto lecho o acuífero impermeable de suelo. Entonces, tienes un agua que no se recarga, que no es renovable”, explicó.

José De Viana, expresidente de Hidrocapital, advierte que “hay gente que no toma consejos, llama a los perforadores y resulta un trabajo sin garantía”.

Manifiesta estar preocupado por el desconocimiento de particulares sobre la importancia de un estudio de hidrogeología antes de perforar. Los geólogos saben en cuál sitio del Valle de Caracas la hidrogeología promete agua de buena calidad y abundante, y en cuál no, explica.

En el valle de Caracas existe una alta contaminación por aguas negras y por hidrocarburos, concretamente por gasolina. En algunas perforaciones se ha conseguido el combustible, porque cerca hay estaciones de servicio que han registrado fugas por muchos años, indica.

Hace algunos años, en el Hospital Vargas, en el centro de Caracas, se perforó un pozo que estaba contaminado con gasoil y ese acuífero se perdió. “El Hospital tuvo que construir un nuevo pozo, las autoridades fueron notificadas, pero no se conoce bien cuál fue la fuente, de dónde provino el derrame. Aunque pueden ser pequeñas cantidades eso contamina mucho”, señala. También en una zona de Altamira se detectó contaminación por gasoil. 

En El Paraíso, por el contrario, han detectado contaminación con aguas negras, porque esas tuberías presentan fisuras, refiere. “Hay que tener esa precaución. En el caso de los particulares, el Estado no está ayudando mucho con la supervisión”.

 A esta situación se suma la cantidad de personas que han sido defraudadas y estafadas. “A veces gastan ingentes cantidades de dinero, porque no encuentran la solución que esperaban. Eso es lo que va a pasar y ya está pasando”, apunta Bausson.

De hecho, “una gran cantidad de pozos” se han hecho sin permisología o sin todos los procesos requeridos. “En Chacao y en Sucre, la desesperación de la gente los ha llevado a hacer contrataciones particulares para edificios, para centros comerciales”. 

Y la perforación no planificada de pozos comporta un gasto energético adicional. En consecuencia,  puede representar una carga más para el deprimido sistema eléctrico. “La red eléctrica también debe ser considerada cuando en un sector se tienen 20 o 30 pozos que no existían antes. Eso obliga a que el vecino estudie con sus gobiernos municipales esas soluciones alternas”.

“El promedio de un grupo de pozos puede estar por el orden de los 5 o 7.5 HP (caballos de fuerza), y si eso se multiplica por 200 pozos puede tener un impacto importante. Se vería sobre todo en algunas redes que están restringidas. Corpoelec debería estar notificada. Eso exige que los gobiernos planifiquen”.

Urge un plan municipal de soluciones alternas

Ante esto, Bausson sugiere desarrollar un plan de abastecimiento alterno en la ciudad. “Puede ocurrir un caos tremendo si los alcaldes no buscan la solución y no hacen las cosas correctamente, con estudios previos”, advierte.  Además, la búsqueda de opciones está garantizada en las gacetas municipales que establecen que el ciudadano que no cuenta con agua del sistema metropolitano, puede buscar fuentes alternas, siempre y cuando el operador acepte esa solución.

Ante la falta de supervisión del Estado, los gobiernos municipales con la empresa operadora deben diseñar planes de abastecimiento alterno y también tener la capacidad de supervisar para que no se fomente el desorden. 

La Gran Caracas es una ciudad deprimida en el servicio de agua potable, y eso a mediano plazo no podrá mejorar, explica. “Eso exige mucha atención estatal en forma simultánea y creo que no están dispuestos ni tienen la capacidad para hacerlo. Si el objetivo fuese darle agua a la ciudad ya lo hubieran hecho”.

“Si no hay otra manera de afrontar la crisis de agua, las alcaldías tienen que asumir el reto de solucionar los problemas a los ciudadanos. Si cada quien cumple con sus funciones prevalecerá el orden, pero si no, se puede llegar a un caos tremendo, porque los ciudadanos están buscando resolver su problema y toman los caminos más cortos, como ese de perforar un pozo en la parte de atrás de su edificio sin importarle nada”.

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