Hay sectores del parque nacional que debido a la falta de reforestación y de riego se están llenando de monte y eso provoca incendios forestales.

Mabel Sarmiento Garmendia/@mabelsarmiento

Caracas. Cristina Vaamonde, fundadora del Observatorio Ambiental Venezolano, denunció que la falta de una reforestación uniforme, de mantenimiento preventivo del sistema de cortafuego y debido a la escasez de puestos de guardaparques, el cerro Ávila vuelve al estado que tenía en los años 60: una montaña sin protección.

Explicó que hay cerca de 20% del territorio del parque nacional decretado en 1958 que se está sabanizando, es decir, llenándose de monte y gamelote.

Enfatizó que los sectores Galindo, el Estribo de Duarte, Cotiza, Maripérez y cerca de Plan de Manzano son los más afectados. Dijo que los suelos se han erosionado por los incendios ocurridos en los últimos años y que no fueron arborizados uniformemente.

“Ese gamelote no tiene raíces fuertes, no deja crecer arbustos tipo bosques y hace que la tierra se degrade. Y por eso cuando llueve vemos deslaves como los ocurrido en 1999, 2005 y 2010”, dijo.

Más medidas

Hace siete días a solicitud del Ministerio Público fueron acordadas medidas restrictivas y de protección del Parque Nacional Waraira Repano, a fin de evitar daños ambientales en la temporada de sequía, específicamente de los incendios forestales.

El Tribunal 17º de Control del área metropolitana de Caracas acordó el control permanente y vigilancia de los espacios. Los efectivos designados podrán revisar bolsos, morrales, koalas, así como cualquier otro instrumento en el que se puedan ocultar objetos y sustancias inflamables.

De igual manera se prohíbe durante los meses de sequía el uso de fogatas y productos derivados del tabaco, así como la pernocta de visitantes dentro de los linderos del parque, permitiendo solamente esta actividad en las posadas destinadas para tal fin, y en aquellos casos autorizados por la coordinación del parque nacional.

Queda restringido el acceso a Las Culebrillas, Ayala, Galindo, Estribo de Duarte, Cachimbo, Sebucán, la ruta Pajaritos, Sebucán, Chacaíto, Lomas del Cuño, Lomas del Viento, Papelón, la ruta Cortafuego entre Lomas del Viento y Chacaíto, la ruta Zamurera, la ruta Los Pinabetes, la ruta de la Fila Maestra, Pico Naiguatá, Picacho de Galipán y Catuche.

Vaamonde, quien también es fundadora de la ONG Una Montaña de Gente, cuestionó las medidas pues consideró que son extemporáneas, toda vez que al parque no se le dio la atención debida. Indicó que en los últimos años se plantaron cerca de 21.000 espacies. “Pero luego de 2010 eso decayó notablemente. Con las declaratorias de cierre se merma la capacidad de actuar, uno no puede entrar y participar en los planes de rescate. Además no hubo suficiente apertura por parte de las autoridades para incorporar masivamente a los voluntarios en estas campañas”.

Pero ese no es solo el punto que critica, la ambientalista también denunció que todo el sistema hídrico de la montaña (que tiene 89 mil hectáreas) está desmantelado, lo cual hace muy difícil mantener el riego de nuevas especies para renovar los bosques por un lado; y  por el otro, se generan severas dificultades cuando hay que combatir incendios.

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El sistema de cortafuego no recibe mantenimiento desde hace dos años

Mencionó que al cortafuego, que cubre una red de 25 kilómetros, no se le hace mantenimiento preventivo y correctivo desde hace dos años, labor que debe hacerse entre los meses de noviembre y diciembre, que es cuando bajan las lluvias.

Aunado a ello está el tema de las invasiones y de las construcciones de nuevas viviendas, principalmente en el sector de Galipán. “Eso genera una serie de cargas imposibles de soportar como es la correntía de aguas negras, el paso de vehículos pesado y la deforestación para la edificación de carreteras”.

Con relación a los meses de sequía, detalló que solo 25 puestos de guardabosqueo están activos 16 y con personal y herramientas insuficientes.

La misma posición sostuvo Nicola Verónico, gerente de Ambiente de la alcaldía Metropolitana, quien además denunció que no los dejan hacer labores preventivas en el parque.

“Nos quitaron esas competencias porque es un monumento nacional. Pero vemos con preocupación que está degradándose y que la culpa no es del fenómeno el Niño. A la montaña no le han hecho mantenimiento, no le dragaron las quebradas y no le hicieron seguimiento a los planes de siembra de semilla. El estado de este corredor ambiental es crítico y la única medida que toman de cara a la sequía son medidas restrictivas, más no preventivas”, apuntó Verónico.


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