En Catia se instruyen para tener espacios libres de contaminación

En ese ir y venir de buscar formas para agrupar a los vecinos de Catia en una sola fuerza, José Quintero y Marlene Mora dieron con un motivo que los inspiraba a todos.

Caracas. José Quintero y Marlene Mora, nacidos y criados en Catia, tienen más de 40 años a la vanguardia por el trabajo dentro su comunidad. La problemática de la basura en la parroquia Sucre los llevó a emprender un proyecto junto con el equipo de Procatia, basado en un sistema de instrucción permanente que ayudara a las comunidades a mantener sus espacios libres de contaminación ambiental y dar el tratamiento adecuado a los residuos sólidos y orgánicos que generan.

Para brindarle las herramientas necesarias a las comunidades debían educarse en el tema, razón por la que estuvieron tres meses en constante aprendizaje. En ese tiempo, se reunieron con expertos nacionales e internacionales en la materia y conocieron cómo se abordó y solucionó la situación en otras ciudades.

Así pues, concretaron algunas alianzas que les permitieron avanzar en su cometido de formar a la comunidad en el procesamiento de los desechos. A través de una serie de talleres teórico prácticos, lograron que las personas visualizaran el problema desde cuatro perspectivas: ciudadana, empresarial, gobierno municipal y central.

“Poníamos a la gente a soñar, les decíamos que pensaran cómo verían a Catia dentro de cinco años en cada uno de esos roles y cómo harían para solucionar los problemas. Sin que se dieran cuenta fueron creando proyectos bien buenos”, relató Quintero.

A partir de la gran receptividad que tuvo la iniciativa, surgió la necesidad de crear una segunda fase del proyecto donde impartirían asesoría técnica en el manejo de los residuos para que los vecinos se formaran como promotores. Por ello, acudieron a diferentes organizaciones privadas y públicas, incluidas las alcaldías Libertador y Metropolitana, pero por motivos presupuestarios no se logró concretar el plan.

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A pesar de todo, no se rindieron e hicieron un estudio con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el que se reflejó el impacto de la contaminación en la salud de las personas a causa de la basura. Esto llamó la atención de la Alcaldía Metropolitana, lo que les dio luz verde para generar un proyecto más ambicioso en el que se incluía un centro de formación integral de puntos limpios. No obstante, este se encuentra paralizado porque le quitaron las competencias a ese organismo.

Las presiones políticas a las que están expuestos no detienen a estos dirigentes: con los jóvenes de la comunidad rescataron algunos espacios, hacen jornadas de concientización; siembran árboles y brindan talleres en colaboración con las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar y Lorenzo Pérez, lo que dio pie al Club de Ecologista de Catia.

Actualmente, instruyen dirigentes comunitarios con el apoyo del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice) de manera que quienes se perfilen como los próximos concejales y legisladores tengan conocimiento amplio en materia de gasto público y en la resolución de conflictos ambientales. Como organización desean convertir a Catia en un municipio ecológico.

Foto referencial: Miguel González


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