Los comunicadores y profesores universitarios Andrés Cañizalez y Marcelino Bisbal ven con desconfianza la propuesta de reforma de la Ley de Ejercicio del Periodismo impulsada por organizaciones afines al chavismo, porque advierten que las motivaciones políticas e ideológicas parecen estar por encima de la auténtica búsqueda de mejorar la práctica del periodismo.

Caracas. La Asamblea Nacional (AN) actualmente tiene en la Comisión de Medios un total de tres propuestas legislativas que apuntan directamente al periodismo: una reforma a la Ley Resorte, una propuesta de ley de redes sociales, y sin haber sido incluido en la agenda de trabajo de este año elaborada en enero, el mes pasado se incorporó una propuesta de reforma a la Ley del Ejercicio del Periodismo.

Al frente de esta última está la diputada María Carolina “Carola” Chávez (PSUV), vicepresidenta de la Comisión de Medios, quien ha señalado que el objetivo de la reforma es “adecuarla” a la realidad actual de la profesión.

Específicamente Chávez se refirió a la posibilidad de reconocer como periodistas a los “comunicadores populares” una figura que el chavismo ha promovido por años para tratar de equipararla a los actuales comunicadores sociales egresados de las universidades.

El 13 de julio pasado, Chávez invitó a los medios de comunicación y periodistas del país a participar en la discusión de la reforma. Sin embargo esa invitación no pareció del todo sincera si se toma en cuenta que para las mesas de trabajo sobre la ley que Chávez estaba instalando ese mismo día, sno fueron invitados ni el Colegio Nacional de Periodistas (CNP), ni el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), ni tampoco medios de comunicación privados.

A pesar que se trata de la primera ocasión en que la actual AN de mayoría pesuvista lleva el tema a debate, no es la primera vez que el chavismo le pone el ojo al periodismo y a la ley que regula su ejercicio. A comienzos de los años 2000, la entonces Secretaria General del CNP-Caracas, Desirée Santos Amaral, impulsó una propuesta de reforma que luego de debates y confrontaciones, se engavetó.

Luego en  agosto de 2014, ya con Nicolás Maduro en la presidencia, el PSUV recibió en la Comisión de Medios otra propuesta de reforma, esta vez impulsada por el empresario y exdiputado Gastón Guisandes. El denominado proyecto de ley de la comunicación social declaraba como innecesaria la formación académica universitaria para el ejercicio del periodismo.

Si bien existen ocho años de diferencia entre la iniciativa de Guisandes y este nuevo intento de reforma, Carola Chávez  también restó valor a la profesionalización del periodismo al equiparar a los periodistas formados en universidades con “aquellos que pasaron por la universidad de la vida”, en referencia a los comunicadores populares.

En 2014 las voces de organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles junto al SNTP y el CNP se alzaron contra aquel proyecto que culminó archivado.

En la Asamblea Nacional 2016-2021, liderada por la mayoría opositora se presentaron algunas iniciativas de reformas y nuevas leyes relacionadas a las telecomunicaciones, la regulación de las cadenas presidenciales, y el acceso a la información pública (ninguna de las cuales está vigente bien porque no avanzaron o bien porque el TSJ las anuló), pero en ese período no se presentó ninguna iniciativa para modificar la Ley de Ejercicio del Periodismo.

En relación a esta nueva propuesta de reforma de la Ley del Ejercicio del Periodismo, el CNP emitió un comunicado en el que destacó que si bien los métodos para la difusión de información han cambiado desde 1994 (fecha en la que fue reformada por última vez la Ley), su espíritu sigue vigente en la necesidad de brindar a la sociedad venezolana un periodismo de calidad asegurado por la formación académica quienes lo ejercen.

El comunicado destaca particularmente cómo en los últimos 20 años, el gremio de periodistas “ha visto la drástica disminución de medios de comunicación independientes, el cierre de espacios de opinión y la instauración de una cultura de ocultamiento sistemático de la información pública”. En tal sentido, el CNP exhortó a sus  agremiados a alzar la voz y defender la profesionalización del periodismo.

Sospechas y temores
ley de ejercicio del periodismo
Foto Maru Morales P.

El periodista y director de Medianálisis, Andrés Cañizalez, mira con sospecha la propuesta de reforma, de la que aún no se sabe más que lo dicho por Chávez la semana pasada y algunas generalidades referidas por sus proponentes oficiales: el Movimiento Periodismo Necesario (MPN) y la Plataforma de Periodistas y Comunicadores de Venezuela (PPCV).

Los voceros de ambos movimientos afines al chavismo, acudieron a mediados de junio a la Comisión de Medios, pero ni en esa oportunidad, ni durante la instalación de las mesas de trabajo se informó en detalle sobre su alcance y objetivos.

En sus exposiciones públicas, los proponentes han enfatizado en revisar la formación profesional del comunicador, pero la diputada Chávez apuntó a una revisión más integral que incluiría los principios éticos, la función del periodista en la sociedad de hoy y defender la idea de que un periodista profesional egresado de una universidad es equiparable a un ciudadano no formado académicamente pero que difunde, genera o comparte información.

“El gobierno ya tiene un control bastante amplio de las comunicaciones en Venezuela y tiene bastante arrinconado al periodismo independiente. Pero lo que creo es que esto, más que apuntar a los periodistas y medios, podría ir dirigido más bien a socavar y aniquilar a los gremios, particularmente a las seccionales del Colegio Nacional de Periodistas”, dijo Andrés Cañizalez.

Con el chavismo no hay casualidad
Día Mundial de la Libertad de Prensa
Foto Maru Morales P., archivo

A juicio de Cañizalez no parece casual que el tema sea traído nuevamente al debate público justo cuando el sistema venezolano de medios y el perfil del gremio periodístico atraviesan un momento de transformación y debilitamiento.

Un sistema de medios débil como resultado de la persecución, amenazas y censura, y un gremio periodístico afectado no solo por la migración de profesionales sino también por la imposibilidad de renovar a sus autoridades (la última elección fue en 2012, como consecuencia de decisiones judiciales e interferencia en su funcionamiento por parte del Estado.

“Estamos ante una gran transformación de lo que una vez fue un sistema mediático poderoso e importante. Habrá que ver cómo se activan las distintas seccionales del CNP, donde también tenemos otro gran problema: todo esto sucede justo cuando se empezaban a organizar los grupos regionales para ir a elecciones en el gremio después de mucho tiempo. Yo veo ambas medidas conectadas, no parece casual. Creo que si la Asamblea quisiera avanzar, tendría chance de hacerlo”, aseguró.

Contra la carrera y la universidad
La UCV se va a preparar para la modalidad semipresencial para iniciar el nuevo año académico
Plaza del rectorado de la UCV, donde se ubica una de las principales escuelas de Comunicación Social del país. Foto: Archivo

Sin tener un papel de trabajo ni un proyecto conocido públicamente, cualquier afirmación luce especulativa, pero a la luz del discurso oficialista, y del discurso de los proponentes, más allá de eliminar la colegiatura obligatoria, el proyecto podría apuntar a desprofesionalizar la carrera del Comunicador Social, dice Cañizalez.

Aunque reconoce que la obligatoriedad de la colegiación establecida en la Ley actual es una excepción en la región y que incluso la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos han expresado posiciones a favor de su eliminación, Cañizalez expresa sus reservas.

“Si bien podríamos estar de acuerdo con esos principios (relativos a la colegiación), lo que nos dice la experiencia es que desde el poder, en estos 20 años, ha habido una visión restrictiva y una aplicación punitiva en materia de periodismo y libertad de expresión. Es una línea histórica que atraviesa todos los proyectos, normas, reformas, etcétera que han impulsado”, sostiene.

Además, asegura que esa narrativa que fomenta la idea de que no se requiere formación universitaria para ejercer periodismo conecta con la otra gran línea discursiva del chavismo que es la destrucción de las universidades: “Los iconos de independencia que subsisten en Venezuela son los periodistas de medios independientes, las ONG y las universidades. No me extraña que prevalezca un discurso que desvaloriza la formación universitaria como principio para esta reforma”.

Buena idea, motivaciones equivocadas
comision de medios de la asamblea nacional
Reunión de la Comisión de Medios de la Asamblea Nacional, del 13 de julio, donde se instalaron las mesas de trabajo para la reforma de la Ley. Foto cortesía Prensa AN

El investigador de la comunicación y director de Postgrado de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, Marcelino Bisbal, ve con preocupación las motivaciones que emergen detrás de la iniciativa más que la propuesta para reformar una Ley de más de treinta años.

“Lo que plantean desde el Movimiento que preside Alcides Castillo (MPN) y desde la Plataforma que lidera Armando Carias (PPCV) tiene un punto en común como lo es la necesaria reforma de los planes de estudio en las escuelas de comunicación social. Pero luego Carola Chávez dice varias cosas que a mi juicio traducen mucho resentimiento social. Ella dice de una manera directa que para ser comunicador no necesitas ir a la universidad. Eso transpira resentimiento hacia la formación intelectual, la universidad y la academia”, advierte Bisbal.

En tal sentido, afirma que promover una reforma desde esa perspectiva puede ser peligroso porque equiparar a un comunicador profesional con un comunicador “de la universidad de la vida” sería como igualar a un ingeniero civil o un arquitecto, con una persona que sin educación universitaria pero con esfuerzo y algo de conocimiento de albañilería construye una vivienda.

“Esa concepción según la cual las nuevas tecnologías de la comunicación y la información hacen que cualquier persona pueda ser periodista es una falacia. Yo puedo transmitir información por aquí y por allá, sin corroborar, sin estar bien escrita, puedo chismear por las redes sociales y estoy comunicando, pero de ahí a decir que eso es periodismo hay un trecho muy largo”, refutó.

El dilema
En 2014 el CNP, el SNTP y lideres gremiales alzaron su voz contra la propuesta de Ley de Comunicación Social impulsada por Gaston Guisandes. Foto archivo.

Bisbal, autor de decenas de ensayos y libros sobre comunicación, periodismo y teoría de la comunicación, reconoce que en una situación política distinta a la de la Venezuela de hoy, cooptada por un grupo con una visión autoritaria y hegemónica del poder y del gobierno, sería pertinente, oportuno y hasta necesario dar la discusión sobre la Ley de Ejercicio del Periodismo. Pero no es el caso de Venezuela.

“La Ley se aprobó en el año 1972, en un contexto sociopolítico muy distinto. Periodistas como Eleazar Díaz Rangel fueron propulsores. Luego se modifica en el 1994 pero mantiene el nombre, Ley de Ejercicio del Periodismo. Hoy seguimos hablando de la Ley de Ejercicio del Periodismo, pero desde hace años las escuelas son de Comunicación Social, y forman profesionales que no son todos periodistas estrictamente, sino que se desempeñan en las más diversas áreas de la comunicación, la producción audiovisual y de contenidos, y ahora en el mundo de las redes sociales”, indicó.

Bisbal concluye que el riesgo de dar el debate desde la Asamblea Nacional electa en 2020 es muy alto porque puede producir una reforma que conlleve a más control sobre las comunicaciones y los comunicadores. “Creo con preocupación que con el gobierno no hay espacio para esta discusión y el gremio está debilitado como para impulsar una gran protesta contra el proyecto”.

Pero afirma que si esa reforma se llevara adelante, tal como lo prometió Chávez y otros voceros, con una consulta amplia a los gremios, al colegio, a las universidades y a los movimientos de periodistas, entonces podría haber “una estupenda oportunidad para redefinir el tipo de formación” y el tipo de ley que hace falta.


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