La soledad de las calles en las mañanas hizo que los residentes lo piensen dos veces antes de salir a trabajar tan temprano. Los negocios también se ven afectados por la inseguridad y piden más seguridad

Shaylim Castro/@ShayC_

Caracas. Debido a la presencia de motorizados que cometen atracos y arrebatones de celulares, vecinos de San Bernardino tuvieron que darle la vuelta a la situación cada vez que les toca salir de sus hogares en horas de la mañana.

Una habitante de la avenida El Cajigal contó, sin mencionar su nombre por seguridad, que hasta tuvo problemas en el trabajo por su horario de entrada. Llegar a las 7:00 am significa salir de su casa a las 6:00 am y exponerse al hampa, por eso modificó sus hora de ingreso.

Un taxista del sector, quien tampoco reveló su nombre por miedo, sostuvo que está cansado de ver o escuchar cuentos de víctimas de la delincuencia en la mañana. Añadió que ocurren sobre todo cuando los residentes están saliendo de sus casas para llevar a los niños al colegio. “Ahorita no importa si cargas un bebé encima, igualito te pueden robar”.

Para los trabajadores y vecinos la mañana es el horario donde más han visto atracos, aunque igual no quieren tantear su suerte y prefieren recogerse a sus hogares a partir de las 5:00 pm, pues por la falta de iluminación en las calles temen llamar la atención de los delincuentes y la presencia policial no es recurrente.

San Bernardino. 18 de septiembre de 2015. Angeliana Escalona. CronicaUno
Vecinos comentaron que las calles son muy solas y no hay patrullaje, por eso son víctimas del robo. Cronica.Uno/Angeliana Escalona

A monte los comerciantes

Los negocios tampoco se salvan de la delincuencia.  La dueña de una tienda de mercería en San Bernardino, quien por motivos de seguridad no quiso publicar su nombre, ha sufrido en el último año siete robos. Confesó que era muy confianzuda con los demás hasta un grupo de siete mujeres la agarró de sopita para llevarse las cosas de su tienda y ahora comenzó a desconfiar en más de uno.

“Ahora si entran más de dos mujeres al mismo tiempo al negocio ya me pongo nerviosa pensando que se van a llevar algo”.

En los atracos no han usado armas y no se llevan el dinero de la caja, pues prefieren llevarse la mercancía, sobre todo la ropa de bebé que muestra en una de sus vitrinas. “Lo que más puedo tener en la caja son 200 o 500 bolívares. En cambio un monito de bebé cuesta entre 2.000 o 3.000 bolívares, si se llevan 10 ya me quiebran el negocio”.

El último susto lo sufrió en julio cuando le llegaron varias mujeres al negocio y todas pidieron ser atendidas al mismo tiempo, paradas en varios puntos de la tienda para cerrarle el paso si ella intentaba escapar. Tras ese hecho por la calle pasó una camioneta del patrullaje inteligente y pensó que esa sería su oportunidad para que atraparan a las malandras.

“Agarré a uno de los policías desesperada para contarle lo que había sucedido y pensando que me iban a ayudar lo que hicieron fue montarse en el carro e irse”.

Temor de venganzas

Tener un puesto de teléfonos o chucherías en alguna esquina de San Bernardino significa hacerse el loco cuando roban a alguien.

Una buhonera que lleva 12 años vendiendo chucherías cerca del Hospital de Clínicas Caracas comentó que ha visto de todo por ahí, pero que es mejor hacer “como si vieras un juego de tenis, voltear para el otro lado”, ya que teme recibir amenazas por parte de los hampones.

Fotos: Angeliana Escalona


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