La quinta temporada de la serie muestra a unos protagonistas más compenetrados, pero también luce poco convincente en su promesa de futuro

Caracas. La quinta temporada de Cobra Kai es una mezcla de sentimientos. Por un lado, se percibe que la serie va en camino a su caída, a un desgaste que no tendrá ya ningún elemento para sostenerse. Sin embargo, hay elementos que todavía la hacen entretenida y adictiva.

En estos nuevos capítulos disponibles en Netflix, afortunadamente no incurren en el desacierto de la temporada anterior de revivir las rencillas entre quienes conforman el entorno de Daniel LaRusso (Ralph Macchio) y Johnny Lawrence (William Zabka), aunque sí hay un conflicto marital que genera una tensión en la trama con una eficiente resolución, en la que la pareja afectada por tanto conflicto se va reconociendo en el otro.

Cobra Kai
La serie sigue respetando varias de las referencias a las películas de los años ochenta 

En Cobra Kai pareciera que se afianza en cierto modo la filosofía de Johnny Lawrence, no tanto porque prevalezca, sino porque se entiende que sus maneras no son para nada deleznables, y cada uno a su manera, las asume en su vida.

Claro, en los episodios de la cuarta temporada ya se podía previsualizar todo esto, pero ahora es más contundente, y en esta ocasión, se ve completamente la redención de Johnny Lawrence. El personaje, sin dejar de señalar lo que considera pretenciosamente débil, se nota menos impetuoso en los momentos de cuestionar ciertas posiciones de las nuevas generaciones.

Cobra Kai
En estos episodios todo se va mancomunando hacia un necesario final

De los 10 capítulos de esta temporada, cuatro son dirigidos por el cineasta venezolano Joel Novoa, precisamente los episodios más determinantes de esta entrega, estrenada en septiembre de este año.

Terry Silver (Thomas Ian Griffith) es el villano a superar. Parece tener el poder para acabar con todo vestigio de otras interpretaciones del karate, además de erigirse el gurú de cómo afrontar los problemas de la vida. A fin de enfrentarlo, Daniel y Johnny emprenden una labor detectivesca para tratar de derribarlo en todos los sentidos, pero se hace cuesta arriba. Es un personaje totalmente vil, con tentáculos en todo lugar.

A su vez, Terry busca aliados en otros países, en un acto que genera un complot sin sentido, injustificable en el texto, y responde más a un desespero de fortalecer su posición como personaje malvado con secuaces.

Cobra Kai
Terry Silver es presentado como el gran villano que parece insuperable

Otro punto a favor son las nuevas dinámicas entre Miguel Diaz (Xolo Maridueña), Samantha LaRusso (Mary Mouser), Tory Nichols (Peyton List) y Robby Keene (Tanner Buchanan), quienes poco a poco van afrontando sus sombras.

Ahora, el problema de la serie es cuando insiste con el anuncio de futuros personajes que ahondarán en los conflictos de siempre. Si los responsables de Cobra Kai hubiesen decidido dejar todo hasta esta quinta temporada, no habría pasado nada, y el fin hubiese sido celebrado por quienes hasta ahora siguen esta secuela de las películas de Karate Kid, aquellos que reconociendo sus falencias de producción y actorales en algunos casos, así como lo inverosímil de algunos de sus fundamentos, han sido leales.

Sin embargo, Cobra Kai sigue teniendo como fortaleza un planteamiento de la vida con el que es fácil conectar. Sus creadores exhiben unos personajes que enfrentan los más acérrimos problemas de la vida, reconocen que el camino no será fácil, pero sin ningún subrayado moralizante y evidente, hacen que los mismos protagonistas y su entorno hallen en la profundidad las maneras de entender sus virtudes congeniadas con sus monstruos, y de esta manera, seguir adelante en medio de la tormenta, para luego encontrar el sosiego, que no será perenne. La posibilidad siempre de enmendar, y de resurgir desde el dolor. 

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