Residentes de San Cristóbal afirman que pese a los comunicados de Hidrosuroeste sobre la distribución del servicio de agua, el mismo no se cumple por lo que tienen que acudir a fuentes alternativas para surtirse del recurso.
San Cristóbal. La escasez de agua en el estado Táchira se agudiza durante la época de sequía, pues disminuye el caudal de las captaciones que componen el Acueducto Regional, el cual abastece a más de 10 municipios.
Si bien Hidrosuroeste, empresa encargada de brindar el servicio a la ciudad, informa a través de sus redes sociales el cronograma de racionamiento, en ellas se evidencian las denuncias sobre el incumplimiento del horario. Según la hidrológica el suministro sería ininterrumpido por un lapso de 24 horas, pero esto no es del todo cierto.
En diversos sectores de la ciudad de San Cristóbal, vecinos sostienen que pasan hasta más de dos días sin que el agua llegue por las tuberías. Se ven obligados a buscar alternativas para hacer los quehaceres del hogar, entre ellas comprar camiones cisternas o acudir a fuentes de manantial.
Tal es el caso de Carlos Sosa, quien reside en el barrio Puerta del Sol, y se traslada hacia el sector de La Guacara para llenar los bidones. Es la forma de paliar el inclemente racionamiento de agua que vive San Cristóbal.
Cuando se presentan estas contingencias vengo hasta aquí y me llevo varios potes llenos. Esta agua la uso para consumo, pues en mi familia tratamos de mantenernos hidratados ante las altas temperaturas que tenemos en estos momentos”, expresó.
Dijo que por sugerencia de un vecino, optó por acudir a este sitio, en el que se vuelve común ver colas de personas que llenan sus envases plásticos para llevarlos bien sea en carro, carretilla o alzados.
Señaló que hasta el momento ninguno de sus familiares ha presentado alguna infección gastrointestinal, por eso la busca siempre. Esta agua de manantial se convirtió en una salvación para los sancristobalenses.
Estudios realizados por el laboratorio de Microbiología de la Universidad Experimental del Táchira demostraron que el agua es potable, pues cumple con las normativas. Las muestras cumplieron a cabalidad el respectivo almacenamiento y transporte.
“Es de una alta pureza, y por eso es normal ver a la gente que viene hasta aquí desde diversas partes de San Cristóbal para llevársela”, indicó Ricardo Pérez, habitante de la zona. Comentó que hasta los botellones pertenecientes a las empresas públicas se llenan con agua del manantial.
No todos tienen manantial
Los que pueden acudir al lugar están complacidos, mientras que a otros no les queda más remedio que comprar el agua, cuyo costo supera los 100.000 pesos colombianos o 20 dólares. Esto ocurre con frecuencia en el área de frontera.
El informe de seguimiento a la emergencia humanitaria compleja de Venezuela sostiene que 86 % de la población debe recurrir a fuentes alternativas debido a las deficiencias en el suministro de los acueductos.
Carlos Taborda, edil en el Concejo Municipal de Ureña, explicó que los habitantes de la frontera colombo-venezolana, son los más afectados con el racionamiento. En su opinión no se cumple y deja solo zozobra en la población que no sabe cuándo tendrá el suministro.
Taborda indicó que hay sectores en los que pasan hasta más de un mes sin servicio, por lo tanto, la colectividad debe comprarlo a los camiones cisternas que representan un golpe al bolsillo.
“Es importante destacar que lo que gana un pensionado no alcanza para pagar más de 25 dólares que es lo que cobran por llenar los tanques”, aseveró.
Para Taborda es necesario que el Gobierno aplique medidas más acertadas en cuanto a la distribución del agua en todo el estado Táchira. A su juicio, las realizadas hasta ahora solo dejan malestar en los ciudadanos.
Según el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos, el agua se mantuvo como el segundo servicio con más fallas luego del eléctrico, en todo el país.
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