Vecinos de La Puente en Maturín se turnan en horas de la madrugada para vigilar el sector, ante la falta de presencia policial. Precisan que al oír un ruido inusual tocan cacerolas para alertar al resto. Han desvalijado más de diez casas y hacen robos a mano armada, cuentan los afectados.
Maturín. La delincuencia parece no descansar en Maturín durante el confinamiento preventivo por el COVID-19. Las denuncias de robos y poca presencia policial se han incrementado, por lo que en el sector La Puente, los vecinos decidieron “solucionar” por sus propios medios. Han diseñado un plan que aunque no les da la tranquilidad esperada, les permite cuidar sus hogares.
Desde hace más de seis meses la falta de presencia policial en el sector es notable y desde que comenzó la cuarentena la inseguridad no deja ni dormir a los vecinos. Ante esta situación llegaron a un acuerdo entre las calles para realizar vigilias haciendo turnos durante la madrugada para cuidar el sector. Cuando la casa que está de guardia nota algún movimiento o ruido inusual, hace ruido con ollas, pitos para alertar al resto de los vecinos.
Nos turnamos por horas y por casas. Por ejemplo, a una casa le toca el horario de 10:00 de la noche a 12:00 de la medianoche, después a la siguiente casa de 12:00 a 2:00 de la madrugada y así sucesivamente. El horario lo vamos cambiando por semana para que todos podamos descansar. Cuando oímos un mínimo ruidito tocamos cacerolas”, contó Yajaira Ortiz, habitante del sector.
Desde que se inició la cuarentena se registran al menos 10 robos por semana. Los delincuentes cargan con todo el mobiliario de las casas y, por lo general, siempre estan armados, comentan los vecinos.
Han mudado casi todas las casas. Por semana podría decir que 10. La última vez robaron la licorería que está aquí cerca, se llevaron todo. Con la cuarentena la delincuencia por aquí se ha incrementado horrible. Me imagino que es por todo el desempleo que hay. No justifico nada. Pero en estos últimos días ha sido horrible”, destacó.
Los habitantes del sector La Puente afirman que han sido víctimas de los delincuentes por lo menos una vez. Recuerdan que anteriormente los cuerpos de seguridad transitaban por la zona, pero desde hace seis meses el patrullaje es nulo. En oportunidades prefieren no denunciar los robos a las autoridades porque no le dan una solución al problema.
“A mí me robaron a las 5:30 a. m. Iba caminando con mi esposo hasta la parada. Un carro se paró, se bajaron dos muchachos y con pistola en mano nos pidieron nuestras cosas. A mi esposo lo apuntaron en la cabeza. Esto es terrible. Una vecina y yo tomamos pastillas para dormir porque no podemos con los nervios”, relató Ortiz.
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