Diez son las radios que han sacado del aire en el estado Táchira en lo que va de año. Aparentemente, Conatel no da razones de estos cierres de emisoras a escala nacional. Anunciantes reportan merma de las ventas por la salida del aire de las plantas.

San Cristóbal. El cierre de emisoras en todo el país tiene en vilo al gremio de la radiodifusión tachirense, pues en la entidad esta semana cerraron dos emisoras más en el municipio Jáuregui.

Asimismo, la semana pasada seis emisoras apagaron transmisores en el municipio Panamericano, por lo que en esta zona del estado quedaron fuera del aire los diales que operaban allí.

Y es que para nadie es un secreto que las emisoras están sufriendo un blackout por parte de Conatel, y los dueños de las radios ignoran las razones por las cuales están siendo cerradas.

Los dueños de las emisoras aseguran que Conatel no les da información.

“Solo lo llaman a uno y dicen: Apaguen. Así, sin aviso, sin razones”, dijo el propietario de una de las emisoras cerradas en el Táchira recientemente, pero que pidió reserva de identidad, por temor a represalias en lo que concierne a la reactivación de su planta.

Lo mismo sucedió en el municipio Jáuregui (montaña), donde dos radios fueron clausuradas la semana pasada. Si bien una de ellas, Wradio, emitió un comunicado a través de Instagram, informando la situación, no especificaron los motivos del cierre.

“En los próximos días debemos iniciar el procedimiento administrativo correspondiente ante Conatel para regresar al aire”, es parte de lo publicado por la emisora a través de la red social.

Altos costos

Esto equivale a que las personas que laboraban en estas plantas radiales se quedaron sin trabajo, posiblemente de manera definitiva, ya que los recaudos a consignar, de acuerdo con lo informado por varios de los afectados superan los 5000 dólares.

Al menos 2000 personas se quedaron sin empleo de forma directa.

Consignar el proyecto de la radio no es garantía de que te van a volver a dar la concesión”, dijo uno de los agraviados.

Burocracia

Destacan que gran parte de las emisoras afectadas no superan los tres años de estar al aire y que uno de los mayores obstáculos para la consignación de los documentos es que si bien hay una oficina de Conatel en San Cristóbal, esta no recibe recaudos, sino que quienes desean rescatar sus diales, deben viajar hasta Caracas.

“En San Cristóbal la sede de Conatel no sirve, ahí no te reciben los papeles, debes ir a Caracas y allá tampoco es que te atienden como se debe”.

Lamentan que la burocracia se consuma al ente regulador de las telecomunicaciones del país, ya que incluso hay días en los que no se recibe la documentación y los funcionarios no dan la información completa. “Solo dicen que la información está en la página web y eso no es cierto”, dijeron los entrevistados.

Los agraviados explicaron que, de acuerdo con la normativa para la presentación de proyectos radiales, los transmisores deben tener más de 2500 vatios de potencia, lo que implica que casi todas las emisoras cerradas no podrán reabrir, pues hay algunas que solo cuentan con 60 o 70 vatios.

La actualización de estos equipos implica una inversión que supera los 60.000 dólares. “Yo no tengo esa plata para invertir”.

Daños colaterales

Los trabajadores de las emisoras no son los únicos afectados por estos cierres, sino los anunciantes y público en general, ya que estas son, para muchos, la única forma de mantenerse informados ante la falta de Internet o medios impresos en la entidad, pues no llegan a todos los municipios.

Amanda Ramírez, habitante de Coloncito, municipio Panamericano, donde hay cinco emisoras cerradas de las seis que transmitían en esta población, aseguró a Crónica.Uno que debe estar “pegada” al teléfono para enterarse de las cosas que suceden, lo que antes hacía mientras escuchaba la radio.

Otro medio para mantenerse al día con lo que ocurre es a través de portales de noticias en Instagram de esas localidades, las cuales son administradas por periodistas que habitan en estas zonas y que son conocidos por los habitantes, quienes hacen de reporteros en sus comunidades y luego envían ese material a los encargados de estos portales para que sean publicados.

Afectados con el cierre de emisoras piden que se simplifiquen los trámites.

Sin embargo, quienes llevan las de perder son las personas de avanzada edad, pues eran fieles oyentes de los noticieros y no son muy amantes de las pantallas de computadores y menos de teléfonos celulares.

Los anunciantes también registran merma en las ventas tras el cierre de emisoras en las que pagaban publicidad.

Claro que las ventas bajaron mucho, la radio es un medio que vende y más si uno tiene promociones o está comenzando, porque así no haya Internet, hay radio. Ahora no tenemos radio para vender nuestros productos”, dijo Juan Materán, comerciante de Coloncito.

Rumbo a las cien

De acuerdo con uno de los últimos reportes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, hasta el 29 de octubre había 86 plantas radiales cerradas en todo el país, pero, se sabe que a la fecha, son más.

Carlos Correa, director de la ONG Espacio Público advierte que el cierre de emisoras este año es el más alto registrado y que representa 10 % de las radios que funcionan en todo el país. “ 70 % de los medios de comunicación de Venezuela son emisoras de radio”, dijo.

Alerta que con estos cierres de emisoras, unas 2000 personas se quedaron sin empleo de forma directa y otras 10.000, de forma indirecta.

En silencio

La misma ONG relata que en lo que va de año, una decena de emisoras cerró Conatel tan solo en el estado Táchira.

A fin de saber la postura del gremio de la radiodifusión, se llamó en reiteradas oportunidades al representante de la Cámara de Radiodifusión, capítulo Táchira, y no se logró comunicación con el encargado.


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