Consulta de la AN pudiera ser una propuesta de mucho riesgo y poca ganancia para Guaidó

consulta | consulta popular | fase digital

De acuerdo con el politólogo Fernando Spiritto, cualquier participación que no iguale o supere la cantidad que se tuvo en la consulta del año 2017 podría ser la demostración de lo gastado que se encuentra el capital político de Juan Guaidó.

Caracas. La Asamblea Nacional (AN) anunció recientemente que llevará a cabo una nueva consulta popular, la segunda en menos de cuatro años, para preguntar a la población general sobre la ruta que debe adoptar durante y luego de las elecciones del 6 de diciembre. Esta iniciativa representaría un riesgo significativo para el presidente del Parlamento y encargado de la República, Juan Guaidó.

De acuerdo con el politólogo Fernando Spiritto, director de postgrado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCAB, los riesgos son muchos y el beneficio potencial de la consulta que planea el Poder Legislativo es mínimo.

Yo tengo la impresión de que es una jugada política sin consecuencias inmediatas, creo que podría ser una pérdida de esfuerzo y energía política. Es más o menos lo mismo que se hizo en el 2017 que tuvo una movilización muy efectiva de gente que asistió y firmó, pero en donde no se tuvo efectos concretos, explicó.

Para él, la AN “aplica la misma receta”, pero en una situación que describe como “mucho peor” en parte porque la gente está desmovilizada por una serie de factores que van desde el desgaste del capital político de la oposición, hasta la situación económica del país.

“Creo que el resultado no será tan bueno como el del 2017. Si sale todo muy bien, las consecuencias no serán concretas para el objetivo que se busca que es el cambio político. Al final esta consulta es simplemente un sistema paralelo. Por un lado, el Gobierno con el 6-D, por el otro la oposición con la consulta. En ese escenario siempre prevalece el que tiene el poder real”, afirmó Spiritto.

Más allá de los pocos beneficios concretos que tendría la iniciativa de la AN, para el politólogo existe un riesgo fundamental para la oposición y es que en esta nueva consulta no se logre igualar la participación de 2017.

Ese es el problema, Guaidó está arriesgando su capital político. Si esto fracasa será una manifestación de que su liderazgo está gastado y que se requiere un reseteo y un nuevo liderazgo en la oposición, quizás inclusive nuevos actores, dijo.

Incluso en el escenario de una participación que supere el 2017, año en el que participaron más de siete millones de personas, para Spiritto esto significaría poco para la crisis del país, ya que desde el lado del Gobierno se desconocerá esta consulta igual que pasó en el 2017.

El Gobierno sencillamente no va a aflojar el poder, es un gobierno tramposo y autoritario. A eso me refiero cuando digo que no habrá consecuencias específicas. Puede inyectar energías al liderazgo de Guaidó, sí, pero no habrá un cambio porque los procesos (consulta y 6-D) van en paralelo y siempre prevalece el poder real”, comentó.

6-D y la consulta, ninguno le habla al país entero

Para Eglée González-Lobato, ex consultora jurídica del CNE y directora de la cátedra de elecciones libres de la Universidad Central de Venezuela, un problema fundamental que tienen tanto la consulta que impulsa la AN como la elección del 6-D es que ambos procesos son la expresión de solo un sector de la sociedad venezolana y no de su conjunto.

“Uno de los problemas es que a la consulta solo asistirán aquellos que apoyan ese proceso, ¿Dónde está el ‘no’ en esa consulta? El ejercicio de los derechos políticos se tiene que celebrar. La consulta como el 6-D solo le habla a un sector de la sociedad”, explicó González-Lobato, quien añadió que “estos eventos van a tener el desconocimiento de una parte de una sociedad nacional y de la comunidad internacional”.

Más allá de la ausencia de un sector importante de la población (el oficialismo), la consulta tiene otros problemas como los aspectos técnicos del proceso, las preguntas que se hacen y para qué servirán las respuestas.

Para esta nueva consulta hay dudas como ¿Cuál será ese organismo internacional que la ayudará a organizar? Además lo que se pregunta ya fue consultado y ya es un mandato. Las preguntas son casi antidemocráticas, son prácticamente preguntas con respuestas inducidas, tienes que dejar que la gente decida, expresó.

A su juicio, ni el 6-D ni la consulta tendrán un efecto de solución para el conflicto político venezolano y, en cambio, se debería buscar algo como una discusión entre los factores si realmente se trata de encontrar una solución a largo plazo en Venezuela.


Participa en la conversación