El llamado de la Cruz Roja para atender la ayuda humanitaria en Venezuela era recaudar un poco más de 50 millones de dólares

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El abogado Luis Farías, director de Comunicaciones, dijo que pretenden abarcar 650.000 personas y que se calcula recaudar 50 millones de francos, moneda con la que se maneja la Cruz Roja Internacional. Se hizo la conversión, y son 52 millones de dólares al cambio y a la fecha. Hasta ahora han llegado tres aviones con la ayuda, uno en mayo y dos en junio. Se ha priorizado la entrega a los hospitales de esa organización.

Caracas. Hasta ahora la ayuda humanitaria que ha entrado, desde mayo, a través de la Cruz Roja Internacional se ha quedado en hospitales de esa organización y en pocas dependencias públicas como el Pérez de León II, el hospital central de Guatire-Guarenas y los periféricos de Pariata y Catia, una unidad de diálisis y un centro de atención de niños con cáncer en el estado Zulia.

La organización civil Espacio Público entregó el viernes 10 de mayo una petición de información a la Cruz Roja sobre la entrega de insumos referentes a la ayuda humanitaria y la distribución de estos recursos en los diferentes centros hospitalarios del país.

En esta solicitud contemplada en los artículos 51 y 143 de la Constitución y en razón de la actividad humanitaria de interés y alcance social que desempeñan, se requirió que la Cruz Roja diera un informe detallado del origen de los suministros de la ayuda humanitaria, en el cual se identifiquen los donantes u origen de procedencia de los insumos.

También se le requirió que detallara y cuantificara los suministros (por tipo y beneficiario/a) de ayuda humanitaria enviados a Venezuela y recibidos por la Cruz Roja (insumos médicos, suministros eléctricos destinados a hospitales y alimentos dirigidos a la población en general y a cualquier otro tipo). Asimismo, que indicara –entre otras cosas– sobre la calidad de cada uno de estos productos.

El 4 de julio, el abogado Luis Farías, director de Comunicaciones de la Cruz Roja, respondió las solicitudes y aclaró que “la Cruz Roja ni siquiera es la que rinde cuentas a los donantes, es la Federación Internacional la que tiene sus mecanismos para hacerlo. Igual hay información que no se puede suministrar, por petición de los donantes, hay muchos en el ámbito internacional que trabajan con confidencialidad y dicen que quieren apoyar en tal área, pero no quieren que se sepa quién da el dinero”.

Por ese punto comenzó Farías a dar información sobre lo que está entrando al país desde que se hizo el llamado en marzo pasado.

Anuncio oficial sobre la ayuda humanitaria 

“Estamos abiertos a cooperar sobre el terreno con todas las organizaciones de la sociedad civil, pero estas deben respetar nuestros protocolos y estándares reconocidos internacionalmente”, así lo afirmó Francesco Rocca, presidente de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, cuando informó este viernes 29 de marzo sobre el ingreso de la ayuda humanitaria.

Ya en febrero de este año, Rocca había dicho: “Si nos lo piden, estamos listos para actuar”, y había dejado pública su posición de que no podían tomar parte en la crisis política venezolana.

En ese momento la Cruz Roja estaba en proceso de recaudación de fondos para la ayuda humanitaria para Venezuela, y estaba presta a hablar con todas las partes involucradas, a fin de atender a las personas más vulnerables. 50 millones de francos, dijo Luis Farías, es la meta. Su conversión en dólares llega a 52 millones para la fecha.

Y lo previsto es atender a 650.000 personas en un año, siempre y cuando se completen las donaciones. Pretenden abarcar por lo menos ocho dependencias de la Cruz Roja y 20 del Ministerio de Salud.

De hecho, el mismo Farías contó que le ha tocado viajar y entrevistarse con los donantes:

Les he explicado que no solo es cooperar con la ayuda los migrantes venezolanos en otros países, sino aportar para la emergencia interna. Algunos quieren venir a constatar la situación

¿A dónde se está enviando la ayuda?

En el primer envío, llegaron 14 plantas eléctricas con sus componentes mecánicos y tres kits IEHK, que son unos kits estándar en todo el mundo y se envían para cualquier operación y no requieren permiso de nadie ni procesos tan complicados de importación, porque son para emergencias. Estos kits estaban en Panamá.

Salieron con insumos médicos esenciales, porque en una emergencia lo primero que se necesitan son antibióticos, analgésicos, vitaminas para las mujeres embarazadas, lactantes, pastillas purificadoras de agua, lo esencial para dar una asistencia básica en salud.

Un kit completo se entregó al hospital Carlos J. Bello de la Cruz Roja, porque gestiona programas de fortalecimiento enfocados a niños que están en vulnerabilidad, y tiene jornadas de salud dirigidas a comunidades específicas. El resto se repartió en cuatro centros públicos el Pérez de León II, los periféricos de Pariata y Catia y al hospital general Guatire-Guarenas.

¿Y las plantas eléctricas?

Llegaron 14 plantas eléctricas con sus componentes. 6 generadores eléctricos de 45 KV fueron al hospital Pérez de León, al Periférico de Pariata, al hospital Periférico de Catia, a la Cruz Roja en Falcón, a la Cruz Roja en San Felipe y a la Cruz Roja en Barquisimeto.

El resto fueron generadores eléctricos de 25 KV que se enviaron, por citar tres, a la Cruz Roja en Barinas, a una unidad de diálisis en el mismo estado y a la Cruz Roja en Coro.

¿Por qué esas zonas y no, por ejemplo, el Zulia?

Porque para ese estado hay una planeación específica. No necesita una planta, sino un número importante de medicinas. A parte del llamado, tenemos un programa de fortalecimiento de la población que está vulnerable en nutrición y no tenemos insumos todavía para hacer eso.

Lo que hicimos fue que ya se envió un generador eléctrico del segundo lote, para un centro de atención de niños con cáncer.

¿Qué se recibió en el segundo lote que llegó el 17 de junio?

Como lo primero que recibimos era para emergencias, la Cruz Roja Venezolana hizo una petición y fue que adecuara y trajera más medicamentos e insumos, porque esos materiales hospitalarios no se pueden implementar en la comunidad.

Entonces nos enviaron además de otras 10 plantas eléctricas, 4000 mosquiteros, amoxicilina, isoprofil, diclofenac, ácido fólico, metformina, omeprazol, paracetamol, penicilina. No sé la cantidad exacta. Eso llega en potes y en los almacenes se reempacan.

Si hay una situación de emergencia, ¿por qué privilegiar a los hospitales de la Cruz Roja?

La lógica de esto es que, si hay una emergencia y nosotros podemos fortalecer a la Cruz Roja primero, eso nos permite tener independencia en las acciones a acometer. Por qué total independencia, porque para nosotros llevar lo que sea a un hospital público primero hay que coordinar con el Ministerio de Salud, así como uno necesita entrar a Venezuela.

Sabemos que hay hospitales con requerimientos, pero no podemos dejar a un lado hospitales de la Cruz Roja, pues son los que en una emergencia como ésta nos pueden garantizar el control y la atención, y velar que un quirófano va a seguir funcionando, por ejemplo. Eso no lo podemos asegurar en una dependencia pública.

Está en nuestras prioridades llegar, aunque sea, a los 8 hospitales de la Cruz Roja y a 20 centros públicos que sean referencia para la atención de los venezolanos. Eso pasa por sentarse con el ministerio y elegir hospitales que tengan esas características. Ellos nos las dan, hacemos una evaluación y ahí empiezan las reuniones hasta definir si el puesto cumple o no con los requerimientos.

Estamos tratando siempre de que con la llegada de la ayuda se tengan esas negociaciones listas para que en una semana el almacén esté vacío.

¿Se mantiene la meta?

Es de un año. No se pretendía decir que se iban a atender las 650.000 ya, primero tenemos que fortalecer el sistema para garantizar la distribución.

¿Qué pasa con los pacientes crónicos, a los que no les ha llegado la ayuda?  

Es muy complicado que una emergencia de la Cruz Roja pueda dotar con medicamentos crónicos, porque primero tiene que dotar con medicinas esenciales, para infecciones, para enfermedades hídricas, por ejemplo.

Nosotros tenemos conocimientos específicos, como el caso del J. M. de Los Ríos. Sabemos de la situación y estamos llevando acciones a cabo, pero son reservadas por lo complicado que es hablar de la vida de niños.

¿Tienen contacto día a día con el Ministerio de Salud?

Sí.

¿Están recibiendo esa lista de hospitales para distribuir la ayuda?

Nosotros no podemos recibir medicinas y entregar al Ministerio de Salud una cantidad equis. Eso no funciona así, hay unas comisiones de monitoreo y seguimiento que son creadas dentro de cada centro hospitalario.

La comisión la integra una persona del hospital que puede suministrar la información, un representante de la federación farmacéutica, uno de la comunidad local y uno de la sociedad civil.

Se trabaja a través de voluntarios por Venezuela, con los implementadores de primeros auxilios de la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Santa María que hacen un trabajo humanitario; y, dependiendo de los estados, se integra a la Iglesia.

¿Les hacen seguimiento a esas comisiones?

Esas comisiones acuerdan, en cada caso, la regularidad en la que van a hacer el monitoreo y ellas hacen sugerencias. Hasta ahora la sugerencia de algunas de esas comisiones es ir a ver los programas de acción comunitaria y, cuando tenemos una jornada comunitaria, se le avisa a la comisión.

Las comisiones están instaladas en los centros donde ha llegado la ayuda.

¿Pudieron verificar las denuncias de la venta de los insumos provenientes de la ayuda?

El día que llega la ayuda humanitaria los equipos de socorro entregaron pastillas para potabilizar el agua, y hay gente que decidió revender esos productos. En consecuencia, restringimos la dotación a las jornadas de salud comunitaria, porque las personas que asisten están incluidas en un registro, pasan a un puesto de signos vitales y después a una consulta médica. Esa atención médica arroja un informe con récipe, van a una farmacia retiran la medicina y si el médico considera que esa persona debe hacerse un chequeo le entrega una cita para que asista a un hospital de Cruz Roja, donde hay un consultorio comunitario gratuito.

Pero no podemos verificar, no es nuestro trabajo, si están haciendo eso con los medicamentos.

Luego de la entrevista que representantes legales de Espacio Público sostuvieron con Luis Farías, llegó a finales de mes, el lote que –había dicho– estaba pendiente: 34 toneladas de medicamentos y suministros médicos procedentes de Italia.


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