CVG se olvidó de su responsabilidad con los parques en Guayana

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El parque La Llovizna, en Ciudad Guayana, es el que hasta ahora recibe mantenimiento. El Cachamay, Loefling y La Fundación son espacios donde abunda la maleza, basura y la delincuencia.

Bolívar. Cachamay es uno de los parques naturales en Ciudad Guayana. Cuenta con 52 hectáreas de superficie y una caída de agua de 800 metros de ancho. Pese a la belleza que abarca su paisaje, el abandono lo ha convertido en un espacio propicio para la delincuencia.

No hay ningún tipo de seguridad, según sostienen Erika Gómez y Jonathan Quijada, quienes acuden casi a diario al parque Cachamay para trotar a las 6:00 a. m. La policía aparece un día después de que usuarios denuncian algún hecho delictivo, luego vuelven a desaparecer.

Varios conocidos ya han sido asaltados y hay casos de personas que son heridas para robarlas. A veces nos da miedo venir y es lamentable que se pierda este espacio por la delincuencia, lamentó Gómez.

Agregó que dentro del parque viven indigentes.

En julio de este año se anunció la recuperación del parque Cachamay, proyecto que incluía la reactivación del cafetín, pero no fue así. Los trabajadores ni siquiera cuentan con las herramientas para las labores de mantenimiento.

En el parque Cachamay el abandono ya forma parte del paisaje. Foto: Cortesía
Un zoológico sin animales

Los parques Cachamay y el Loefling son responsabilidad de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), actualmente presidida por Pedro Maldonado. Su antecesor fue Justo Noguera Pietri, actual gobernador de Bolívar, en cuya gestión se denunció el declive de ambos parques.

“El zoológico Pedro Loefling recibió su nombre en honor al botánico sueco que estudió por primera vez la fauna de la región Guayana, en 1754. En este espacio natural se reubicaron especies rescatadas de las áreas que se inundarían con el llenado de la represa Guri, la hidroeléctrica más grande de Venezuela y una de las más grandes del mundo”, reseña el Institutional Assets and Monuments of Venezuela.

De los tres jaguares, un gato salvaje, una puma, un rey zamuro, tortugas terecayas, pavos reales, caimanes, una nutria, venados, chigüires, un tucán, entre otros animales, hoy no queda nada. Unos murieron por falta de comida, otros se los robaron.

Un caso que nunca se aclaró, por ejemplo, fue la desaparición de una puma. Primero, circuló la versión de que había escapado del zoológico, por lo que en el Colegio Loyola y la Universidad Católica Andrés Bello, por su cercanía con el parque, tomaron medidas de seguridad por esos días. Luego se denunció que el felino fue robado para el tráfico de animales. Noguera Pietri prometió investigar y aclarar los hechos, pero no hubo respuesta.

Hoy el parque Loefling es solo maleza, jaulas oxidadas y estructuras de lo que fueron baños y oficinas totalmente desmanteladas.

Espacio para la basura e invasiones

Otro de los parques representativos de Ciudad Guayana y responsabilidad de la CVG es el parque La Fundación, ubicado en San Félix.

Allí está la piedra fundacional colocada en la ciudad el 2 de julio de 1961, por el entonces presidente Rómulo Betancourt. También cuenta con elementos que caracterizan la zona industrial de la región, como una locomotora cargada de minerales, esculturas alusivas a la producción del hierro, acero, aluminio, bauxita, y los procesos hidroeléctricos.

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Rómulo Betancourt colocó la piedra fundacional de Ciudad Guayana en el parque La Fundación. Foto: Jhoalys Siveiro.

Sus estructuras están oxidadas. Algunas tenían piezas de bronce que fueron hurtadas.

Ya no hay visitas al parque La Fundación. Adentrarse es correr el riesgo de ser víctima de la delincuencia. Sus espacios están tapados por la maleza, además de utilizarse para botar basura. En lo profundo del parque hay quienes tomaron su lugar para habitarlo.

El lugar preferido de los corredores

El parque que, hasta ahora, ha tenido mayor atención para su mantenimiento es el parque La Llovizna. Este es uno de los lugares preferidos para los corredores, prácticas de yoga o simplemente un fin de semana de paseo familiar.

A propósito del I Encuentro Nacional de Pueblos Indígenas, el parque estuvo cerrado por 10 días. En ese lapso, reacondicionaron quioscos, acomodaron el sistema eléctrico, carteles, pintaron las vías de señalización y el gimnasio abierto.

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Foto: Jhoalys Siverio.

De acuerdo con el cronista Américo Fernández, el parque La Llovizna fue creado por la otrora Electricidad del Caroní (Edelca), hoy Corpoelec, en 1964. Parte de su historia incluye la muerte de 37 educadores cuando, el 23 de agosto de ese año, celebrarían la XIX Convención de la Federación Venezolana de Maestros.

La fiesta se realizaría en una de islas del parque, y para llegar hasta allá debían cruzar uno de los dos puentes colgantes de madera. Sin embargo, los visitantes excedieron el peso máximo que soportaba el puente. Hicieron una parada para tomar fotos de la cascada, y de pronto se desprendió una de las bases. Los maestros cayeron al río, arrastrados por la fuerte corriente.

Luego de ese suceso, el parque estuvo cerrado por dos años y construyeron un nuevo puente de base de concreto. En 2018, a propósito de las inundaciones por la temporada de lluvias y crecidas de los ríos Orinoco y Caroní, se restringió el acceso a 60 % del parque por medidas de seguridad. Entre los espacios restringidos estaban la cascada y el puente, que evidenciaba deterioro en su base por la erosión causada por el agua.

Al ser uno de los lugares preferidos de los guayaneses y visitantes de otras entidades, esperan que continúen las labores de mantenimiento y no se deje perder como el resto de los parques que forman parte del Catálogo de Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2008.


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