Se observó restricción de pacientes en las entradas de los hospitales Pérez de León y J. M. de Los Ríos. Ni con informes ni con la orden de la cita médica dejaban entrar a las personas, pese a lo que dijo el domingo en la noche el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López.
Caracas. Lunes 16 de marzo, primer día de cuarentena. Desde temprano muchas personas se acercaron al hospital centinela de Coche y nunca pudieron pasar, la entrada estaba reservada para personal autorizado. Detrás de las rejas dos mujeres con franelas del Ministerio de Salud y haciendo labores de seguridad decían: “Vaya al CDI más cercano”.
Este es un centro de atención tipo III que desde hace un año y cuatro meses está en remodelación. El pasado 13 de marzo, minutos antes de que la vicepresidenta Delcy Rodríguez anunciara los dos primeros casos positivos, una doctora declaraba a Crónica.Uno que ya tenían dos salas disponibles para atender los casos positivos, una pediátrica y otra para adultos. También informó que tenían al grupo de médicos y enfermeros para esas unidades.
Ya van 17 casos positivos, esa fue la cuenta que dio el vicepresidente sectorial Jorge Rodríguez en horas de la tarde del 15 de marzo. Ninguno ha sido internado en ese centro.
Más bien ahora están habilitando en el CDI de La Rinconada un ala de aislamiento con siete camas, tres de ellas para cuidados intensivos, según declaró el médico integral Rolando Mulep, quien además informó que ya tuvieron un caso positivo el viernes. “Se trata de un muchacho de 25 años que vive en Ciudad Tiuna”.
Mulep no dio más detalles porque tanto de las pruebas como del seguimiento de los casos se encarga el servicio de epidemiología del Distrito Sanitario.
En la mañana de este 16 de marzo movían sillas, gavetas y mesas para habilitar el área de aislamiento, mientras en las afueras había una cola de más de 20 personas que estaban esperando ser atendidas por la doctora que hace el triaje. Entretanto, en el Periférico de Coche reina el hermetismo.
Al otro extremo de la ciudad, en la sede más nueva del hospital Federica Pérez de León (Petare), a las 6:30 de la mañana estaban recibiendo a pacientes con síntomas de infecciones respiratorias, aunque no los ingresaban al edificio sino que los dejaban en un cuarto parecido a la caseta de seguridad. Ahí les tomaban las muestras a quienes lo ameritaban.
Al resto de pacientes que iban a sus consultas no los permitieron el ingreso porque el médico tratante no estaba en el recinto. Tal fue el caso de Rosaura Parra, quien llegó desde los Valles del Tuy. Mostró la orden de la cita para el día de lunes 16 de marzo y aun así la dejaron detrás de las rejas.
Otros iban con niños con diarrea, con dolor de cabeza y los mandaban directamente al área pediátrica.
También en el J. M. de Los Ríos se trabajó a puertas cerradas. Detrás del portón colocaron una mesa en donde reposaban tres funcionarios de seguridad, uno de ellos un miliciano.
No hay acceso a todo público. Solo los casos de oncología, los niños que vienen por transfusión, los de nefrología y neurocirugía. “Pero más nadie está entrando. Solo las emergencias. Adentro no es que todos tengan sus tapabocas, por eso estas medidas de seguridad”.
“Vi a muchas personas sin mascarillas ni guantes”, dijo una señora que salió del recinto. Ella tampoco llevaba protección.
300 kits para pruebas
En medio de todo esto, cuando incluso en el hospital centinela El Algodonal fallaba la energía este domingo, el doctor Julio Castro —encargado de la comisión para atender la emergencia que nombró el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó— informó que, hasta la semana pasada, cuando se reunieron con representantes del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, solo había 300 kits para tomar muestras para detectar el COVID-19.
Por tanto, subrayó que hay que respetar las normas de la OMS, el lavado de las manos y las etiquetas de saludo y anunció que en las próximas horas estarán dando herramientas a la población de cómo ayudarse para enfrentar la pandemia, pues se conformó un grupo técnico, con psicólogos, psiquiatras, médicos, personal de tecnología, para coadyuvar de la manera más efectiva en esta crisis compleja.
Indicó que en estos momentos debe haber una conversación sincera y respetuosa entre los actores de la sociedad, que se distribuyan a tiempo los insumos a los hospitales y destacó que el comportamiento de la epidemia no se puede comparar con otro país.
“Estamos haciendo evaluaciones con técnicos matemáticos para hacer todo tipo de escenario numérico, por eso no podemos hablar en esto momento de si la curva que estamos presentando es acelerada. La única fuente de información es el INH, quien hasta ahora es el único ente que puede hacer la prueba de la polimersa en cadena para detectar el COVID-19. Hasta ahora la información que tenemos es poca”.
Ahora, dijo, hay que darle el justo valor a la situación actual y necesitamos que nuestro personal de salud esté protegido.
Al respecto, Anna Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermería del Distrito capital, alertó que ningún profesional de salud está obligado a atender pacientes sin resguardo de bioseguridad, pero recordó que ellos son garantes igual del derecho a la vida y, por tanto, exigió lo mismo que Castro: que se les dote de los equipos necesarios y se les garantice incluso el traslado.
Ya en el país quedan menos enfermeras y en medio de esta circunstancia es probable que algunas no puedan llegar a sus puestos de trabajo, como sucedió con una profesional del Miguel Pérez Carreño a quien los funcionarios de la Guardia Nacional no dejaron salir de Ruiz Pineda aun presentando su carnet y vistiendo de blanco.
No tenemos el balance de ausencia de este lunes, pero es probable que por falta de transporte también se les limite, muchas viven en la periferia”.
Mauro Zambrano, dirigente del sector salud, por su parte, destacó que debido a la incertidumbre y a la falta de dotación de insumos médicos-quirúrgicos, hubo este lunes un ausentismo de 60%.
Este primer día de cuarentena aún hay cosas que no están claras y, por tanto, el doctor Julio Castro insistió en la información confiable y en el reconocimiento de los parámetros que dicta la OMS.
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