La noche de este miércoles 200 familias del sector Villa Hermosa intentaron invadir un conjunto de apartamentos, aún en construcción, ubicados en la vía al sur de Maturín. Los ciudadanos expresaron que tienen más de dos años esperando por la entrega de unas viviendas prometidas por la gobernadora Yelitze Santaella y el equipo de la Gran Misión Vivienda Venezuela.

Monagas. Son las 6:00 de la tarde en Villa Hermosa, comunidad de Maturín definida por sus habitantes como espacio de “pobreza extrema”, un aguacero caído la tarde del miércoles no ha dado tregua a quienes residen en el lugar y uno de ellos, Julio Salazar, teme que su rancho se inunde como ha pasado en varias oportunidades cuando empieza la temporada de lluvias.

La zona colinda con un caño, que se ha convertido en uno de los miedos más grandes de quienes habitan en esta comunidad.

Julio vive con su esposa y su hija de apenas un año en uno de los tantos ranchos que dan forma a la comunidad. Los pocos muebles que tienen los han comprado a base de trabajo duro. Cuando el caño que colinda con su casa se desborda, deben hacer malabares para no perder lo que con mucho esfuerzo han podido adquirir. Entre cuidar a la niña, subir los muebles y camas a espacios donde no llegue el agua se les va la noche.

“Nosotros tenemos este rancho nada más, y aquí tenemos nuestras cositas. Cuando ese caño se desborda el agua sale hasta por las pocetas y el baño me queda ahí mismo en el cuarto, entonces tenemos que estar en la corredera de subir los colchones para que no se mojen. La gobernadora sabe de esta situación porque en la primera inundación ella nos ayudó con 50 colchones, y prometió reubicarnos”, comenta Julio.

Los vecinos de Villa Hermosa indican que la gobernadora de Monagas, Yelitze Santaella, ha visitado la comunidad y, ante la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran, les ha prometido reubicarlos en un espacio donde no corran el riesgo de inundaciones como consecuencia de las fuertes lluvias y el desbordamiento del caño cercano. Sin embargo, más de dos años han pasado desde que esa promesa.

“Invadimos para hacer presión”

Cansados de las vicisitudes que enfrentan cada vez que llueve, al menos 200 familias tomaron la decisión de invadir un conjunto de apartamentos proyectados por la Gran Misión Vivienda Venezuela, ubicados al lado del Centro Comercial La Cascada, en la vía hacia el sur de Maturín.

El intento de ocupación del conjunto residencial aún en construcción, realizado la noche de este miércoles, terminó cuando efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana los desalojaron del lugar. De acuerdo con lo expresado por los ciudadanos, estos fueron agredidos por los efectivos castrenses, quienes presuntamente maltrataron a niños y mujeres embarazadas para sacarlos del edificio.

“Llegó la Guardia con el equipo antimontín cayéndole a golpes a todo el mundo. Nos sacaron a golpes y agredieron a unas mujeres embarazadas y a unos niños. También habían detenido a tres personas, pero hablamos con ellos para que los soltaran”, precisa Salazar.

Ante esta situación, los residentes de Villa Hermosa decidieron cerrar la carretera nacional vía al sur para exigir la presencia de la gobernadora Yelitze Santaella y de la candidata del PSUV por Monagas a las elecciones parlamentarias, Marleny Contreras.

La tranca se mantuvo durante toda la noche hasta primeras horas de la mañana de este jueves, cuando llegaron al lugar autoridades regionales para mediar con quienes se disponían a invadir.

Villa Hermosa
Funcionarios gubernamentales se trasladaron a la comunidad para ofrecer nuevas promesas. Foto: Cortesía

Son tantas las veces que nos han prometido las casas que no creemos ya en ellos. La última vez nos dieron hasta un número del teléfono del encargado de la Misión Vivienda Venezuela aquí, y esa persona nunca nos atendió. Nosotros sabemos que esos apartamentos que queríamos invadir son de ellos, del gobierno”, subraya Julio Salazar.

Aunque Julio asegura que no cree en las promesas del gobierno regional, dice que no tiene más opción, pues las condiciones en las que vive no son las más idóneas para su hija. La humedad del rancho ha afectado a la niña y le ha desencadenado enfermedades: “Hoy amaneció enfermita, tiene como gripe”.

Así como él, 200 familias de Villa Hermosa desean vivir en condiciones dignas, pero deben ajustarse a promesas del Estado, pues sostienen que adquirir un inmueble en Venezuela es una tarea casi imposible por la falta de políticas económicas del Gobierno nacional.


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